EL SUELO – DE LA IMPORTANCIA DE LOS HONGOS
Como los hongos han ayudado a crear la vida tal como la
conocemos
Bajo este título “How fungi helped créate life as we know
it”, un equipo de científicos de la Universidad de Leeds (Reino Unido) publicó
en diciembre 2017, un apasionante artículo sobre el papel d los hongos en el
desarrollo de nuestro planeta. https://phys.org/news/2017-12-fungi-life.html
Imagen personal
Encontré este artículo en una página de Facebook que me
gusta mucho y de la que utilizo a veces algunos artículos, “Sols Vivants
Québec” (Suelos Vivos Quebec). Recomiendo seguirla a todos los que están
interesados en esas cuestiones. Las publicaciones son habitualmente en francés
o en inglés.
Este observación también es válida para mi anterior
artículo, sobre OGMs http://culturagriculture.blogspot.com.es/2018/03/125-ogm-y-si-se-reescribia-la-historia.html,
iniciado desde un intercambio en la página de Facebook en francés
“Agroécologie, agronomie et actualité agricole” (Agroecología, agronomía y
actualidad agrícola).
A continuación el artículo, en su totalidad.
“Hoy
por hoy nuestro mundo es visualmente dominado por los animales y por las
plantas, pero este mundo no habría sido posible sin hongos, explica un equipo
de científicos de la Universidad d Leeds.
Los
investigadores han realizado experiencias en las que las plantas y los hongos
se cultivan en atmósferas que se parecen a la antigua Tierra e, incorporando
sus resultados en modelos informáticos, han demostrado que los hongos eran
esenciales a la creación de una atmósfera rica en oxígeno.
Los
humanos y los otros mamíferos necesitan niveles elevados de oxígeno para
funcionar, y se piensa en general que el planeta ha desarrollado un atmosfera
rica en oxígeno hace 500 a 400 millones de años, el dióxido de carbono siendo
progresivamente fotosintetizado por las primeras plantas terrestres.
El
equipo de investigación, los doctores Katie Field del Centro de Ciencias
Vegetales, Sarah Batterman de la Escuela de Geografía y Benjamin Mills de la
Escuela de la Tierra y del Medioambiente, demuestran que los hongos han jugado
un papel esencial en el establecimiento de una atmósfera respirable en la
Tierra, extrayendo el nutrimento fósforo de las rocas y transferándolo a las
plantas para estimular la fotosíntesis.
La
nueva investigación enseña que la cantidad de fósforo transferida podría haber
sido muy importante en las condiciones atmosféricas antiguas y, empleando un
modelo informático del “sistema terrestre”, el equipo demostró que los hongos
habían tenido el poder de radicalmente modificar la atmosfera antigua.
Relación
vital
Cuando
la mayoría de las plantas modernas pueden cosechar sus nutrientes directamente
en los suelos por sus raíces, las primeras formas de vida vegetal se
encontraban confrontadas a un clima totalmente diferente, no tenían raíces y
eran no-vasculares, lo que significa que no podían retener el agua o moverla
alrededor de su sistema.
El “suelo”
con el que estaban en contacto era un producto mineral desprovisto de materia
orgánica, razón por la cual sus relaciones con los hongos eran tan importantes.
Los
hongos tienen la capacidad de extraer los elementos minerales de las rocas en
las que crecen por un proceso conocido bajo el nombre de alteración biológica.
Los hongos producen ácidos orgánicos que ayudan a disolver las rocas y los
elementos minerales que atraviesan.
A
cambio de la extracción de esos minerales y su transmisión a las plantas para
favorecer su crecimiento, los hongos recibían el carbono producido por las
plantas gracias a la fotosíntesis del dióxido de carbono de la atmósfera.
Intercambio
gaseoso
Experiencias
de laboratorios conducidas por el equipo de Leeds han demostrado que distintos
tipos de hongos antiguos, que todavía existen hoy, han conducido esos cambios a
ritmos distintos, que han influido en las velocidades variadas con las que las
plantas producían oxígeno.
A su
vez, ha afectado a la velocidad con la que la que la atmosfera ha evolucionado
desde un estado mucho más rico en dióxido de carbono, para evolucionar hacia el
aire que hoy respiramos.
Imagen: https://i.imgur.com/dOiboww.jpg
El
Dr. Field explica: “Hemos utilizado un modelo informático para simular lo que
podría haber ocurrido al clima durante la Era Paleozoico si los diferentes
tipos de simbiosis primitivas plantas-hongos eran incluidas en los siclos
globales del fósforo y del carbono.
“Hemos
descubierto que el efecto era potencialmente considerable, con las diferencias
de intercambios planta-hongo carbono-contra-nutrimento que han modificado mucho
el clima de la Tierra gracias a la diminución del CO2, utilizado por las
plantas para la fotosíntesis, modificando considerablemente la evolución del
aumento del oxígeno en la atmósfera.
El
Dr. Mills afirma: “La fotosíntesis por las plantas terrestres es finalmente
responsable de la mitad de la producción de oxígeno en la Tierra, y necesita
fósforo , pero tenemos hoy una mala
comprensión de la manera en que funciona el abastecimiento global de este
nutriente para las plantas.
“Los
resultados de la inclusión de datos sobre las interacciones fúngicas
representan un adelanto significativo de nuestra comprensión del desarrollo
precoz de la Tierra, y nuestro trabajo muestra claramente la importancia de los
hongos en la creación de un atmosfera rica en oxígeno.
El
Dr. Batteman añade: “Nuestro estudio muestra que diminutos organismos tales
como los hongos pueden tener efectos de gran magnitud en el entorno global.
Nuestro descubrimiento esencial es que la naturaleza de la relación entre los
hongos y las plantas podría haber transformado el dióxido de carbono
atmosférico, el oxígeno y finalmente el clima global de maneras muy diferentes,
en función del tipo de hongos presentes”.
El
artículo completo “Nutrients acquisition by symbiotic fungi governs Palaeozoic
climate transition” ha sido publicado en Philosophical Transactions of the
Royal Society B.
Esos trabajos demuestran la importancia crítica de los
hongos de suelo, esos organismos microscópicos, todavía mal conocidos por los
científicos, poco conocidos por los profesionales, y totalmente desconocidos
por el gran público.
Imagen: https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/80/11/42/801142b47bd459e0b5833a944f4dfd66.jpg
Nuestras prácticas agrícolas tienen consecuencias muy
directas sobre su vida y su acción.
Deben seguir su evolución y su toma en consideración,
cada vez mayores, de sus repercusiones medioambientales.
Se puede hablar del trabajo de los suelos, que actúa
directamente sobre su vida y sobre la biodiversidad que albergan. Todas las
técnicas de producción enfocadas a reducir el laboreo son favorables. Y, por
mucho que piensen algunos, el empleo de los herbicidas no es en absoluto un
contrasentido ecológico. Es casi siempre preferible emplear una dosis ajustada
de un herbicida bien situado, en vez de tener que recurrir sistemáticamente a
laboreos a veces extremadamente dañinos.
También se puede hablar de fertilizantes químicos, que
pueden actuar de manera negativa sobre los suelos. Pero no hay que olvidar que
algunos fertilizantes naturales, como los purines o los estiércoles frescos
también tienen efectos dañinos. Una vez más, no es la fertilización en sí que
es problemática, en general es la dosificación y la periodicidad de los aportes
que puede ocasionar daños medioambientales. Como casi siempre, es una cuestión
de equilibrio.
Y finalmente se puede hablar de pesticidas, cuyos excesos
de concentración perjudican la vida del suelo. Aquí, hay que indicar que los
peores pesticidas no siempre son los pesticidas sintéticos. Quiero decir que la manera de fabricar los pesticidas no
tiene relación con los riesgos que presentan para la vida de los suelos. Es
su persistencia, su lentitud de degradación, así como por supuesto, su
toxicidad directa, que van a tener un efecto indeseable. Algunos pesticidas
sintéticos son perjudicial, pero también algunos pesticidas autorizados en agricultura
ecológica. Tanto es así que el peor de los pesticidas frente a la vida de los
suelos es un fungicida muy ampliamente empleado en agricultura ecológica, así
como en agricultura convencional, el cobre, que no se descompone y se acumula
inexorablemente.
Nuestros
suelos son la base de nuestro presente y sobre todo de nuestro futuro
alimenticio. Todo tenemos concienciarnos de su importancia y sobre todo de su
fragilidad.
Pero dejemos de ponerlo todo en el nivel ideológico. La
agricultura ecológica no es un fin en sí misma. Es una de las vías que
permitirá la preservación, e incluso la recuperación de los suelos degradados.
Pero no es la única. También se puede hablar de agricultura de conservación y
de producción integrada.
La agroecología, tal como está actualmente en fase de
desarrollo en Francia gracias a un proyecto político y societal ambicioso,
puede conciliar en un objetivo común, la mayoría de las formas de agricultura.
Siempre
que la ideología no prevalezca sobre la razón y el pragmatismo.
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