EL ESPIRITU DE LAS PLANTAS -13- COMUNICACIÓN
Tal cómo te lo he contado en varias ocasiones, las
plantas tienen capacidades sensoriales que van mucho más allá de lo que siempre
hemos pensado.
Numerosos equipos científicos trabajan en esas cuestiones
en todo el mundo, y nuevos descubrimientos se hacen con frecuencia.
Se conocían las reacciones a las agresiones, las
capacidades de estimación del tiempo, la actividad eléctrica, por ejemplo.
También se sabía que las plantas atacadas tienen la
capacidad de alertar a sus semejantes para que a su vez se vayan preparando
poniendo en marcha sus sistemas de autodefensa.
Pero se conoce todavía mal y parcialmente, los mecanismos
de comunicación de las plantas.
Imagen personal.
Un equipo sueco acaba de dar un serio avance en la comprensión
de esos fenómenos, publicando en Plos One los resultados de sus recientes
investigaciones sobre este tema.
El mejor resumen de estos trabajos, en mi opinión, ha
sido publicado por el periódico británico The Independent. https://www.independent.co.uk/news/science/plants-underground-communication-chemical-messages-neighbours-stress-corn-a8332716.html
Pero también puedes leer el artículo publicado en español
en Yahoo https://es.noticias.yahoo.com/las-plantas-se-comunican-entre-si-traves-de-las-raices-202001962.html?guccounter=1
“Las plantas emplean una comunicación subterránea
para saber cuándo sus vecinas son estresadas.
Señales
químicas intercambiadas a través del suelo pueden ayudar semillas de maíz a
prepararse para ataques de animales o si sus rivales invaden su territorio.
Por
Josh Gabbatiss
Las plantas
utilizan una red de comunicación subterránea para intercambiar avisos químicos,
según un nuevo estudio.
Los trabajos
de un equipo de biólogos de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas han
permitido entender mejor la compleja vida subterránea de plantas de maíz aparentemente
inmóviles.
Este trabajo
se suma a un conjunto de investigaciones explorando las vías químicas que las
plantas utilizan para “hablar” entre sí.
“Nuestro
estudio ha demostrado que los cambios inducidos por el contacto mecánico entre
las plantas arriba del suelo, pueden afectar las interacciones subterráneas,
actuando como indicios en la predicción de futuros competidores”, ha declarado
el Dr Velemir Ninkovic, principal autor del estudio.
Las plantas
son conocidas por comunicar por el tacto. Los arboles por ejemplo, tienden
aparar de crecer hacia el exterior cuando entran en contacto con las ramas de
sus vecinos.
Sin embargo,
los mecanismos por los que las plantas señalan por el tacto son mal conocidos,
y el Dr Ninkovic y sus compañeros han querido saber si las respuestas podían encontrarse
bajo tierra.
Esos últimos
años, los científicos han empezado a desenredar el sistema de comunicación
complejo que conecta las plantas entre sí.
Al contrario
de los animales, las plantas no tienen sistema nervioso y por consecuencia no
pueden comunicar utilizando señales eléctricas rápidas.
En su
lugar, su señalización a la vez interna y con sus vecinos consiste en un
intercambio relativamente lento de mensajes químicos.
Una parte
de esta comunicación se hace mediante filamentos de hongos subterráneos que las
plantas utilizan para compartir alimentos, señales de alarma e incluso moléculas
químicas tóxicas – un fenómeno que algunos biólogos han llamado “wood-wide web” (red informática de la madera).
En el
estudio del Dr Ninkovic y de sus compañeros, querían saber si las sustancias
liberadas directamente en el suelo por las plantas estresadas podrían modificar
el comportamiento de sus vecinas.
Los
investigadores han empezado aplicando un cepillo suave sobre jóvenes plantas de
maíz, un contacto que podría representar varios tipos de estreses cercanos, incluidas
nuevas plantas conquistando su territorio o un animal atacando sus hojas.
Nuevas
plantas jóvenes han sido después instaladas en el mismo material de crecimiento
que las plantas recientemente tocadas para ver si su crecimiento resultaba
afectado – la teoría siendo que las plantas tocadas por el cepillo habrían
dejado un rastro químico en el suelo documentando su experiencia.
Los científicos
han constatado que las nuevas plantas reaccionaban produciendo más hojas y
menos raíces que las plantas que habían crecido en condiciones normales.
Sugieren
que las jóvenes plantas de maíz, después de haber sido expuestas a señales químicas
en el suelo producidas por la plantas recientemente tocadas, reaccionaban
preparándose para los problemas que presentan sus nuevos vecinos o porque se
convierten en la cena de alguien.
A pesar
de parecer en gran parte indefensas contra los ataques exteriores, las plantas
manejan realmente una gran variedad de estrategias defensivas cuando son el
objetivo de herbívoros hambrientos. Investigaciones anteriores han demostrado
que las plantas reaccionan por la defensiva al sonido que hacen las orugas
masticando sus hojas – inundándolas con aceite de mostaza repelente.
Para confirmar
que sus plantas eran capaces de hacer la diferencia entre el suelo ocupado por
plantas tocadas o intactas, los científicos han dado a determinadas plantas de maíz,
la posibilidad de elegir el medio en el que prefería crecer.
Imagen: http://journals.plos.org/plosone/article/figure/image?size=large&id=10.1371/journal.pone.0195646.g002
Cuando
son situadas cerca de ambas, las raíces se desarrollan preferentemente hacia la
solución de crecimiento que había llevado anteriormente plantas intactas.
Estos resultados se han publicado en la
revista científica PLOS One. http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0195646
El equipo
ha sugerido que sus resultados deberían ser recordado por otros científicos en
experiencias con plantas, ya que incluso cepillando suavemente las hojas de una
planta, es posible cambiar su comportamiento y el de sus vecinas.”
Es difícil de momento encontrar una aplicación directa de
estos descubrimientos en agricultura.
Sin embargo, está claro que la recomendación hecha por el
equipo sueco a sus colegas investigadores de todo el mundo tiene su razón de
ser, ya que es muy probable que muchos estudios en el pasado no han tomado en
cuenta esas reacciones (todavía desconocidas) de las plantas, incluso frente a
una acción poco traumática como puede ser una cepillado suave.
Y es que es muy probable, si nos referimos a estos
trabajos, que el simple contacto de las manos de los investigadores pueda haber
tenido consecuencias sobre el comportamiento de las plantas habiendo servido
para los experimentos.
Pero también nos demuestra que el mundo vegetal está
dotado de muchas capacidades que siempre hemos creído propias del mundo animal.
Numerosas capacidades están todavía por descubrir, de eso
estoy convencido.
Continuará…
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