AGRICULTURA DEL MUNDO – EL PAÍS DOGÓN
Por alguna parte de África occidental, en Mali, en el río
Níger y la frontera con Burkina Faso, existe una región con clima Sahelian,
donde la vida es difícil. Sin embargo, ahí se encuentra un pueblo con una cultura,
un arte y un artesanado tan ricos, que numerosos coleccionistas occidentales lo
conocen, a menudo sin haber nunca pisado el país.
Imagen: http://www.pedagogie.ac-nantes.fr/servlet/com.univ.collaboratif.utils.LectureFichiergw?ID_FICHIER=1302900519082&ID_FICHE=1317055908671
También es una de las regiones del mundo donde conviven
en perfecta harmonía, personas de religiones distintas. El islam es la religión
más representada, pero también hay muchas personas cristianas y animistas. Esta
mezcla religiosa está presente en las ciudades, en los pueblos, e incluso a
veces dentro de la misma familia.
Se trata del País Dogón.
En esta región, la vida es dura. El acceso al agua es una
de las claves de la supervivencia.
La vida social se organiza entorno a los hombres,
pastores, cazadores, cogedores, guardianes de la palabra y de la tradición, y
de las mujeres, agricultoras, madres de familia, amas de casa, responsables del
agua y de la educación de los niños, y a veces vendedoras de los pobres
excedentes de producción o de los productos de su propio artesanado.
La agricultura está hecha de parcelas muy pequeñas
fraccionadas y separadas por pequeños senderos de tierra. El trabajo, lo hacen
las mujeres, manualmente, ayudadas por los niños si son lo bastante grandes.
El riego, si es necesario, requiere grandes esfuerzos ya
que primero hay que ir a por el agua, antes de usarla para regar. Solo es
posible si los puntos de agua son lo suficientemente cerca.
Es una agricultura rudimentaria, de supervivencia, de la
que solo una muy pequeña parte puede ser vendida para generar ingresos. La
mayor parte va directamente a la alimentación de la familia.
Una asociación local, creada en 2005 por personas
Dogón preocupadas por el porvenir de su pueblo, se ocupa de montar proyectos
destinados a mejorar sus condiciones de vida, mediante la mejora de las
condiciones de vida y de trabajo de las mujeres Dogón. Son el pilar de este
pueblo tan simpático.
ARAF-Plateau Dogon (Acción para el Fomento de las
Actividades Femeninas en País Dogón) federa 80 grupos de 25 a 40 mujeres cada
uno, con el fin de aportar un apoyo que va desde la educación, la formación, el
apoyo técnico, la entrega de herramientas básicas para el trabajo de campo, y
el montaje de proyectos locales (uno de los proyectos en marcha es la creación
de un taller de transformación de aceite de karité en mantequilla para su venta
para su uso en cosmética).
Entre las acciones permanentes está la formación a las
técnicas de agroecología. Especialmente, uno de los objetivos es de favorecer
la modernización de la agricultura, y por consecuencia la mejora de los
ingresos de las familias Dogon, gracias a la venta de sus excedentes de
producción. Pero la falta de formación, la falta de equipos y la falta de
medios forman parte de los motivos para una orientación hacia la agricultura
ecológica.
Es imprescindible modernizar la agricultura con métodos y
técnicas que permitan mejorar la capacidad productiva, sin por eso crear una
dependencia a insumos y a máquinas y aperos, fuentes de inversiones que, al día
de hoy, ni son posibles, si son prioritarias.
La agricultura Dogon debe mantenerse autónoma ya que las
inversiones necesarias, numerosas, deben ser reservadas a obras de
infraestructura de primera necesidad.
La voluntad de ARAF es de mejorar la capacidad productiva
de la agricultura del País Dogon, pero con una mínima inversión, en la medida
en la que la primera inversión necesaria es la creación de una red de acceso al
agua que permita a sus habitantes mejorar su autonomía, ganar en higiene, y
sobre todo dejar de dedicar la mitad de su tiempo (mujeres y niños sobre todo) al
transporte de agua.
Y el acceso al agua es probablemente un proyecto a largo
plazo, pero ¡tan importante!
El clima Sahelian incluye una época de lluvias, en
concreto de junio a septiembre, durante los que llueve de manera abundante, lo
que permite la reconstitución de las reservas del suelo, y otorga algunos
cultivos adaptados a este clima.
Se puede imaginar la creación de una red de canales para
llevar el agua del río Níger hacia las zonas aisladas. Pero sería una obra
faraónica, larga y extremadamente costosa.
Sin embargo, la creación de balsas y de pozos,
operaciones mucho más accesibles y exigiendo presupuestos más livianos,
favorecería una agricultura más permanente, una gran mejora en la seguridad
alimentaria, e ingresos permitiendo un desarrollo claramente más importante. De
paso, permitiría un acceso a temas tan evidentes para los occidentales como
servicios de salud o de higiene, y por ahí mismo, una clara mejora de las
condiciones de vida del pueblo Dogon.
Hace unos meses, por mediación de las redes sociales, fui
solicitado por el presidente de ARAF, Issiaka Konaté, para participar en un
trabajo humanitario, mediante una ayuda a la implantación de técnicas de
agroecología. No tengo “vocación” para eso, y de hecho no lo he hecho nunca. Mi
vida está organizada en torno a mi trabajo, que requiere mucha dedicación, como
lo saben muy bien todos los agricultores, mi familia a la que debo un mínimo de
apoyo y presencia, y mis actividades varias, como es el caso de este blog.
Hemos intercambiado mucho con Issiaka. Fue el que me
conto la vida del pueblo Dogón, y las dificultades de esta vida, los numerosos
proyectos que siempre bloquean por un problema recurrente de financiación.
El turismo representaba una importante fuente de
ingresos. Pero desde el 2012 y los ataques del terrorismo yihadista, esta
fuente desapareció, bloqueando o retrasando muchos proyectos.
Me di rápidamente cuenta que la situación política y
económica de Mali, así como los ataques yihadistas en la región complican mucho
las acciones occidentales y las intervenciones de las ONGs.
Al no poder intervenir directamente, decidí aportar una
piedrecita a este frágil edificio.
Entonces le propuse a Issiaka un texto, ilustrado con
numerosas fotos, para explicar la situación, y para pedir a los lectores una
ayuda económica. http://www.calameo.com/read/001473813fa1dcc88ddda
El director de una ONG francesa, Gérard Cinquin de DNPLS
(Del Norte Para el Sur) que actúa en África, nos ayudó por su experiencia, sus
buenos consejos y por el trabajo de presentación, y también, y sobre todo, por
la puesta a disposición de su plataforma de recogida de donaciones.
Más adelante, por mediación de mi red de contactos y de
amigos, he podido iniciar el trabajo de un proyecto de colaboración con una ONG
española, Madre Coraje, que dedica gran parte de su actividad a la recuperación
de ropa y objetos usados, para mandarlos, en España o en otros países del
mundo, a comunidades en situación de inseguridad que pueden, o usarlos para sus
propias necesidades, o convertirlos en una fuente de ingresos mediante su
reventa.
Y es precisamente por ahí que hemos lanzado este
proyecto: importar en Mali ropa usada, para que la clasificación y la venta
generen, por una parte unos puestos de trabajo y los correspondientes ingresos
para determinadas familias, y sobre todo ingresos para financiar proyectos
educativos y de desarrollo. Pues dicho así parece sencillo cuando los contactos
están establecidos.
A partir de esta idea, todo se complica. El proyecto
avanza, pero ha sido necesario establecer varias cosas, y realizar inversiones
que, de momento, ponen en desequilibrio el presupuesto de ARAF.
Ha hecho falta crear una sociedad con posibilidad de
importar, hacer negocio, y generar beneficios, para revertirlos íntegramente a
la asociación ARAF (sin ánimo de lucro).
Ha hecho falta encontrar transportistas, y resolver el
problema del tránsito desde Senegal (Mali no tiene acceso al mar con lo que hay
que pasar por el puerto de Dakar).
Hay que preparar los centros de clasificación y
establecer una red encargada de la reventa de la ropa, así como la logística
necesaria a su repartición.
Una gran parte de los costes ya ha sido asumida por la
propia asociación, por sus miembros y por algunos benefactores.
El proyecto abre un gran abanico de posibilidades, pero
de momento, exige encontrar el complemento financiero que le permitirá a ARAF
autofinanciarse, y financiar su proyectos.
Este complemento es muy razonable, visto desde Europa, ya
que es de menos de 7.000 € (6.852 € para ser exacto o 8.200 US$), pero visto
desde Mali, es difícil de encontrar, sea en forma de préstamo o en forma de
donaciones. El sistema bancario malí no permite que este tipo de proyecto
prospere.
Como lo podéis ver, la agricultura del País Dogón
necesita numerosas inversiones, de bajo coste en su mayoría, ya que los
proyectos son realizados por las propias personas. Pero del desarrollo de esta
agricultura depende el desarrollo de este pueblo.
Pero este desarrollo, para ser sostenible y duradero,
debe ser capaz de ser autónomo, y por consecuencia de autofinanciación. Es la
meta principal del proyecto con Madre Coraje.
A partir de ahí todo quedara en mano de los propios
Dogon, y es lo más importante.
El objetivo de este blog no es este, pero por una vez,
necesito tu ayuda para poder concretar este proyecto. Si deseas participar,
puede hacer una donación por la plataforma en línea de DNPLS, indicando ARAF
DOGON.
Tu participación también puede limitarse a difundir
ampliamente este artículo. Cuantas más personas sensibilizadas, más
posibilidades tendremos de resolver este pequeño, pero muy serio problema.
Y piensa que un like es muy bien, pero no difunde.
Compartir es mucho mejor.
Gracias por el País Dogón.
Fotos enviadas por Issiaka Konaté
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire