LA AGRICULTURA ENFERMA DE SU SILENCIO.
Como lo decía al final de mi último
artículo, una curiosa coincidencia quiso que, justo después de la publicación,
el 9 de febrero, de mi artículo nº 38 “El caso Alar”, el canal de televisión
pública francesa France 2 difundió, el 5 de marzo, un reportaje en su programa
de amplia audiencia “Envoyé Spécial”, (Enviado Especial), con el título
llamativo de ¿Todavía se pueden comer manzanas?
La reacción de los profesionales fue
muy fuerte. Hay que decir que la orientación era clara: atacar directamente la
producción de manzanas, las técnicas de conservación en la primera parte, las
técnicas de protección fitosanitaria en el campo después.
Solo se presenta un punto de vista, y
algunas verdades se afirman bajo una apariencia pseudo-científica o
sensacional, y a veces totalmente mentirosa (es el caso por ejemplo del cartel
de peligro de muerte instalado en la entrada de la cámara frigorífica de
conservación de las manzanas, supuestamente puesto para el peligroso producto
de conservación, a pesar de tener una clasificación sin riesgo, cuando esta
puesto por el nivel muy bajo de oxígeno en el interior de la cámara con el
peligro de asfixia que conlleva). El debate no tiene lugar, solo intervienen
los detractores de esas técnicas. Los testigos favorables, a pesar de haber
sido interrogados en la grabación, se incluyeron en el montaje final. Hay una clara voluntad de manipulación de la
opinión de los telespectadores.
Para comprender las reacciones de ira
de la profesión, os propongo proceder de la siguiente manera. Tengo que indicar
que todos los videos y artículos relacionados están en francés.
2- Para tener un análisis científico no
orientada, pero fácil de entender, leer el siguiente artículo: http://www.pseudo-sciences-13.org/smartfresh-pommes.html
3-
Para
leer una interpretación por profesionales de la protección fitosanitaria, puede
leer un texto breve y claro, en el que también encontrara un link hacia un
artículo muy bien hecho de la revista Vegetable, de Julie Martin, periodista
contactada para ser entrevistada en el reportaje: http://www.forumphyto.fr/2015/03/20/pommes-envoye-special-quand-on-prend-les-telespectateurs-pour-des-poires/
4- Y para terminar, el punto de vista muy
pertinente de un productor de manzanas, también responsable profesional, en el
blog de Daniel Sauvaitre, presidente de la ANPP (asociación francesa manzana y
pera) y presidente de WAPA (World Apple and Pear Association), muy enfadado en
este caso, y que escribió una serie de 6 artículos que desmontan el reportaje
punto por punto (el link es del primer artículo, encontrareis los links
siguientes en la página del blog) http://www.daniel-sauvaitre.com/2015/03/c-est-dur-d-etre-filme-par-des-cons-nes-ou-quand-la-pomme-voit-rouge-1.html
No creo poder añadir una opinión
interesante sobre el reportaje en sí. Solo diré que es muy sorprendente constatar que, 26 años después del caso Alar, el
mismo tema está nuevamente atacado, sin motivo justificado. El tema en
realidad es la posibilidad de conservar alimentos durante meses, sin alterar
apenas sus cualidades nutricionales, de presentación y de sabor. ¿Por qué este
hecho tiene que ser sospechoso?
En paralelo, los detractores de estas
técnicas son también los que más deploran (con razón en este caso), el brutal
desperdicio alimenticio que se produce a escala planetaria. Pero todo el mundo,
al menos en los círculos que se preocupan del problema, sabe que uno de los
principales medios de reducción de este terrible despilfarro, es precisamente
la mejora de las técnicas de conservación.
En cualquier parte del mundo, se busca
mejorar las condiciones de acceso a los alimentos, se intenta reducir el
desperdicio de alimentos, se financian esfuerzos de desarrollo de los países o
regiones más pobres.
Sin embargo, en el mismo tiempo, en
los países occidentales, se rechazan los progresos realizados en los 70 últimos
años, que han logrado que nuestras regiones dispongan de una alimentación
abundante, cada vez más respetuosa con el medio ambiente, y que nunca ha sido
tan sana. Aquí se quiere mantener la agricultura bajo una chapa de
obscurantismo.
¿Qué se está buscando? Vender,
conseguir audiencia, darse a conocer, con el riesgo de hundir una rama entera
de la economía, jugando a espantar a los consumidores.
Quiero expresarme sobre el motivo por
el que, en mi opinión, este tipo de manipulación de la opinión, de propaganda
destructora puede hoy, ser posible.
La
Agricultura parece avergonzarse de sus propias prácticas, cuando debería ser lo
contrario. Se calla,
y cuando se presenta la ocasión, se niega a hablar. La Agricultura parece ser
muda por voluntad propia.
No es sorprendente que personas mal
intencionadas reciban una buena acogida cuando presentan, de bonita manera y
con el aspecto de una investigación honrada y reveladora de secretos bien
guardados, temas sensibles, desviados en el sentido de la tesis que quieren sostener.
Y la Agricultura pasa, una vez más,
por una envenenadora, a pesar de las reacciones de los profesionales que no
tendrán probablemente mucho impacto. Recordar lo que escribía en febrero, en mi
blog, a propósito del caso Alar: “Frente
a unos argumentos simplistas y manejando el miedo, la ciencia siempre se
encuentra en una postura impotente. Los argumentos consiguen un efecto
inmediato, por la introducción de la duda y del miedo en la mente del público
enfocado. En cuanto a la ciencia, necesita semanas, meses o años para demostrar
la mentira.”
Este es el auténtico problema.
La Agricultura comunica casi siempre
en la defensiva, después de ataques mediáticos, en general sin fundamento, como
es el caso de este reportaje de Envoyé Spécial. Mentiras organizadas con el
único objetivo de conseguir audiencia.
Claro que existen algunas personas, de
las que formo parte, que intentan, por mediación de las redes sociales, de
cambiar esta tendencia. Pero el resultado es muy limitado, ya que la mayor
parte de sus seguidores están en relación, más o menos estrechamente con el
mundo agrícola.
¿Cómo hacer para alcanzar la única verdadera
meta de una comunicación bien enfocada, el gran público?
Presentando las cosas para que sean de
alcance fácil, lúdicas, pero con una base científica demostrable.
Puede ser, por ejemplo, un parque
temático sobre agricultura, un salón bien organizado para el gran público,
programas televisivos en horas de audiencia familiar.
La
Agricultura no debe dejar más que otros hablen en su lugar, generalmente de manera errónea y
negativa. Debe organizarse para comunicar, y tomar la iniciativa, comunicar de
forma positiva, sin tabú, ser totalmente transparente sobre sus métodos, sus
técnicas y sus prácticas. Todo debe ser presentado, explicado y justificado,
desde la agricultura ecológica con todas sus variantes, hasta la agricultura de
precisión y la agricultura industrial.
Es
imprescindible y urgente que la Agricultura aprenda a hacerse conocer por lo
que es, no por lo que otros creen que es, y aún menos por lo que otros quieren
hacer creer que es.
No olvidemos que las generaciones
sucesivas, hasta los años 70 habían todas, o casi vivido en el campo, o tenían
al menos un familiar relacionado con la agricultura, lo que les daba cierta
familiaridad, incluso cierto conocimiento o práctica, por limitado que fuera,
de estos asuntos.
Por el contrario, las generaciones a
partir de los años 80 proceden esencialmente de las ciudades, y han perdido
casi totalmente el vínculo con el campo y la agricultura. Por consecuencia, son
dianas ideales para quienes quieran hacerles tragar trolas.
Otro problema, que no es el menor de
ellos, los habitantes de las ciudades que deciden cambiar de aire, o
instalándose en los pueblos en las afueras de las ciudades, o comprándose una
casa de campo para ir en fines de semana y vacaciones. No entienden, o no
aceptan que un agricultor tenga que trabajar de noche, el domingo, le moleste
las mañanas que haya decidido quedarse en la cama, o que tenga un montón de
estiércol detrás de la vaquería (de toda la vida), pero justo delante la zona
donde quiere instalar su futura veranda. El mismo problema existe con la
progresión del urbanismo que ocupa cada vez más terrenos agrícolas
tradicionales, provocando dificultades de vecindario.
Total,
existen dos mundos complementarios e inseparables, peor que no se comprenden, hasta el punto de volverse
incompatibles.
Además, la comunicación ha cambiado.
Internet permite el acceso a una cantidad extraordinaria de informaciones, a
menudo sin autentificar. Cuando se sabe la cantidad de errores, de
aproximaciones y de mentiras difundidas en los periódicos o por la televisión,
¡imaginad lo que hay en Internet!
Los consumidores cambian, se
preocupan, piden informaciones simples y fáciles de entender.
En materia de comunicación, la
Agricultura es su propio peor enemigo. Se ha impuesto, de manera progresiva y
casi natural, una ley del silencio que está a punto de destruirla.
La naturaleza aborrece el vacío,
también en materia de comunicación. Las preguntas de los consumidores no se
quedan sin respuestas, pero no es la Agricultura que les contesta.
Debe aprender a enseñar y a
explicar las innovaciones tecnológicas
de las que se está equipando o a las que tendrá acceso en el futuro.
Imaginad que todos los sectores
agrícolas, a nivel europeo por ejemplo, uniesen sus esfuerzos y sus
presupuestos para crear mensajes, programas de televisión, acontecimientos en
común, enseñando el saber-hacer, la modernidad y la diversidad de la
agricultura, en Europa y en todo el mundo. Imaginad un programa de televisión
semanal, en hora de audiencia familiar importante, que presente la agricultura
bajo todas sus formas, sin tabú ni mentira, de una manera amena y atractiva.
¿Quién
cree que si la Agricultura fuera diariamente presente en la vida de los
telespectadores, los comerciantes de miedo tuvieran tanta facilidad para contar
sus mentiras?
El uso del miedo es posible, sobre
todo por el desconocimiento del público. Pues formémoslo, informémoslo, pero
con una auténtica información de calidad, no con mensajes manipulados o
pervertidos.
Es normal que los consumidores se
preocupen por la calidad de su alimentación. Les afecta a diario, y se les
cuenta de todo, y lo contrario. Están perdidos, y al mismo tiempo, son
ignorantes y desean saber más. ¿Quién ocupa el terreno de la información? Los
lobbies ecologistas, los adeptos de las pseudo-ciencias, y los antisistema de
todos tipos. En frente, la Agricultura se deja llevar, o tropieza con explicaciones
torpes o complicadas, siempre en la defensiva.
Es urgente desdiabolizar la
Agricultura y la protección fitosanitaria, pero no se va hacer con silencios,
al revés. Hay que hablar, y como lo dice el artículo de slate.fr presentado en
mi publicación anterior (nº 40 “Orgulloso de ser agricultor”), “con una puesta en escena adecuada y
actividades instructivas y lúdicas entorno a esos temas, podría convertirse en
un gran atractivo del Salón agrícola el más familiar y el más abierto al
público”.
Seamos
orgullosos de ser agricultores.
Seamos orgullosos del difícil trabajo que realizamos a diario para que la
población pueda disponer de una alimentación abundante, diversificada, y sana.
Y tú, querido lector no agricultor,
simple consumidor de productos agrícolas, alejado de nuestras preocupaciones, y
preocupado por tu salud y por la calidad de tus alimentos, recuerdes que la
calidad y la seguridad de los alimentos, nunca ha sido tan elevada como ahora.
Si dudas de esta calidad, si piensas
que era mejor antaño, puedes leer en inglés http://www.utne.com/environment/fast-food-culinary-ethos.aspx?PageId=1
o en francés
No te dejes engañar por los
comerciantes del miedo.
Eres su víctima, y nosotros también.
Apoya a la Agricultura, es
tu mejor garantía de un futuro sano.
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