EL SUELO -6- LA UNIÓN HACE LA FUERZA
Hace poco, la página Facebook “Sols vivants –Québec”
(“Suelos vivos – Quebec”, una página francófona, muy recomendable para los que
se interesan en las influencias recíprocas de la vida del suelo y de la producción
agrícola), publicaba un muy interesante artículo sobre la científica Christine
Jones y sus estudios sobre la diversidad encima y dentro de los suelos.
Este artículo, del 18 de febrero de 2019 y publicado en
el diario independiente La Junta Tribune-Democrat del estado de Colorado,
resalta algunos puntos de los que se habla poco, pero que podrían revelarse
esenciales para el futuro de una agricultura sostenible y productiva, y para la
lucha contra el calentamiento climático.
Imagen personal
Christine Jones explica que el vapor de agua es el principal
gas de efecto invernadero. No es la primera en hablar del tema, pero
curiosamente el debate público se ha focalizado sobre el CO2, cuando el vapor
de agua es en realidad mucho más importante.
Después habla de la diversidad como fuente de potencia
vital para los suelos y de fertilidad para los cultivos.
Es un punto nunca evocado pero que puede dar una
interesante pista de experimentación y de trabajo para todos los agricultores e
investigadores que, de una forma u otra, intentan evitar o reducir los laboreos
y aumentar la biodiversidad en sus fincas.
Se puede resumir su mensaje en la frase
“Hoy
por hoy, nuestros suelos no son deficientes en minerales, son deficientes en
microrganismos”
Como siempre, publico el artículo en su totalidad. Sin
embargo, en este he suprimido una parte que anuncia una conferencia a la que
Christine Jones debe participar pocos días después. A la fecha de publicación
de este post de blog, dicha conferencia esta terminada. Elimino esta parte para
no parasitar la lectura. Pero se puede acceder por el link hacia el artículo
original.
Una ecóloga de los suelos cuestiona el pensamiento dominante sobre el
calentamiento global
Por
Candace Krebs / para Ag Journal
La gestión
de las tierras cultivadas y de los pastos es el medio más efectivo para
remediar al cambio climático, una visión que no recibe toda la atención que se
merece, según una australiana, ecóloga de los suelo de renombre que habla de la
salud de los suelo por el mundo.
“El
agua situada en la superficie del suelo se evapora. El vapor de agua, causado
por evaporación del agua porque no se ha podido infiltrar, es el gas de efecto
invernadero que más ha aumentado desde la revolución industrial”, declaró Christine
Jones en un discurso pronunciado durante la conferencia No Till on the Plains
de Wichita en Enero.
“Está
científicamente demostrado que el vapor de agua representa el 95% del efecto
invernadero, cuando como mucho el 3% del dióxido de carbono es el resultado de
la combustión de los combustibles fósiles, y que el dióxido de carbono solo
representa el 0,04% de la atmósfera” persigue. “Entonces, ¿como puede un gas
presente en niveles de trazas cambiar el clima mundial?”
Es un
detalle crucial que los medias generalistas y gran parte del público no han
visto, según dice.
“No
tiene nada que ver con el hecho de quemar carbón o no” declaró con énfasis.
Doctora
en bioquímica de los suelos, Jones ha trabajado en la investigación pública y
en el desarrollo agrícola antes de convertirse en consultora en salud de los
suelos en la escena internacional.
Recomienda
guardar el suelo cubierto de manera permanente con diversas comunidades
vegetales y reducir considerablemente la dependencia a los fungicidas, a los pesticidas
y a los fertilizantes artificiales. La solución para un campo sano y productivo
no es más insumos, ni siquiera más lluvias, explica, es una comprensión y una capitalización
de las ventajas de diversas mezclas de plantas que trabajan juntas para extraer
el carbono de la atmosfera e integrarlo en el suelo.
[…]
El principio
sobre el que Jones no puede insistir más en sus ponencias, es el poder de la
diversidad.
Llama
a más diversidad en la dieta humana – afirmando que los humanos necesitan comer
a menos 30 alimentos vegetales a la semana para que el bioma intestinal
funciona correctamente – más diversidad en las dietas del ganado, hablando de
los estudios de Fred Provenza, profesor emérito a la Utah State University,
quien realizo investigaciones profundizadas sobre los modelos alimenticios de
los animales y finalmente diversos paisajes reflejando la complejidad de la
pradera primitiva, que contenía antaño más de 700 especies distintas de hierbas
y de no-gramíneas en cada parcelita de tierra.
Para explicar
porque la diversidad de plantas es tan importante, emplea un término que podría
ser nuevo para muchos agricultores: “la detección del quórum” (quorum
sensing).
Los
microorganismos del suelo pueden sentir cuando el número de plantas alcanza un
punto crítico en la comunidad, declaró en conferencia en Wichita.
“Un
quórum en una organización es este umbral que debe ser alcanzado para tomar
decisiones y hacer negocios”, declaró. “Lo que ahora sabemos sobre las
poblaciones microbianas, es que también debe respetar un umbral para conseguir
un “comportamiento coordinado dependiendo de la densidad”. Cuando se produce,
trabajan juntas como si fuera un súper-organismo, capaz de tolerar la sequía o suelos
pobres en nutrientes, o cualquier otra situación de este tipo”.
Mencionó
investigaciones hechas en Alemania que enseñaban que la combinación de varias
plantas aumentaba más la producción de biomasa que de añadir 200 unidades de
nitrógeno por hectárea a los cultivos en monocultivo. En otras experiencias,
cultivos de plantas mezcladas han podido ser realizadas con un mínimo de agua,
mientras bandas de monocultivos enseñaban un severo estrés de sequía.
“Lo
que se produce aquí va más allá de la simple idea de complementariedad, en la
que cada planta ocupa un nicho diferente”,
declaró.
Diversas
mezclas aumentan la fotosíntesis, lo que conduce a un mayor almacenamiento de
carbono en el suelo, explicó.
“Es
para preguntarse porque nos preocupamos tanto por las malas hierbas”, bromeó.
Las
ventajas de una biodiversidad incrementada son igual de válidas para las
tierras agrícolas que para las praderas, añadió.
Aunque
algunas plantas sacan mayores beneficios de la diversidad que otras, es el
impacto global de redes interdependientes complejas de raíces y de
microorganismos del suelo, que transforma la función del paisaje en su
conjunto. Todo consiste en reforzar la capacidad de secuestración del carbono,
declaró.
Sostiene
desde mucho tiempo que el carbono del suelo es esencial para que las plantas
saquen pleno partido de los nutrientes como el nitrógeno, lo que la agricultura
moderna tiende a olvidar.
“En
la actualidad, nuestros suelos no son deficientes en minerales, son deficientes
en microorganismos”, afirmó.
Una
cantidad suficiente de carbono es igualmente necesaria para la plena expresión
del potencial genético de una planta.
“En
el mundo vegetal, la selección genética puede orientarte en determinada
dirección, pero si actúas para la salud de tu suelo, puedes progresar muchísimo
en un tiempo mucho más corto”, declaró.
La
prueba que el suelo es sano es un color oscuro y rico, un contenido alto en
materia orgánica, una estructura rica en agregados y redes complejas de
filamentos colonizando las raíces de las plantas, otorgando una absorción incrementada
de agua y de los nutrientes.
“No
deberíamos ver nunca raíces expuestas en una planta”, declaró Jones. “Si puedes
ver las raíces de la planta, es que no comunican adecuadamente con el suelo”.
Todas
esas cualidades indican un aumento activo de la secuestración del carbono.
Jones
concluye que los cambios ocurridos en las prácticas agrícolas a lo largo del
siglo pasado han tenido mayor impacto en el clima mundial de lo que se le
reconoce en general. Pero eso significa igualmente que la mejora de las
prácticas agrícolas revela un potencial considerable para mejorar el clima.
“La
temperatura creciente, la aridez creciente, son el resultado de una gestión agrícola
inapropiada”, declaró. “Hemos aportado enormes cambios al paisaje,
simplificándolo, eliminando árboles y plantas y pasando de plantaciones
diversificadas a campos que solo producen una sola cosa a la vez”.
Sería
demasiado simple reducir las causas de los cambios climáticos estigmatizando la
agricultura. Su papel sin embargo, es importante.
Pero
es necesario, por una parte saber reconocer los errores del pasado, aunque se
hayan hecho sin malas intenciones, y por otra parte subrayar y favorecer la
capacidad de la agricultura a convertirse en el actor principal de la lucha
contra el calentamiento global y de la reducción de los gases de efecto
invernadero.
Buen articulo, quería comentaros que me ha aparecido mucho en Internet el curso de producción agropecuaria, y me ha llamado la atención ya que es algo que estoy buscando de estudiar, pero me gustaría su opinión primero?
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