LAS ALTERNATIVAS A LOS PESTICIDAS -4- LA CONFUSIÓN SEXUAL
Esta denominación puede parecer bárbara o incluso
graciosa a los que no saben. Sin embargo se trata de una auténtica revolución
en el concepto de protección de los cultivos.
Esta técnica, puesta a punto en los 80, y primero
desarrollada en viña y en frutales, ha sido después trabajada para numerosos
cultivos.
El principio es peculiar:
Los lepidópteros, y otros varios géneros de artrópodos,
el macho y la hembra se encuentran para el apareamiento gracias a señales
olfativas sueltas al aire.
En concreto, en el caso de los lepidópteros, las hembras
maduras producen una feromona, una sustancia volátil que liberan al aire, y
cuyo propósito es permitir al macho encontrarla.
Los machos son dotados de receptores olfativos muy sensibles
que les permiten detectar la feromona, y seguirle la pista hasta encontrar su
origen.
Cuando los machos encuentran las hembras, el apareamiento
se produce, las hembras ponen huevos fecundados de los que nacerán las orugas,
sus larvas, que se alimentaran del cultivo provocando daños, hasta que puedan
hacer su metamorfosis para convertirse a su vez en adultos reproductores.
La técnica de confusión sexual consiste a difundir en el
campo a proteger una gran cantidad de feromonas sexuales del insecto dañino,
instalando un gran número de difusores.
Los machos no consiguen seguir una pista olfativa clara.
Son incapaces de encontrar a las hembras, la fecundación no tiene lugar y en
consecuencia no hay puestas ni larvas que puedan hacer daños a los cultivos.
Se protege el cultivo impidiendo la especie dañina hacer
su desarrollo.
En realidad, esta técnica no es perfecta, ya que
encuentros casuales se pueden producir.
En consecuencia la especie no se ve amenazada, pero sus
daños son insignificantes.
Esos encuentros casuales no presentan ningún riesgo
agrícola, excepto en algunos casos de presencia muy excesiva (o invasiva) de la
plaga. En esas raras situaciones, puede ser necesario complementar la confusión
con uno o varios tratamientos insecticidas, hasta que la regulación de las
poblaciones sea suficiente. Es habitualmente bastante rápido.
Uno de los problemas de los monocultivos, es el aumento
anormal de determinados problemas fitosanitarios, debido a la concentración de
una única especie vegetal, situación que nunca se produce en la naturaleza.
De hecho es por eso, entre otras razones, que la
preocupación por el respeto a la biodiversidad ha cogido tal importancia en los
últimos años, así como los numerosos esfuerzos realizados en las fincas agrícolas.
La confusión sexual evita la multiplicación anormal de
una misma especie.
Sin embargo esta técnica es operativa contra determinados
insectos, especialmente lepidópteros, pero quedan muchos contra los que la
técnica no ha sido puesta a punto todavía.
La determinación de la composición exacta del “bouquet
feromonal” de cada especie es un trabajo de investigación muy largo. Una vez
determinado, hay que encontrar la manera de fabricarlo, poner a punto un
sistema de difusión operativo (tipo de difusor y densidad por hectárea), luego probarlo
para verificar su eficacia, y su ausencia de efectos secundarios.
Los efectos secundarios son habitualmente despreciables
ya que cada feromona es específica a una única especie, para que los machos y
las hembras se encuentren, sin riesgo de cruzamiento con otras especies.
Tuve la suerte, en los años 80, de participar a los
ensayos en frutales de puesta a punto, en el sur de Francia, de la primera técnica
de confusión sexual contra la polilla oriental del melocotonero (Cydia molesta),
por una sociedad australiana pionera. Te puedo asegurar que funciona.
La manipulación habitual de los difusores hacia que estaba
impregnado de feromonas, y estaba seguido por un batallón d machos,
evidentemente decepcionados cuando se daban cuenta que ¡solo era un pobre
humano!
“¡No soy la que te imaginas!”
Conviene indicar que, si es verdad que esta técnica es
una verdadera alternativa al empleo de los pesticidas, a contrario no responde
a la voluntad declarada por una parte de la sociedad civil de salir de la química
de síntesis.
Es que todos los difusores autorizados y disponibles en
el mercado son llenos de feromonas sintéticas, copia de las feromonas naturales
(sino no podría funcionar). Se llama biomimetismo. Son producidas en fábricas químicas
muy parecidas a todas las fábricas químicas del mundo.
En realidad, con la gran cantidad de feromonas necesarias
para que esta técnica funcione, es totalmente imposible realizar su extracción
a partir de hembras de criaderos.
Pero esta técnica representa, en mi opinión, una auténtica
revolución en la manera de concebir la protección fitosanitaria de los
cultivos:
No se trata de matar el insecto, se trata de evitar que su
población alcance niveles de presencia que lo conviertan en plaga.
Es muy diferente, y abre la puerta sobre un verdadero
cambio de pensamiento.
No hay necesidad de proteger un cultivo que no padece una
agresión.
Pero hay que evitar que la agresión se pueda producir.
Este cambio de paradigma abre la perspectiva hacia otras técnicas,
más naturales que la confusión sexual, y que buscan conseguir un resultado
parecido por otras vías.
Hablaremos de ello más adelante.
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