Por primera
vez, voy a hablar de un tema que me era casi desconocido antes de preparar esta
publicación.
La
agricultura no se aprende en los libros.
En
agricultura, la simple lectura bibliográfica no puede de ninguna manera tener
valor de conocimiento. El único conocimiento realmente útil se adquiere por la
experiencia, o en su defecto, por la experimentación. En este caso, no tengo
nada de esto.
¿Por qué este
tema desconocido?
Porque en mi
serie sobre los métodos de producción, me parece obvio que tiene su sitio. No
es solo una rama secundaria de la agricultura ecológica.
Porque la
agricultura biodinámica está en pleno desarrollo, lo que, en sí, constituye
algo destacado, y que recibe una acogida creciente con los distribuidores y
los consumidores.
El desarrollo
de la biodinámica en estos últimos años es especialmente importante en la
viticultura. Algunos grandes vinos, en todas las denominaciones, han hecho su conversión, o la están haciendo.
Para una
mente cartesiana como la mía, algunos aspectos de la biodinámica son
sorprendentes, o chiflados. Sin embargo, hay que decir que un número creciente
de agricultores siguen sus protocolos.
Pues voy a
intentar hacer un retrato que os permita entender sus especificidades.
La emergencia
de los movimientos de agricultura ecológica se ha producido entre las dos
guerras mundiales, durante los años 20, probablemente debido a la toma de
consciencia de los riesgos de la química. No debemos olvidar que, hasta el
principio del siglo XX, la química era una ciencia y una industria nueva, muy
prometedora, tanto en la medicina como en la agricultura o la industria.
Pero la
primera guerra mundial enseño una cara nueva de la química, y sobre todo de sus
peligros. La utilización a gran escala de los gases de combate, y sus
devastadoras consecuencias sobre la salud de los soldados y sobre el medio
ambiente, hizo tomar conciencia de los posibles abusos y de los riesgos reales.
Esta toma de
conciencia fue probablemente uno de los principales motivos que ha llevado a la
creación de los movimientos ecologistas, y de las diferentes ramas de la
agricultura ecológica.
LA
BIODINÁMICA
Se trata de
una rama de la agricultura ecológica, cuyo ideólogo y primer divulgador, muy
controvertido, fue Rudolf Steiner, que fue quien presento los principios en
1924, en una serie de conferencias a agricultores en toda Alemania.
Al rechazo
del uso de la química en agricultura, añade una búsqueda profundizada de los
equilibrios naturales. También añade el rechazo, total o parcial, de la mecanización, con una actividad principalmente manual, y el uso de animales de tracción.
De cierto modo, lleva el concepto de agricultura
ecológica a su máximo. Se puede decir que la agricultura ecológica, de modo
general, es casi una agricultura convencional, pero sin química de síntesis.
En este
marco, las posibilidades de éxito son limitadas, ya que, por esencia, la
agricultura perturba los equilibrios naturales. El simple hecho de sembrar un
campo de trigo o de plantar un huerto de manzanos es un contrasentido natural.
La
biodinámica intenta recrear los equilibrios perturbados por la agricultura,
integrando lo más posible, un respecto de los ritmos naturales que la
agricultura moderna ha casi siempre perdido (ciclos lunares, planetarios y
zodiacales), una toma en consideración, activa y permanente, de la influencia
de las “fuerzas cósmicas”, pero también esfuerzos notables en términos de
biodiversidad.
Utiliza la
noción de “organismo agrícola”, considerando cada finca, o cada conjunto de
fincas, como un elemento vivo, que hay que mantener lo más diversificado y
autónomo posible. Busca, a través de eso, a limitar al máximo las necesidades
de insumos, que son los elementos necesarios a la producción, que hay que
buscar fuera, ya que no se producen en la propia finca (plantas y semillas,
abonos, productos de protección del cultivo, etc.).
Aunque no
haya encontrado nada al respecto, me parece ver, en la biodinámica, la búsqueda
de cierto saber druídico, perdido desde siglos, en el que la Madre Naturaleza
ocupa una posición esencial.
En la
biodinámica, el suelo ocupa un papel central, y todo está hecho para favorecer
su vida, su equilibrio y su “harmonía”. De algún modo, se puede resumir su
filosofía de la siguiente manera: la planta se alimenta a partir del suelo,
pues equilibrar el suelo es equilibrar la planta.
Algunos
aspectos son muy sorprendentes, como puede ser el caso de determinadas
invocaciones, la comunicación con los insectos o las plagas, las aplicaciones
de preparaciones extrañas, basadas sobre principios esotéricos, etc.
Una de las
preparaciones más utilizadas en biodinámica es la 500 (cuerno abonar), que
consiste en rellenar unos cuernos de vaca con estiércol fresco de vaca, a
enterrarlos durante el invierno, lo que lo transforma en un humus natural que
se puede aplicar al suelo o a la planta.
La
preparación 501 se realiza a base de cuarzo molido, enterrado durante el verano
en cuernos de vacas. Se utiliza en tratamiento foliar de las plantas, a dosis
muy baja.
Los
tratamientos foliares se realizan con la preparaciones 500 y 501, después su
dilución en agua de lluvia o de manantial, y dinamización por un sistema de
agitación específico destinado a crear un “caos energético”, fundamental para
la eficacia de los tratamientos.
Otras 7
preparaciones existen (de 502 a 508), a base de extractos vegetales, sobre todo
destinadas a la elaboración de compost natural, base de la nutrición vegetal en
biodinámica.
Rudolf
Steiner pensaba que esas preparaciones transferían al suelo, poderes
sobrenaturales terrestres y fuerzas cósmicas.
La
biodinámica utiliza la técnica de incineración para luchar contra ciertos parásitos.
Se trata de capturar algunos individuos, y d incinerarlos según un método
determinado. El momento de la incineración tiene una gran importancia, ya que
toma en cuenta la posición relativa de los planetas, para que las cenizas estén
cargadas de la fuerza cósmica adecuada. Por ejemplo, para luchar contra los
ratones de campo, hay que coger la piel de un individuo e incinerarla en el
momento en que Venus se encuentra en frente de la constelación del Escorpio. De
esta manera, las cenizas contienen “la fuerza negativa que se opone a la fuerza
de reproducción del ratón de campo”.
Las cenizas
se diluyen de manera extrema según un método específico, y esparcidas en las
zonas a tratar. Las dosis reales aplicadas son muy próximas a lo que se
practica, por ejemplo, en la medicina homeopática.
Soy bastante
escéptico en lo que se refiere a los cultivos difíciles, como puede ser el caso
del melocotonero, que llevo a diario. Pero para cultivos generalmente muy
rústicos, como son la viña, el algodón o el té, o en los huertos, los
resultados parecen ser positivos.
Las
exigencias para el agricultor son muy elevadas, ya que cualquier desequilibrio,
natural o provocado, puede tener graves consecuencias, y puede ser muy difícil
de recuperar. Exige una gran presencia en el cultivo, observaciones finas y regulares,
una gran reflexión y la búsqueda de soluciones, a veces a inventar, la
integración del cultivo en un conjunto global en la finca y su entorno.
Además, hay
que dedicar un tiempo importante y en momentos precisos, para la elaboración de
las preparaciones y para su utilización.
En ganadería,
la biodinámica le da una gran importancia al bienestar animal y al respecto de
su capacidad productiva. Los animales viven al aire libre, con un espacio
suficiente, no se le exige al animal más leche o más huevos de lo que puede
dar, etc. La producción animal se integra en el “organismo agrícola”, combinado
con las otras producciones vegetales. En efecto, las necesidades de estiércol y
de cuernos hacen del ganado, un elemento clave del sistema productivo.
La agricultura
biodinámica también pueden ser certificada. Existen varias marcas, pero la más
importante, presente en más de 50 países, es Demeter. La certificación busca
verificar y autentificar que la producción cumple con los protocolos, y que la
trazabilidad esta respetada. Es una garantía de seriedad del productor.
Pero no
olvidemos que una certificación, al igual que en el caso de la agricultura
ecológica o de la agricultura convencional, no es una garantía de calidad
gustativa (ver, sobre este tema, mi artículo nº16 “Métodos de producción -2-
agricultura ecológica” de mayo de 2014). Es una garantía de cumplimiento de los
compromisos del agricultor.
La
biodinámica intenta producir sin ningún tipo de acción que puede perturbar el
equilibrio de la finca. Es ambicioso, y muy difícil. Hay que inventar todavía
muchos métodos y técnicas compatibles.
De algún
modo, y visto desde fuera, considerar la biodinámica como un laboratorio de
investigación a escala real. Los agricultores que se atreven a hacerlo tienen
mucho mérito, y poco apoyo científico. Hay que añadir que, en la filosofía
biodinámica, existe cierto rechazo de la ciencia tradicional.
Pero este
aislamiento científico, acompañado de una ideología bastante extrema (o incluso
extremista) y de aspectos “pseudo-científicos” que forman parte del método,
puede llevar a exageraciones, como lo hemos visto recientemente en Francia con
el caso de Emmanuel Giboulot (ver mi publicación nº7 “No firmé la petición” de
febrero de 2014).
¿Hay que
castigarlo por su decisión? Si, por su desobediencia, pero sobre todo por su
extremismo y su egoísmo. Los viticultores en biodinámica de Borgoña han
aceptado, todos, el tratamiento necesario, excepto él. Un agricultor, sea cuál
sea su filosofía de producción, nunca está solo. Se encuentra en medio de un
conjunto variado al equilibrio inestable, y frágil. En este caso, la decisión
de este viticultor, no solo tiene consecuencias sobre su propia explotación,
elección que tendría derecho de hacer,
sino sobre el conjunto de su zona de producción, vecinos incluidos, elección
que no tiene derecho de tomar solo.
“La libertad
consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio a los demás. El
ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que
los que garantizan a los demás Miembros de la Sociedad el disfrute de estos
mismos derechos. Estos límites soló pueden ser determinados por la Ley.”
Declaración
de los derechos del Hombre y del Ciudadano, artículo IV, Francia, 1789.
La
agricultura biodinámica hace poco proselitismo. Se expone en ferias y empieza a
aparecer en algunas estanterías. Se ve más que nada en las etiquetas de vino.
Pero aprovecha las acciones generales d la agricultura ecológica.
Tiene buena
fama y se habla de ella en periódicos, aunque casi nadie, entre los
consumidores, sabe cuál es la diferencia con una producción ecológica “normal”.
Es
probablemente una vía que puede aportar ideas diferentes a una agricultura que
trabaja muy duro para mejorar (aunque algunos opinan lo contrario), pero que, a
menudo, tiene miedo de alejarse de la sendas conocidas.
Pero sigo
siendo bastante molesto con la importante cara esotérica y mística, de la que
no entiendo, ni la finalidad, ni los resultados.
Sin embargo,
si quieres consumir productos sin el más mínimo riesgo de residuos de
plaguicidas, ni de síntesis, ni naturales, es la mejor vía.
Sin embargo,
no he podido encontrar ninguna información con respecto a los riesgos de
contaminaciones bacteriológicas. Y en este aspecto, pienso que el riesgo
existe, al igual que con la producción ecológica.
Y en el
futuro, ¿la biodinámica sería capaz de alimentar a un planeta con más de 10.000
millones de habitantes? Sinceramente no lo creo. O por lo menos, no con el
estado actual de conocimientos.
Si quieres
saber más, te invito a consultar las páginas web que me han servido para elaborar
este artículo. Existen muchas otras, así como blogs y foros. La mayoría de las
informaciones disponibles se refieren a la viña y al vino.
También encontrareis
todas clases d informaciones o de blogs radicalmente en contra. Pero una vez
más, la agricultura no se aprende en los libros o en Internet. Si el método se
está desarrollando, es que aporta algo, que los agricultores que se han
convertido, han encontrado en su puesta en práctica.
Próximo
capítulo de la serie: la producción integrada.