dimanche 30 juillet 2017

110- El espíritu de las plantas -9- Equilibrio

EL ESPIRITU DE LAS PLANTAS – EQUILIBRIO

Encontré el articulo siguiente en un blog francés muy interesante, que tendré ocasión de usar más veces, “Graines de Mane” (Semillas de Mane), dedicado, como lo dice su subtítulo a la vulgarización y al debate sobre agricultura (https://www.grainesdemane.fr/2017/02/08/plantes-nont-tete-tourne/).

En este caso, se trata de un tema curioso, en la medida en la que no se plantea habitualmente esta cuestión.
Sin embargo, como lo vas a poder verificar, es una cuestión importante, y las similitudes con el mundo animal son sorprendentes.


A las plantas, la cabeza no les da vueltas

A menudo meneadas por el viento, las plantas de mantienen de pie. ¿Cómo lo hacen? Investigadores del INRA [Instituto Nacional francés de Investigación Agronómica] han puesto de evidencia mecanismos que permiten a las plantas guardar el equilibrio.

El viento es uno de los (numerosos) enemigos naturales del agricultor. En caso de fuertes temporales o de tormentas, las plantas se pueden volcar al suelo, haciéndolas finalmente difíciles de cosechar. Las pérdidas mundiales de rendimiento de cereales se estiman a un 10% por culpa de las tormentas. Sin embargo, las plantas tienen una notable capacidad para mantener se en pie, ¡mucho más que nosotros!
Agitado por el viento, el junco se encorva pero no rompe. Charles y Francis Darwin ya habían puesto de evidencia en su época, la capacidad de las plantas a crecer en una dirección determinada. Es así como una planta siempre va crecer hacia la luz (fototropismo) o según la gravedad (gravitropismo), haciendo que sus raíces crezcan hacia abajo, y que su germinación se haga hacia arriba.


Las plantas también tienen un oído interno
Para comprender el funcionamiento de los mecanismos de equilibrio de las plantas, parémonos un momento en el nuestro, mandado por el oído interno. En esta, nuestro equilibrio se hace mediante un sistema llamado otolítico, es decir un conjunto de piedrecitas situadas en un gel sensible. La deformación de las pestañas, debida a la acción de la gravedad sobre las piedras, permite a nuestro oído interno detectar la verticalidad. Sin embargo, cuando estamos por ejemplo en un tiovivo, perdemos el sentido de la gravedad. Nuestro oído interno es entonces incapaz de distinguir la aceleración de la gravedad, de otras fuerzas, como por ejemplo la fuerza centrífuga.
Las plantas tienen también un equivalente del oído interno: los estatocitos. Los estatocitos son células repartidas a lo largo del tallo de la planta, que albergan en su interior pequeños granos de almidón llamados estatolitos. Hasta la fecha, las investigaciones habían puesto de evidencia un funcionamiento similar de los estatocitos al del oído interno: la sedimentación de los estatolitos ejerce una presión sobre la pared de los estatocitos lo que le permite a la planta identificar la gravedad. Esta idea sugiere que las plantas tienen un sentido del equilibrio que se puede comparar con el de los humanos y por consecuencia que son capaces de distinguir la gravedad de otra fuerza, como por ejemplo el viento. La presión que se ejerce sobre los estatolitos seria el resultado de todas las fuerzas sin distinción.



¿Un sentido del equilibrio más agudo que los humanos?
Otra hipótesis sugiere que no es la presión ejercitada por los estatolitos, la que les permite a las plantas “notar” la gravedad, pero unos sistemas de sensores que detectan la posición de los granitos de almidón. Esta idea procede de nuevas investigaciones llevadas conjuntamente por el INRA, CNRS [Centro Nacional francés de Investigación Científica] y por la Universidad Blaise Pascal. Los investigadores han fabricado un tiovivo para plantas, compuesto de centrifugadoras con dos ejes de rotación, del mismo tipo que existe para el entrenamiento de los astronautas. Han sometido a las fuerzas centrifugas, cientos de plantas, entre las que se encuentran muchas plantas cultivadas como el trigo, la lenteja o el girasol. Han estudiado, durante muchos años, el crecimiento de las plantas en esas condiciones, con un ángulo diferente con respecto a la gravedad real.
La historia no cuenta si las plantas han disfrutado con el tiovivo, demuestra que han conseguido crecer rectas, de manera independiente a la intensidad de la fuerza centrífuga que tenían que soportar. Las plantas lograr notar la verticalidad independientemente de las otras fuerzas a las que están sometidas, y eso, de manera permanente. La posición de los estatolitos, y no solamente la presión que ejercen, permitirían a las plantas recuperar su verticalidad. Incluso sacudidas por el viento, las plantas parecen capaces de mantener su verticalidad.
Al contrario de los humanos, la cabeza no les da vueltas.


Esos recientes descubrimientos de los mecanismos de equilibrio de las plantas podrían tener aplicaciones muy importantes en las próximas décadas, especialmente en la mejora varietal para concebir cultivos menos sensibles al volcado. Si esta pista no debe hacer olvidar que el volcado de plantas también puede ser debido a otros factores agrícolas (exceso de nitrógeno por ejemplo), puede representar una de las numerosas pistas para asegurar los rendimientos frente a los accidentes climáticos.

Para ir más lejos : (referencias en francés)

La proeza perceptiva de las plantas para mantenerse en posición vertical (INRA) http://presse.inra.fr/Communiques-de-presse/Le-tour-de-force-perceptif-des-plantes-pour-se-maintenir-a-la-verticale



Aquí tenemos otra característica sorprendente que demuestra que cuanto más se estudian las plantas, menos se encuentran diferencias entre el mundo vegetal y el mundo animal.

¿Una señal para llamar a los veganos a más razón?
Es que finalmente, la ciencia nos demuestra que la mayoría de las características animales son igualmente presentes en las plantas, aunque de un modo diferente, ya que están adaptadas a su condición particular.

Imagen: https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/54/6a/a5/546aa54c590add3d9ff95fd2ca663d14.jpg

110- L'esprit des plantes -9- Équilibre

L’ESPRIT DES PLANTES – EQUILIBRE

J’ai trouvé l’article suivant sur un blog français très intéressant, que j’aurai l’occasion de citer d’autres fois, « Graines de Mane », consacré, comme le dit son sous-titre à la vulgarisation et au débat concernant l’agriculture (https://www.grainesdemane.fr/2017/02/08/plantes-nont-tete-tourne/). 

Dans ce cas, il s’agit d’un sujet curieux, dans la mesure où on ne se pose pas habituellement cette question.
Pourtant, comme vous allez pouvoir le vérifier, c’est une question importante, et les similitudes avec le monde animal sont surprenantes.


« Les plantes n’ont pas la tête qui tourne

Souvent agitées par le vent, les plantes restent debout. Comment font-elles ? Des chercheurs de l’INRA ont mis en évidence des mécanismes permettant aux plantes de garder l’équilibre.

Le vent est un des (nombreux) ennemis naturels de l’agriculteur. En cas de trop fortes tempêtes ou orages, les plantes peuvent verser, c’est-à-dire se coucher par terre, pour devenir non récoltables au final. Les pertes mondiales de rendement de céréales sont estimées à 10% à cause des tempêtes. Malgré cela, les plantes ont une capacité assez remarquable à tenir debout, bien plus que nous !

Balloté par le vent, le roseau plie mais ne rompt pas. Charles et Francis Darwin avaient déjà mis en évidence en leur temps la capacité des plantes à croître dans une direction donnée. Ainsi, une plante poussera toujours vers la lumière (phototropisme) ou selon la gravité (gravitropisme), faisant que ses racines poussent vers le bas et que sa germination se fait vers le haut. Obligez une plante à pousser à l’horizontal et elle finira toujours par aller vers le haut.


Les plantes ont aussi une oreille interne
Pour bien comprendre le fonctionnement des mécanismes d’équilibre des plantes, arrêtons-nous un instant sur le nôtre, régi par l’oreille interne. Dans celle-ci, notre équilibre se fait par un système dit otolitique, c’est à dire un ensemble de petits cailloux pris dans un gel sensible. La déformation des cils, due à l’action de la gravité sur les cailloux, permet à notre oreille interne de repérer la verticale. Cependant, lorsque nous sommes par exemple dans un manège, nous perdons le sens de la gravité. Notre oreille interne est alors bien incapable de distinguer l’accélération de la gravité d’autres forces, comme la force centrifuge par exemple.
Les plantes ont également un équivalent de l’oreille interne : les statocytes. Les statocytes sont des cellules disposées tout au long de la tige de la plante, qui hébergent en leur sein des petits grains d’amidon appelés statolithes. Jusqu’à présent, les recherches avaient mis en évidence un fonctionnement similaire des statocytes à celui de l’oreille interne : la sédimentation des statolithes exerce une pression sur la paroi des statocytes et permet à la plante de repérer la gravité. Cette idée suggère que les plantes ont un sens de l’équilibre comparable à celui des humains et donc qu’elles ne sont pas capables de distinguer la gravité d’une autre force, le vent par exemple. La pression s’exerçant sur les statolithes serait la résultante de toutes les forces de manière indifférenciée.



Un sens de l’équilibre plus aigu que les humains ?
Une autre hypothèse suggère que ce n’est pas la pression exercée par les statolithes qui permet aux plantes de « sentir » la gravité, mais des systèmes de capteurs qui détectent la position des petits grains d’amidon. Cette idée provient de récentes recherches menées conjointement par l’INRA, le CNRS et l’Université Blaise Pascal. Les chercheurs ont constitué un manège à plantes, composé de centrifugeuses à deux axes de rotation, comme il en existe pour l’entrainement des astronautes. Ils ont alors soumis aux forces centrifuges des centaines de plantes, dont de nombreuses cultivées comme le blé, la lentille ou le tournesol. Ils ont étudié, pendant de longues durées, la croissance des plantes dans ces conditions, avec un angle différent par rapport à la gravité effective.
L’histoire ne dit pas si les plantes ont pris leur pied (ou plutôt leurs racines) dans le manège, mais elle montre en revanche qu’elles ont réussi à croître en se redressant, de manière indépendante à l’intensité de la force centrifuge qu’elles subissaient. Les plantes arrivent donc à sentir la verticalité indépendamment des autres forces auxquelles elles sont soumises, et ce de manière permanente. Le positionnement des statolithes, et non uniquement la pression qu’ils exercent, permettraient aux plantes de repérer leur verticalité. Même secouées par le vent, les plantes seraient donc capables de garder leur verticalité.
Contrairement à nous, elles n’auraient donc pas la tête qui tourne.


Ces récentes découvertes des mécanismes d’équilibre des plantes pourront avoir des applications très importantes dans les décennies à venir en particulier dans l’amélioration variétale pour concevoir des cultures moins sensibles à la verse. Si cette piste ne doit pas faire oublier que la verse des plantes peut aussi être due à d’autres facteurs agricoles (trop d’azote par exemple), voilà peut-être tout de même une des nombreuses pistes d’avenir pour la sécurisation des rendements face aux aléas climatiques. 

Pour aller plus loin :

Le tour de force perceptif des plantes pour se maintenir à la verticale (INRA)- http://presse.inra.fr/Communiques-de-presse/Le-tour-de-force-perceptif-des-plantes-pour-se-maintenir-a-la-verticale



Voilà encore une caractéristique surprenante qui démontre que plus on étudie les plantes, moins on trouve de différence profonde entre le monde végétal et le monde animal.

Un signe pour appeler les végans à plus de raison ?
C’est que finalement, la science nous démontre que la plupart des caractéristiques animales sont également présentes chez les plantes, bien que d’une manière différente, puisqu’adaptée à leur condition particulière.


110- The spirit of plants -9- Balance

THE SPIRIT OF PLANTS - BALANCE

I found the following article on a very interesting French blog, which I will have occasion to quote other times, "Graines de Mane" (Seeds of Mane), devoted, as its subtitle says, to popularization and debate about agriculture (https://www.grainesdemane.fr/2017/02/08/plantes-nont-tete-tourne/).

In this case, it's a curious subject, insofar as this question is not usually asked.
Yet, as you will be able to verify, this is an important question, and the similarities with animal world are surprising.


"Plants don't feel dizzy

Often agitated by the wind, plants remain standing. How do they do it? Researchers at INRA [French National Institute for Agronomic Research] have identified mechanisms that allow plants to maintain the balance.

The wind is one of the (many) natural enemies of the farmer. In the event of too strong storms, plants can overturn, that's to say lie down, to become non-harvestable in the end. Global cereal yield losses are estimated at 10% due to storms. Despite this, plants have a remarkable ability to stand, much more than us!

Shaked by the wind, the reed bends but does not break. Charles and Francis Darwin had already highlighted in their time the ability of plants to grow in a given direction. Thus, a plant always grows towards light (phototropism) or gravity (gravitropism), causing its roots to grow downwards and germinate upwards. Forcing a plant to grow horizontally and it will always end going upward.


Plants also have an inner ear
To understand the functioning of the mechanisms of plants balance, let's stop for a moment on ours, governed by the inner ear. In this, our balance is made by a so-called otolitic system, which is a set of small pebbles caught in a sensitive gel. The deformation of the eyelashes, due to the action of gravity on the pebbles, allows our inner ear to locate the vertical. However, when we are in a merry-go-round, for example, we lose the sense of gravity. Our inner ear is then incapable of distinguishing the acceleration due to gravity, of other forces, such as centrifugal force, for example.
Plants also have an equivalent of the inner ear: the statocytes. The statocytes are cells arranged throughout the stem of the plant, which contain small grains of starch called statoliths. Until now, research has demonstrated a similar function of the statocytes to that of the inner ear: the sedimentation of statoliths exerts pressure on the statocyte wall and allows the plant to detect gravity. This idea suggests that plants have a sense of balance comparable to that of humans and therefore they are not able to distinguish the gravity of another force, the wind for example. The pressure exerted on the statoliths would be the result of all the forces in an undifferentiated way.



A more acute sense of balance than humans?
Another hypothesis suggests that it's not the pressure exerted by statoliths that allows plants to "feel" gravity, but a sensor systems that detect the position of small starch grains. This idea stems from recent research carried out jointly by INRA, CNRS [French National Center for Scientific Research] and Blaise Pascal University. The researchers formed a carousel for plants, consisting of centrifuges with two axes of rotation, as they exist for astronauts training. They then subjected to centrifugal forces hundreds of plants, many of them cultivated like wheat, lentil or sunflower. They studied, for long periods, the growth of plants under these conditions, with a different angle compared to the actual gravity.
The story does not say whether the plants had fun in the carousel, but it shows on the other hand that they have managed to grow by straightening independently to the intensity of the centrifugal force they suffered. Plants thus can feel the verticality independently of the other forces to which they are subjected, and this permanently. The positioning of the statoliths, and not just the pressure they exert, would allow the plants to detect their verticality. Even shaken by the wind, plants would be able to keep their verticality.
Unlike us, they would not feel dizzy.


These recent discoveries of balance of plants mechanisms, can have very important applications in the decades to come, especially in varietal improvement, to conceive crops less sensitive to overturning. If this track should not make us forget that the overturning of plants can also be due to other agricultural factors (too much nitrogen for example), this is perhaps one of the many ways forward for securing yields against the vagaries of the climate.

If you want to learn more :




Here is another surprising characteristic which shows that the more one studies the plants, the less one finds a profound difference between the vegetable and the animal world.

A sign to call the vegans to more reason?
In the end, science shows us that most animal characteristics are also present in plants, although in a different way, since adapted to their particular condition.



dimanche 16 juillet 2017

109- Agricultura urbana -3- ¿La ciudad o el campo?

¿LA CIUDAD O EL CAMPO?

Hace unos meses, te hablaba de agricultura urbana. Quiero volver al tema, con una mirada distinta, que los urbanos a menudo miran al revés, y que tengo que vivir diariamente.
No se trata realmente de agricultura urbana, pero de la agricultura cuando se encuentra, sin querer, enfrentada a un vecindario urbano o en la orilla de una comunidad urbana.


El desarrollo de la agricultura en las ciudades es una novedad, y se hace en su gran mayoría con técnicas de agricultura ecológica. Aprovecha espacios libres para implantar cultivos agrícolas. En general, no es un cultivo rentable, en el sentido que el agricultor urbano no busca hacer de ello su principal fuente de ingresos. Es un complemento, un pasatiempo, un placer, una satisfacción personal, o un gesto ecológico. No le resta valor al hecho, pero lo sitúa en un plan relativamente segundario, al menos del punto de vista económico. En barrios desfavorecidos sin embargo, puede representar un importante complemento de ingresos, o mejor dicho, un ahorro sobre el presupuesto de alimentación, con a veces interesantes acciones comunitarias o de reinserción.

Las ciudades crecen consumiendo tierras agrícolas, mordisqueando partes de fincas cultivadas. No ha cambiado desde la creación de las primeras ciudades hace aproximadamente 5.000 años.
Mira este Château XX del que te hablaba en el pasado mes de Octubre. Se ha encontrado dentro de la ciudad, no por voluntad propia, sino porque la ciudad ha crecido. Los propietarios de Château XX se han resistido frente a los compradores y a los promotores, pero no sus vecinos. Poco a poco, la ciudad ha ido rodeando el viñedo.


En Europa, según los datos de la FAO, 11 hectáreas de tierra agrícola desaparecen cada hora, lo que representa más o menos 100.000 hectáreas cada año, recubiertos por alojamientos, oficinas, centros de ocios, polígonos industriales, infraestructuras sanitarias, ferroviarias o de carreteras. Es enorme. A modo de comparación, el rendimiento medio de patata en 2015 en la Unión Europea fue de 33.000 kilos por hectárea (http://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php/The_EU_potato_sector_-_statistics_on_production,_prices_and_trade#Farms_and_area). La pérdida anual de 100.000 hectáreas de tierras agrícolas equivale a la pérdida de 3.300 millones de kilos de patata. Para una población, en 2015 de 508 millones de habitantes, representa una pérdida de potencial productivo ¡de 6,5 kilos de patata por cada habitante! Y eso ¡cada año!

Pero ¿qué pasa cuando un urbano se muda al campo? Se da cuenta que la agricultura es una actividad que funciona 365 días al año, durante las 24 horas, con personas, máquinas, ruido, olores, total, lo que en general considera como molestias, y que a menudo ha intentado evitar instalándose en el campo, pero que forman parte integrante y a menudo inevitable de la actividad agrícola.
El urbano no entiende (o se niega a entender), protesta y exige. El agricultor, casi siempre, no tiene más remedio que de ceder.

Mira este curioso caso. Una pareja, en el Sur de Francia, es obligada por la justicia, a tapar un estanque porque las ranas molestan a los nuevos vecinos: http://immobilier.lefigaro.fr/article/quand-des-grenouilles-bruyantes-font-condamner-des-proprietaires_f812211c-2ee7-11e6-91c1-3e3a0f8cba2d/


Mira también este caso, muy reciente, también en Francia, mucho más dramático, que podría obligar a un ganadero, descendiente de 6 generaciones de ganaderos, a parar su actividad, porque el olor del estiércol molesta a sus nuevos vecinos, instalados desde poco para su jubilación:
Es revelador de una situación muy real, cada vez más frecuente, y diaria para muchos agricultores.

Aquí, para mí, son las actividades nocturnas, por ejemplo los tratamientos o la trituración de la leña de poda, imposibles a hacer de día durante la mitad del año, por culpa de las temperaturas excesivas, que provocan denuncias frecuentes por ruido de parte de los vecinos instalados en edificios de construcción reciente situados (adivina donde) en una parte expropiada de la finca.


La ganadería genera estiércol. Es lo mismo desde que el hombre cuida animales, y no huele siempre bien.
La agricultura puede necesitar amontonar o esparcir estiércol, para enriquecer o simplemente para nutrir el suelo, especialmente en agricultura ecológica. Es muy sano, y de esta manera los efluentes de ganadería se reciclan limpiamente para la producción vegetal.
Cuando llega el momento de cosechar cereales, el trabajo puede ser tanto de día como de noche, ya que hay que ir lo más rápido posible, para evitar los problemas de lluvia y la sobremadurez.
Si una enfermedad o un vuelo de mariposas amenaza los cultivos, los tratamientos son urgentes, aún más si son ecológicos y hay que intervenir lo más rápido posible, de día como de noche.
Hace varios años, una enorme y repentina eclosión de un lepidóptero, Plusia gamma, provoco daños terribles en numerosos cultivos en el área de Sevilla. En esa época, producíamos espárragos y en los días siguiendo el problema, se podía determinar visualmente las primeras parcelas tratadas, que estaban todavía muy verdes, aunque dañadas, y las últimas, totalmente peladas por millones de orugas nacidas al mismo tiempo. La producción del año siguiente delato claramente este ataque, con la progresividad que correspondía a la hora del tratamiento. Este resultado nos demostró que habíamos tenido razón de no esperar y de tratar durante las 24h en cuanto detectamos el riesgo.
Los animales también viven de noche, incluso si son animales de granjas, y pueden ser ruidosos.
La preparación de las tierras para la siembra o las plantaciones se hace cuando el suelo y el tiempo lo permiten, y hay que hacer las cosas con rapidez, de día como de noche, entre semana, los domingos y los días festivos.


Total, la agricultura puede ser ruidosa u oler fuerte, lo que normalmente no molesta los vecinos si son también agricultores o vinculados con ella.
Pero para oídos y olfatos delicados de urbanos no preparados, no acostumbrados y a menudo, poco dispuestos a aceptarlo, es otra historia.

Sin embargo muchos urbanos tienen un sueño que algunos, en los países occidentales, ejecutan, que es de instalarse en el campo, descansar ahí durante sus vacaciones o jubilarse ahí.
Algunos le hacen cambiando su residencia principal hacia las afueras o los corredores verdes de las grandes ciudades. Otros invierten en una casa de campo a donde van corriendo cada vez que pueden.
Total, se acercan a los agricultores que los alimentan. Pero ¿crees que aceptan los tractores de noche o los montones de estiércol?
No, protestan, a veces incluso demandan a los agricultores. Y lo peor es que, al igual que en los casos mencionados, la justicia les da razón bastante a menudo.

Se instalan para vivir ociosamente en un lugar de trabajo. Pues sí, el campo es el lugar de trabajo de los agricultores.
Imagina un segundo que agricultores se vayan hacer una siesta en tu oficina o en tu sala de junta, y que además, ¡¡¡exijan el silencio!!!

Podemos resumir, de manera un poco caricatural, la situación actual de las relaciones entre el mundo urbano y el mundo agrícola:
Hay que producir buenos productos, sanos, respetuosos con el medioambiente, sin pesticidas, en cantidad, baratitos, pero sobre todo, sin molestarme, sin hacer ruido, y sin olores.


Voy a tu casa, disfruto de las ventajas que son los tuyos pero, ya que no tengo la más mínima intención de compartir los inconvenientes que son los tuyos, exijo que adoptes mi modo de vida.
¡Vaya! Y yo que creía que la descolonización se había terminado en el siglo pasado.

Solo había olvidado la colonización del campo por las ciudades. Las ciudades conquistan, a menudo de forma brutal, incluso guerrera, y se implantan sin ninguna concesión ni ninguna precaución para que los vecinos puedan seguir viviendo y trabajando igual que antaño.
El responsable de los problemas no es el colonizador, sino el colonizado.

¿Alguien ha dicho que hay cierto malestar en el mundo rural?

109- Urban agriculture -3- The city or the countryside?

THE CITY OR THE COUNTRYSIDE?

A few months ago, I was talking about urban agriculture. I would like to address the problem, but this time from a different angle, which city dwellers often see upside down, and which I live daily.
It is not really about urban agriculture, but about agriculture when it is unwittingly confronted with an urban neighborhood.


The development of agriculture in the city is a novelty, and the vast majority is based on organic farming techniques. It uses open spaces to establish agricultural crops. It's not, in general, a profitable agriculture, in the sense that the urban farmer does not seek to derive his main income. It's a complement, a hobby, a pleasure, a personal satisfaction, or an ecological gesture. It does not detract from the value of the action, but it places it on a relatively secondary level, at least from an economic point of view. In some disadvantaged neighborhoods, however, it can really be an important income supplement, or rather an economy on the food budget, with sometimes some very interesting community actions or reintegration.

Cities are growing by consuming agricultural land, nibbling parts of cultivated farms. It's been like that since the first cities were created, about 5,000 years ago.
Look at this Chateau XX, which I mentioned last October. It found itself in the middle of the city, not because of its owner will, but because the city grew. The owners of the castle resisted the buyers and promoters, but not their neighbors. Little by little, the city surrounded the property.


In Europe, according to FAO data, 11 hectares of agricultural land disappears every hour, accounting for about 100,000 hectares per year, buried under dwellings, offices, shopping centers, recreation centers, business parks, sanitary, road or rail infrastructure. It is huge. By comparison, the average yield of 2015 potatoes in the European Union was 33 tons per hectare (http://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php/The_EU_potato_sector_-_statistics_on_production,_prices_and_trade#Farms_and_area). The annual loss of 100,000 hectares of agricultural land is equivalent to the loss of 3,300,000 tons of potatoes. For a population, in 2016 of 508 million inhabitants, this represents a loss of production potential of 6.5 kg of potatoes per capita! And that, every year!

What happens when city dwellers move to the countryside? They realize that agriculture is an activity that operates 365 days a year, 24 hours a day, with people, machines, noise, odors, in short, what they often regard as nuisances, that they often wished to flee by setting out in the countryside, but which are only an integral and often inevitable part of agricultural activity.
The city dweller does not understand (or refuses to understand), protests and demands. The farmer is almost always obliged to yield.

See this curious case. A couple, in the South of France, is forced by justice, to fill a pond because the frogs disturb the new neighbors: http://immobilier.lefigaro.fr/article/quand-des-grenouilles-bruyantes-font-condamner-des-proprietaires_f812211c-2ee7-11e6-91c1-3e3a0f8cba2d/


See also this very recent case, also in France, much more dramatic, which could oblige a breeder, descendant from 6 generations of breeders, to stop his activity, because the smell of manure disturbs his new neighbors, who came for their retirement: http://www.demotivateur.fr/article/eleveur-depuis-6-generations-il-est-contraint-de-demenager-sa-ferme-car-ses-vaches-derangent-ses-nouveaux-voisins-venus-prendre-leur-retraite-a-la-campagne-10285
This is indicative of a real, increasingly frequent, and everyday situation for many farmers.

Here, for me, it is the nocturnal activities, for example sprayings or the grinding of the wood of pruning, impossible to realize during day during half of the year because of the too high temperatures, which regularly provoke complaints for nocturnal noise , from neighbors, installed in recent dwellings built (guess where) on an expropriated part of the farm.


Livestock generates manure. That's how it's been since the man breeds animals, and it does not always smell good.
Agriculture may need to accumulate or spread manure, to enrich or simply feed the soil, especially in organic farming. It is very healthy, the effluents of the breeding are thus cleanly recycled for plant production.
When the harvest is there, the work is done day and night, because it's necessary to go as quickly as possible, to avoid the risks of rain and overmature.
If a disease or an attack of butterflies threatens crops, sprayings are urgent, even more if they are organic and we must intervene as quickly as possible, day and night.
Several years ago, a huge and brutal outbreak of a Lepidoptera, Plusia gamma, caused terrible damage to many crops in the Seville area. At that time, we were growing asparagus, and in the days following this problem, we could visually determine the first sprayed plots, which were still green, although damaged, and the last, literally peeled by millions of caterpillars hatched at the same time. The production of the following year was clearly affected by this attack, with the progressiveness corresponding to the hour of the spraying. This result showed that we were right not to wait and to spray 24 hours a day as soon as we detected the risk.
Animals also live at night, even if they are farmed animals, and can be noisy.
The preparation of the soil for planting or seedling is done when the soil and the climate allow it, and it is necessary to do things quickly, day and night, on weekdays, on Sundays and on public holidays.


In short, agriculture may be very noisy or smell bad, which does not usually disturb the residents when they are themselves farmers or linked to agriculture.
But for the delicate ears and noses of city dwellers, unwary, unaccustomed, and often unwilling to accept it, it is another story.

Yet many urban dwellers have a dream that some people in Western countries are putting into effect, which is to settle in the countryside, to rest during their holidays or to retire.
Some do this by moving their main residence to the suburbs and green areas around major cities. Others invest in a second home to which they rush as soon as they have time.
In short, they are closer to the farmers who feed them. But do you think they accept nocturnal tractors or manure piles?
No, they protest, sometimes they even go to court. And the worst is that, as in the cases cited, justice unfortunately often gives them right.

They settle down to live idly in a workplace. Yes, the countryside is the workplace of farmers.
Imagine for a second that farmers are going to take a nap in your office or meeting room and that they also request silence!!!!!!!!!

One can summarize, in a somewhat caricatured way, the current situation of relations between the urban world and the agricultural world:
Produce good products, healthy, environmentally friendly, pesticide-free, abundant, not too expensive, but most importantly, without disturbing, making noise or smelling.


I come to you, I enjoy the advantages that are yours, but as I don't intend to share the disadvantages that are yours, I request you to adopt my way of life.
Really? I thought, however, that decolonization had ended in the last century.

I just forgot the colonization of the countryside by towns. Cities conquer, often brutally, even warlike, and settle without any concession or precaution, so that the neighbors could continue to live and work as before.
The responsible for problems is not the colonizer but the colonized.

And you say that there is a malaise in the rural world?

109- Agriculture urbaine -3- La ville ou la campagne?

LA VILLE OU LA CAMPAGNE?

Il y a quelques mois, je vous parlais d'agriculture urbaine. Je voudrais aborder le problème, mais cette fois-ci sous un angle différent, que les citadins voient souvent à l'envers, et que je vis au quotidien.
Il ne s’agit pas vraiment d’agriculture urbaine, mais plutôt de l’agriculture lorsqu’elle se retrouve sans le vouloir confrontée à un voisinage citadin ou urbain.


Le développement de l'agriculture en ville est une nouveauté, et elle se fait dans sa grande majorité sur des techniques d'agriculture biologique. Elle utilise des espaces libres pour y implanter des cultures agricoles. Ce n'est pas, en général, une agriculture rentable, dans le sens que l'agriculteur urbain ne cherche pas à en tirer son revenu principal. C'est un complément, un passe-temps, un plaisir, une satisfaction personnelle, ou un geste écologique. Ça ne retire rien à la valeur de l'action, mais ça la place sur un plan relativement secondaire, au moins du point de vue économique. Dans certains quartiers défavorisés, il peut cependant s’agir vraiment d’un important complément de revenu, ou plutôt d’une économie sur le budget alimentaire, avec parfois de très intéressantes actions communautaires ou de réinsertion.

Les villes s'accroissent en consommant des terres agricoles, en grignotant des parties de fermes cultivées. C’est comme ça depuis la création des premières villes, il y a environ 5.000 ans.
Voyez ce Château XX dont je vous parlais au mois d’octobre dernier. Il s'est retrouvé en ville, non pas par volonté propre, mais parce que la ville s'est agrandie. Les propriétaires du château ont résisté aux acheteurs et aux promoteurs, mais pas leurs voisins. Petit à petit, la ville a encerclé la propriété.


En Europe, selon les données de la FAO, 11 hectares de terres agricoles disparaissent toutes les heures, ce qui représente environ 100.000 hectares par an, ensevelis sous des logements, des bureaux, des centres commerciaux, des centres de loisirs, des zones d’activités, des infrastructures sanitaires, routières ou ferroviaires. C’est énorme. Par comparaison, le rendement moyen 2015 de pomme de terre dans l’Union Européenne était de 33 tonnes par hectare (http://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php/The_EU_potato_sector_-_statistics_on_production,_prices_and_trade#Farms_and_area). La perte annuelle de 100.000 hectares de terres agricoles équivaut à la perte de 3.300.000 tonnes de pomme de terre. Pour une population, en 2016 de 508 millions d’habitants, cela représente une perte de potentiel de production 6,5 kilos de pomme de terre par habitant ! Et ça, chaque année !

Or que se passe-t-il lorsque des citadins déménagent à la campagne? Ils se rendent compte que l'agriculture est une activité qui fonctionne 365 jours par an, 24 heures sur 24, avec des gens, des machines, du bruit, des odeurs, bref, ce qu'ils considèrent souvent comme des nuisances, que souvent ils ont voulu fuir en partant s’installer à la campagne, mais qui ne sont que partie intégrante et souvent inévitable de l'activité agricole.
Le citadin ne comprend pas (ou refuse de comprendre), proteste et exige. L'agriculteur est presque toujours obligé de céder.

Voyez ce cas curieux. Un couple, dans le Sud de la France, est contraint par la justice, à combler une mare car les grenouilles dérangent les nouveaux voisins : http://immobilier.lefigaro.fr/article/quand-des-grenouilles-bruyantes-font-condamner-des-proprietaires_f812211c-2ee7-11e6-91c1-3e3a0f8cba2d/


Voyez aussi cet autre cas, très récent, également en France, beaucoup plus dramatique, qui pourrait obliger un éleveur, descendant de 6 générations d’éleveurs, à arrêter son activité, parce que l’odeur du fumier dérange ses nouveaux voisins, venus prendre leur retraite à côté : http://www.demotivateur.fr/article/eleveur-depuis-6-generations-il-est-contraint-de-demenager-sa-ferme-car-ses-vaches-derangent-ses-nouveaux-voisins-venus-prendre-leur-retraite-a-la-campagne-10285
C'est révélateur d'une situation bien réelle, de plus en plus fréquente, et quotidienne pour beaucoup d'agriculteurs.

Ici, pour moi, ce sont les activités nocturnes, par exemple les traitements ou le broyage du bois de taille, impossibles à réaliser de jour durant la moitié de l’année à cause des températures trop élevées, qui provoquent régulièrement des plaintes pour tapage nocturne, de la part  des voisins, installés dans les immeubles récents construits (devinez où) sur une partie expropriée de la ferme.


L’élevage génère du fumier. C’est comme ça depuis que l’homme élève des animaux, et ça ne sent pas toujours bon.
L'agriculture peut avoir besoin d'accumuler ou d'épandre du fumier, pour enrichir ou simplement nourrir la terre, en particulier en agriculture biologique. C’est très sain, les effluents de l’élevage sont ainsi proprement recyclés pour la production végétale.
Quand la moisson est là, le travail se fait de jour comme de nuit, car il faut aller le plus vite possible, pour éviter les risques de pluie et la surmaturité.
Si une maladie ou un vol de papillons menace les cultures, les traitements sont urgents, encore plus s'ils sont bio et il faut intervenir le plus vite possible, de jour comme de nuit.
Il y a plusieurs années, une énorme et brutale éclosion d’un lépidoptère, Plusia gamma, provoqua des dégâts terribles sur de nombreuses cultures de la région de Séville. A cette époque, nous produisions des asperges, et dans les jours suivant ce problème, on pouvait déterminer visuellement les premières parcelles traitées, qui étaient encore bien verte, bien qu’endommagées, et les dernières, littéralement pelées par des millions de chenilles écloses en même temps. La production de l’année suivante se ressentit très clairement de cette attaque, avec la progressivité correspondant à l’heure du traitement. Ce résultat nous démontra que nous avions eu raison de ne pas attendre et de traiter 24h/24h dès que nous avons détecté le risque.
Les animaux vivent aussi la nuit, même si ce sont des animaux d'élevages, et peuvent être bruyants.
La préparation des terres pour les semis ou les plantations se fait lorsque le sol et le climat le permettent, et il faut donc faire les choses rapidement, de jour comme de nuit, les jours de semaine, les dimanches et les jours fériés.


Bref l'agriculture peut-être très bruyante ou sentir fort, ce qui ne dérange généralement pas les riverains lorsqu’ils sont eux-mêmes agriculteurs ou liés à l’agriculture.
Mais pour les oreilles et le nez délicats des citadins non avisés, peu habitués, et souvent peu disposés à l’accepter, c’est une autre histoire.

Or beaucoup de citadins ont un rêve que certains, dans les pays occidentaux, mettent à exécution, qui est de s’installer à la campagne, s’y reposer durant leurs vacances ou y prendre leur retraite.
Certains le font en déménageant leur résidence principale vers les banlieues et les zones vertes autour des grandes villes. D’autres investissent dans une résidence secondaire vers laquelle ils se précipitent dès qu’ils en ont le temps.
Bref, ils se rapprochent des agriculteurs qui les nourrissent. Mais croyez-vous qu’ils acceptent les tracteurs nocturnes ou les tas de fumier ?
Non, ils protestent, parfois même ils attaquent en justice. Et le pire, c’est que, comme dans les cas cités, la justice leur donne malheureusement souvent raison.

Ils s’installent pour vivre oisivement sur un lieu de travail. Eh oui, la campagne est le lieu de travail des agriculteurs.
Imaginez une seconde que des agriculteurs aillent faire une sieste dans votre bureau ou votre salle de réunion et qu’en plus, ils y exigent le silence !!!!!!!!!

On peut résumer, de manière un peu caricaturale, la situation actuelle des relations entre le monde citadin et le monde agricole :
Produisez des bons produits, sains, respectueux de l'environnement, sans pesticide, en abondance, pas trop chers, mais surtout, sans me déranger, sans faire de bruit et sans odeur.


Je viens chez toi, je profite des avantages qui sont les tiens, mais comme je n’ai pas l’intention de partager les inconvénients qui sont les tiens, j’exige que tu adoptes mon mode de vie.
Tiens ? Je croyais pourtant que la décolonisation s'était terminée au siècle dernier.

J'avais juste oublié la colonisation de la campagne par les villes. Les villes conquièrent, souvent de manière brutale, voire guerrière, et s'installent sans aucune concession ni aucune précaution pour que les voisins puissent continuer à vivre et travailler comme avant.
Le responsable des problèmes n'est pas le colonisateur mais le colonisé.

Et vous dites qu’il y a un malaise dans le monde paysan ?