dimanche 12 mai 2019

146- las alternativas a los pesticidas -5- El trampeo

LAS ALTERNATIVAS A LOS PESTICIDAS -5- EL TRAMPEO

El uso de trampas es probablemente uno de los métodos de caza más antiguos, ampliamente empleado por los humanos.
El principio es bastante sencillo. Consiste primero en conocer bien a las presas, su ritmo de vida, sus costumbres, su alimentación, sus lugares de paso, sus fuerzas y sus debilidades.
A partir de eso, se colocan trampas, o bien de tal manera que la presa queda irresistiblemente atraída, o bien en su camino habitual de paso.
En todos los casos, el objetivo del trampeo es generalmente la muerte del animal, a veces su captura para llevarlo a otro lugar.

La agricultura moderna ha recuperado esta ancestral técnica para reducir o eliminar los daños de determinados animales dañinos para los cultivos agrícolas.

Foto personal

Cuando se habla de trampeo en agricultura, se piensa en general a conejos y otros roedores como los topillos. Y de hecho se puede emplear esta técnica para reducir sus daños. Algunos modelos de trampas para topillos son por ejemplo comercializados para ser colocados en las galerías, con el fin de sustituir los atrayentes envenenados usualmente utilizados.
Puede parecer cruel. Sin embargo estas trampas modernas son muy efectivas y la muerte del animal es casi instantánea, evitando su sufrimiento mucho mejor que con la mayoría de las trampas artesanales clásicas o con los atrayentes envenenados.

A fin de cuenta, se busca ante todo, con respecto a los vertebrados, mucho más hacer una regulación de las poblaciones que a erradicarlas.
Y el trampeo tiene el mérito de reducir el riesgo de matar a animales que no sean el objetivo, como por ejemplo sus depredadores (rapaces, serpientes o mamíferos carnívoros) por envenenamiento indirecto.

Pero esta técnica se ha principalmente desarrollado en las 3 o 4 últimas décadas con las necesidades de protección de las cosechas contra los ataques de insectos dañinos.

La técnica de trampeo es muy empleada para el monitoreo de las poblaciones de insectos dañinos mediante la captura de individuos en un número limitado de puntos de referencia. Le permite al agricultor evaluar la evolución del riesgo, y en consecuencia de aplicar las medidas previstas en el momento más apropiado.
Esta técnica es muy ampliamente empleada en producción integrada y en agricultura ecológica para situar de la manera la más exacta los insecticidas necesarios a la protección del cultivo.
Los atrayentes empleados son, o feromonas sexuales (de las que te hable en el anterior capítulo http://culturagriculture.blogspot.com/2019/03/145-las-alternativas-los-pesticidas-4.html) que se emplean especialmente para la vigilancia de los lepidópteros, numerosos en numerosos cultivos, o o atrayentes de tipo alimenticio como es el caso para la mosca de la fruta (Ceratitis capitata), o también obstáculos como son las bandas pegajosas para vigilar el inicio de las migraciones de larvas de cochinillas, o placas o bandas de colores (amarillas o azules en general) para la vigilancia de la mosca blanca o del Trips. Tambien existen trampas de color o trampas luminosas para algunos usos, como es el caso de la captura domestica de los mosquitos.


El diseño de la trampa de insectos también tiene una gran importancia en su efectividad, y depende tanto de la plaga objetivo como del atrayente utilizado.
En el caso de las moscas por ejemplo, tiene que entrar pero sin poder salir. El principio utilizado es el de la nasa de pesca, es decir que cuando entra en la trampa, casi le es imposible encontrar el camino inverso.
Se ira jugando con la forma de la trampa, su color, la transparencia o la opacidad de los materiales empleados.
En el caso de la mosca, la atraemos gracias al color amarillo. En su interior, se coloca un atrayente alimenticio cuyo olor la llevara hasta el agujero de entrada, situado en la parte amarilla y opaca. La parte de arriba de la trampa se hace en un material transparente. Una vez dentro, la mosca es atraída por la luz, que es la parte transparente, y no puede encontrar la salida.
El mismo principio se utiliza para capturar las avispas en los jardines.
Una pastilla impregnada de insecticida, sintético o natural según los casos, mata al insecto dentro de la trampa. En algunos casos, es el propio atrayente, liquido, que mata al insecto por ahogamiento. En otros casos, la pastilla de feromonas se coloca en una placa engomada de la que el insecto no puede escapar.


El mismo principio se utiliza en la técnica de la captura masiva, o trampeo masivo, que consiste a emplear trampas del  mismo tipo que para el monitoreo, pero en gran cantidad, con el objetivo de capturar la casi totalidad de los individuos presentes, evitando el uso de insecticidas en contacto directo con el cultivo.
La técnica funciona bien en determinados casos, mal en otros.
En la mayoría de los casos, los daños son producidos por las larvas de los insectos. En consecuencia hay que evitar que los adultos se puedan aparear y se reproduzcan.
La efectividad es generalmente buena si se capturan sobre todo las hembras.
Por lo contrario, si el atrayente captura sobre todos los machos, no se puede evitar que las hembras, fecundadas fuera de la parcela protegida, pongan huevos sobre el cultivo sensible.

Al igual que para la técnica de confusión sexual, el trampeo masivo se basa en un importante y largo trabajo de investigación científica a partir del cual se pueden desarrollar esas técnicas evitando el uso de pesticidas en contacto con el cultivo.
Del mismo modo, el agricultor debe poseer un buen conocimiento de la situación del cultivo y de los riesgos fitosanitarios presentes.

Esas técnicas son muy selectivas et permiten reducir al máximo los efectos colaterales indeseables de la protección de los cultivos.
Están llamadas a un probable gran desarrollo en los próximos años.

Imagen: http://image.made-in-china.com/2f0j00sSWaybQzJVrE/Yellow-Blue-Sticky-Trap.jpg

146- Les alternatives aux pesticides -5- Le piégeage

LES ALTERNATIVES AUX PESTICIDES -5- LE PIÉGEAGE

L’utilisation de pièges est sans doute une des méthodes de chasse les plus anciennes, largement utilisé par les humains.
Le principe en est assez simple. Il consiste tout d'abord à bien connaitre les proies, leur rythme de vie, leurs habitudes, leur alimentation, leurs lieux de passage, leurs forces et leurs faiblesses.
A partir de ça, on place des pièges, soit de telle manière que la proie y soit irrésistiblement attirée, soit en travers de son chemin habituel de passage.
Dans tous les cas, l'objectif du piégeage est généralement la mort de l'animal, parfois sa capture pour le conduire ailleurs.

L'agriculture moderne a repris cette technique ancestrale pour réduire ou supprimer les dégâts de certains animaux nuisibles aux cultures agricoles.

Photo personnelle

Quand on parle de piégeage en agriculture, on pense en premier lieu aux lapins et autres rongeurs comme les campagnols. Et c'est vrai qu'on peut utiliser cette technique pour en réduire les dégâts.
Certains modèles de pièges à campagnols sont par exemple commercialisés pour être placés dans les galeries, afin de le substituer aux appâts empoisonnés habituellement utilisés.
Cela peut paraître cruel. Pourtant ces pièges modernes sont très efficaces et la mort de l’animal est presque instantanée, évitant sa souffrance beaucoup plus qu’avec la majorité des pièges artisanaux classiques ou qu’avec les appâts empoisonnés.
En fin de compte, on cherche avant tout, en ce qui concerne les vertébrés, davantage à faire une régulation des populations qu’à les éradiquer.
Et le piégeage a le mérite de réduire le risque de tuer des animaux non ciblés, comme par exemple leurs prédateurs (rapaces, serpents ou mammifères carnivores) par empoisonnement indirect.

Mais cette technique s'est surtout développée durant les 3 ou 4 dernières décennies avec les besoins de protection des récoltes contre les attaques d’insectes nuisibles.

La technique de piégeage est très utilisée pour la surveillance des populations d’insectes nuisibles à travers la capture d’individus dans un nombre limité de points de référence. Cela permet à l’agriculteur d’évaluer l’évolution du risque, et donc de mettre en application les mesures qu’il a prévues au moment le plus approprié.
Cette technique est très largement employée en production raisonnée ou intégrée et en agriculture biologique pour situer de manière la plus exacte possible les insecticides nécessaires à la protection de la culture.
Les attractifs employés sont, soit des phéromones sexuelles (dont je vous ai parlé dans le précédent chapitre http://culturagriculture.blogspot.com/2019/03/145-les-alternatives-aux-pesticides-4.html) qu’on utilise en particulier pour la surveillance des lépidoptères, nombreux sur de nombreuses cultures, soit des attractifs de type alimentaire comme on les utilise pour la mouche méditerranéenne des fruits (Ceratitis capitata), soit encore des obstacles, comme les bandes engluées pour surveiller les sorties des larves de cochenilles, ou des plaques ou bandes engluées de couleur (jaune ou bleue le plus souvent) pour la surveillance des aleurodes ou des thrips. Il existe aussi des pièges colorés ou encore des pièges lumineux pour certains usages, comme c’est le cas pour le piégeage domestique des moustiques.


Le design du piège à insectes a aussi beaucoup d’importance dans son efficacité, et dépend à la fois du nuisible visé et de l’attractif employé.
Dans le cas des mouches par exemple, il faut qu’elles y rentrent sans pouvoir en sortir. On utilise donc le principe de la nasse, c’est-à-dire qu’une fois rentrée dans le piège, il lui soit presque impossible de retrouver le chemin inverse.
On jouera donc sur la forme du piège, sa couleur, la transparence ou l’opacité des matériaux employés.
Toujours dans le cas de la mouche, on l’attire grâce à la couleur jaune. A l’intérieur, on place un attractif alimentaire dont l’odeur la guidera jusqu’au trou d’entrée, situé sur la partie jaune et opaque. Le haut du piège est réalisé en matériau transparent. Une fois dedans, la mouche est attirée par la lumière, donc vers la partie transparente, et ne retrouve donc pas la sortie.
Le même principe est utilisé pour capturer les guêpes dans les jardins.
Une pastille imprégnée d’insecticide, synthétique ou naturel selon les cas, tue l’insecte à l’intérieur du piège. Dans certains cas, c’est l’attractif alimentaire en lui-même, liquide, qui tuera l’insecte par noyade. Dans d’autres cas, la pastille de phéromones est placée sur une plaque engluée dont l’insecte ne peut pas s’échapper.


Le même principe s’utilise dans la technique de piégeage massif, qui consiste à utiliser des pièges du même type que pour la surveillance, mais en très grand nombre, avec pour objectif de tenter de capturer la quasi-totalité des individus présents, évitant ainsi l’utilisation d’insecticides en contact direct avec la culture.
La technique marche bien dans certains cas, mal dans d’autres.
Dans la majorité des cas, les dégâts aux cultures sont produits par les larves des insectes. Il faut donc éviter que les adultes s’accouplent et se reproduisent.
L’efficacité est généralement bonne si on capture surtout des femelles.
Par contre, si l’attractif capture surtout des mâles, on ne peut éviter que des femelles, fécondées hors de la parcelle à protéger, viennent pondre sur la culture sensible.

Comme pour la technique de confusion sexuelle, le piégeage massif se base sur un important et long travail de recherche scientifique à partir duquel on peut développer ces techniques évitant l’emploi des pesticides au contact direct de la culture.
De la même manière, l’agriculteur doit posséder une très bonne connaissance de la situation de la culture et des risques phytosanitaires présents.

Ces techniques sont très sélectives et permettent donc de réduire au maximum les effets collatéraux indésirables de la protection des cultures.
Elles sont appelées à un probable fort développement dans les années à venir.

Image : http://image.made-in-china.com/2f0j00sSWaybQzJVrE/Yellow-Blue-Sticky-Trap.jpg

146- Alternatives to pesticides -5- Trapping

ALTERNATIVES TO PESTICIDES -5- TRAPPING

The use of traps is probably one of the oldest hunting methods, widely used by humans.
The principle is quite simple. It consists first of all, in knowing well the preyS, their rhythm of life, their habits, their food, their path of passage, their strengths and their weaknesses.
From there, traps are set, so that the prey is irresistibly attracted, or across its usual path of passage.
In any case, the purpose of trapping is usually the death of the animal, sometimes its capture to drive it elsewhere.

Modern agriculture has adopted this ancient technique to reduce or eliminate the damage of certain animals that are harmful to agricultural crops.

Personal picture

When we talk about trapping in agriculture, we think in the first place of rabbits and other rodents like voles. And it is true that we can use this technique to reduce their damage.
Some models of vole traps are for example marketed to be placed in the galleries, in order to use it to replace the usual poisoned baits.
It may seem cruel. Yet these modern traps are very effective and the death of the animal is almost instantaneous, avoiding its suffering much more than with the majority of traditional artisan traps or with poison baits.

In the end, the focus is on vertebrate control rather than population control.
And trapping has the merit of reducing the risk of killing non-target animals, such as their predators (raptors, snakes or carnivorous mammals) by indirect poisoning.

But this technique has mainly developed during the last 3 or 4 decades with the needs of crop protection against pest attacks.

The trapping technique is widely used for monitoring pest populations through the capture of individuals in a limited number of reference points. It allows the farmer to assess the evolution of the risk, and thus to implement the measures he has planned at the most appropriate time.
This technique is very widely used in IPM (integrated pest management) and integrated production and in organic farming to locate as accurately as possible the insecticides necessary for the protection of the crop.
The attractants used are either sexual pheromones (which I told you about in the previous chapter http://culturagriculture.blogspot.com/2019/03/145-the-alternatives-aux-pesticides-4.html) used in particular for the monitoring of Lepidoptera, numerous on many crops, either food-based attractants as used for Mediterranean fruit fly (Ceratitis capitata), or obstacles, such as sticky strips to monitor mealybug larvae, or stained plates or strips of color (usually yellow or blue) for whiteflies or thrips. There are also colored traps or light traps for certain uses, as is the case for domestic mosquito trapping.


The design of the insect trap is also very important in its effectiveness, and depends both on the target pest and the bait employed.
In the case of flies for example, they must go in without having the possibility of going out. So we use the principle of the fish trap that is to say that once entered the trap, it is almost impossible for him to find the opposite way.
We will play on the shape of the trap, its color, transparency or opacity of the materials used.
Still in the case of the fly, it is attracted by the yellow color. Inside, we place an alimentary bait whose smell will guide it to the entrance hole, located on the yellow and opaque part. The top of the trap is made of transparent material. Once inside, the fly is attracted by the light, so towards the transparent part, and thus does not find the exit.
The same principle is used to capture wasps in gardens.
A pellet impregnated with insecticide, synthetic or natural depending on the case, kills the insect inside the trap. In some cases, it is the alimentary bait in itself, liquid, which will kill the insect by drowning. In other cases, the pheromone pellet is placed on a stuck plate from which the insect cannot escape.


The same principle is used in the technique of mass trapping, which consists in using traps of the same type as for monitoring, but in very large numbers, with the aim of attempting to capture almost all the individuals present, thus avoiding the use of insecticides in direct contact with the crop.
The technique works well in some cases, bad in others.
In most cases, crop damage is produced by insect larvae. Therefore, adults should not be allowed to mate and reproduce.
Efficacy is generally good if you catch mostly females.
By cons, if the attractant catches mainly males, we cannot avoid that females, fertilized outside the plot to protect, come to lay their eggs on the sensitive crop.

As with the sexual confusion, mass trapping is based on a long and extensive scientific research work from which these techniques can be developed avoiding the use of pesticides in direct contact with the crop.
In the same way, the farmer must have a very good knowledge of the situation of the crop and the phytosanitary risks present.

These techniques are very selective and thus make possible to minimize the undesirable side effects of crop protection.
They are likely to grow strongly in the coming years.

Picture: http://image.made-in-china.com/2f0j00sSWaybQzJVrE/Yellow-Blue-Sticky-Trap.jpg

jeudi 28 mars 2019

145- Las alternativas a los pesticidas -4- La confusión sexual


LAS ALTERNATIVAS A LOS PESTICIDAS -4- LA CONFUSIÓN SEXUAL

Esta denominación puede parecer bárbara o incluso graciosa a los que no saben. Sin embargo se trata de una auténtica revolución en el concepto de protección de los cultivos.

Esta técnica, puesta a punto en los 80, y primero desarrollada en viña y en frutales, ha sido después trabajada para numerosos cultivos.

El principio es peculiar:
Los lepidópteros, y otros varios géneros de artrópodos, el macho y la hembra se encuentran para el apareamiento gracias a señales olfativas sueltas al aire.
En concreto, en el caso de los lepidópteros, las hembras maduras producen una feromona, una sustancia volátil que liberan al aire, y cuyo propósito es permitir al macho encontrarla.


Los machos son dotados de receptores olfativos muy sensibles que les permiten detectar la feromona, y seguirle la pista hasta encontrar su origen.
Cuando los machos encuentran las hembras, el apareamiento se produce, las hembras ponen huevos fecundados de los que nacerán las orugas, sus larvas, que se alimentaran del cultivo provocando daños, hasta que puedan hacer su metamorfosis para convertirse a su vez en adultos reproductores.

La técnica de confusión sexual consiste a difundir en el campo a proteger una gran cantidad de feromonas sexuales del insecto dañino, instalando un gran número de difusores.
Los machos no consiguen seguir una pista olfativa clara. Son incapaces de encontrar a las hembras, la fecundación no tiene lugar y en consecuencia no hay puestas ni larvas que puedan hacer daños a los cultivos.
Se protege el cultivo impidiendo la especie dañina hacer su desarrollo.

En realidad, esta técnica no es perfecta, ya que encuentros casuales se pueden producir.
En consecuencia la especie no se ve amenazada, pero sus daños son insignificantes.
Esos encuentros casuales no presentan ningún riesgo agrícola, excepto en algunos casos de presencia muy excesiva (o invasiva) de la plaga. En esas raras situaciones, puede ser necesario complementar la confusión con uno o varios tratamientos insecticidas, hasta que la regulación de las poblaciones sea suficiente. Es habitualmente bastante rápido.
Uno de los problemas de los monocultivos, es el aumento anormal de determinados problemas fitosanitarios, debido a la concentración de una única especie vegetal, situación que nunca se produce en la naturaleza.
De hecho es por eso, entre otras razones, que la preocupación por el respeto a la biodiversidad ha cogido tal importancia en los últimos años, así como los numerosos esfuerzos realizados en las fincas agrícolas.
La confusión sexual evita la multiplicación anormal de una misma especie.


Sin embargo esta técnica es operativa contra determinados insectos, especialmente lepidópteros, pero quedan muchos contra los que la técnica no ha sido puesta a punto todavía.

La determinación de la composición exacta del “bouquet feromonal” de cada especie es un trabajo de investigación muy largo. Una vez determinado, hay que encontrar la manera de fabricarlo, poner a punto un sistema de difusión operativo (tipo de difusor y densidad por hectárea), luego probarlo para verificar su eficacia, y su ausencia de efectos secundarios.

Los efectos secundarios son habitualmente despreciables ya que cada feromona es específica a una única especie, para que los machos y las hembras se encuentren, sin riesgo de cruzamiento con otras especies.

Tuve la suerte, en los años 80, de participar a los ensayos en frutales de puesta a punto, en el sur de Francia, de la primera técnica de confusión sexual contra la polilla oriental del melocotonero (Cydia molesta), por una sociedad australiana pionera. Te puedo asegurar que funciona.
La manipulación habitual de los difusores hacia que estaba impregnado de feromonas, y estaba seguido por un batallón d machos, evidentemente decepcionados cuando se daban cuenta que ¡solo era un pobre humano!
“¡No soy la que te imaginas!”


Conviene indicar que, si es verdad que esta técnica es una verdadera alternativa al empleo de los pesticidas, a contrario no responde a la voluntad declarada por una parte de la sociedad civil de salir de la química de síntesis.
Es que todos los difusores autorizados y disponibles en el mercado son llenos de feromonas sintéticas, copia de las feromonas naturales (sino no podría funcionar). Se llama biomimetismo. Son producidas en fábricas químicas muy parecidas a todas las fábricas químicas del mundo.
En realidad, con la gran cantidad de feromonas necesarias para que esta técnica funcione, es totalmente imposible realizar su extracción a partir de hembras de criaderos.

Pero esta técnica representa, en mi opinión, una auténtica revolución en la manera de concebir la protección fitosanitaria de los cultivos:
No se trata de matar el insecto, se trata de evitar que su población alcance niveles de presencia que lo conviertan en plaga.
Es muy diferente, y abre la puerta sobre un verdadero cambio de pensamiento.
No hay necesidad de proteger un cultivo que no padece una agresión.
Pero hay que evitar que la agresión se pueda producir.

Este cambio de paradigma abre la perspectiva hacia otras técnicas, más naturales que la confusión sexual, y que buscan conseguir un resultado parecido por otras vías.
Hablaremos de ello más adelante.



145- Les alternatives aux pesticides -4- La confusion sexuelle

LES ALTERNATIVES AUX PESTICIDES -4- LA CONFUSION SEXUELLE

Ce nom peut paraître barbare voire risible pour les non-initiés. Il s’agit pourtant une vraie révolution dans le concept de protection des cultures.

Cette technique, mise au point dans les années 80, et d’abord développée sur vigne et en production fruitière, a ensuite été élargie à un grand nombre de cultures.

Le principe est particulier :
Chez les lépidoptères, et chez plusieurs autres genres d’arthropodes, le mâle et la femelle se retrouvent en vue de l’accouplement, par des signaux olfactifs lâchés dans l’air.
Concrètement, dans le cas des lépidoptères, les femelles matures produisent une phéromone, une substance volatile qu’elles libèrent dans l’air, et qui est destinée à permettre aux mâles de les localiser.


Les mâles sont dotés de récepteurs olfactifs très sensibles qui leur permettent de repérer la phéromone, et d’en suivre la piste jusqu’à en trouver l’origine.
Lorsque les mâles retrouvent les femelles, l’accouplement a lieu, les femelles pondent des œufs fécondés à partir desquels naitront les chenilles, leurs larves, qui s’alimenteront sur la culture en y faisant des dégâts, jusqu’à ce qu’elles puissent se métamorphoser pour devenir à leur tour des adultes reproducteurs.

La technique de confusion sexuelle consiste à diffuser dans les champs à protéger une grande quantité de phéromone sexuelle de l’insecte nuisible, en installant un grand nombre de diffuseurs.
Les mâles sont incapables de suivre une piste olfactive claire. Ils ne retrouvent donc pas les femelles, la fécondation n’a pas lieu, il n’y a donc pas de pontes ni de larves qui puissent faire des dégâts aux cultures.
On protège la culture en empêchant l’espèce nuisible de s’y développer.

En fait, cette technique n’est pas parfaite, car des rencontres de hasard peuvent avoir lieu.
L’espèce n’est donc pas menacée, mais ses dégâts sont négligeables.
Ces rencontres de hasard ne représentent aucun risque agricole, sauf dans certains cas de présence très excessive (ou invasive) du ravageur. Dans ces rares situations, il peut être nécessaire de compléter la confusion par un ou plusieurs traitements insecticides, jusqu’à ce que la régulation des populations soit suffisante. C’est habituellement assez rapide.
Un des problèmes des monocultures, c’est l’augmentation anormale de certains problèmes phytosanitaires, due à la concentration d’une unique espèce végétale, situation qui ne se produit jamais dans la nature.
C’est d’ailleurs pour cette raison, entre autres, que la préoccupation pour le respect de la biodiversité a pris une telle importance ces dernières années, ainsi que les nombreux efforts réalisés dans les fermes agricoles.
La confusion sexuelle évite la multiplication anormale d’une même espèce.


Cependant cette technique est opérationnelle pour la protection contre certains insectes, surtout des lépidoptères, mais il en reste de nombreux contre lesquels la technique n’a pas encore été mise au point.
La détermination de la composition exacte du « bouquet phéromonal » de chaque espèce est un travail de recherche très long. Une fois déterminé, il faut trouver la manière de le fabriquer, mettre au point un système de diffusion opérationnel (type de diffuseur et densité par hectare), puis le tester pour en vérifier l’efficacité, et son absence d’effets secondaires.

Les effets secondaires sont normalement négligeables car chaque phéromone est spécifique à une seule et même espèce, afin que mâles et femelles se retrouvent, sans risquer de se croiser avec d’autres espèces.

J’ai eu la chance, dans les années 80, de participer aux essais au verger de mise au point, dans le sud de la France, de la première technique de confusion sexuelle contre la tordeuse orientale du pêcher (Cydia molesta), par une société australienne pionnière. Je peux vous certifier que ça fonctionne.
La manipulation habituelle des diffuseurs faisait que j’étais imprégné de phéromones, et j’étais suivi par une troupe de mâles, forcément déçus lorsqu’ils se rendaient compte que je n’étais qu’un vulgaire humain !
« Je ne suis pas celle que vous croyez ! »


Il convient de préciser que, s’il est vrai que cette technique est une véritable alternative à l’emploi des pesticides, elle ne répond en revanche absolument pas à la volonté déclarée par une partie de la société civile de sortir de la chimie de synthèse.
En effet, tous les diffuseurs autorisés et disponibles y sur le marché sont remplis de phéromone synthétique, copie des phéromones naturelles (sinon ça ne marcherait pas). On appelle ça du biomimétisme. Elles sont produites dans des usines chimiques tout à fait semblables à toutes les usines chimiques du monde.
En fait, étant donnée la quantité de phéromones nécessaire pour que cette technique fonctionne, il est totalement inenvisageable d’en réaliser l’extraction à partir de femelles d’élevage.

Mais cette technique représente à mon avis une vraie révolution dans la manière de concevoir la protection phytosanitaire des cultures :
On ne cherche pas à tuer l’insecte, on cherche à éviter que sa population atteigne des niveaux de présence qui le transforment en nuisible.
C’est tout à fait différent, et ça ouvre la porte sur un vrai changement de pensée.
On n’a pas besoin de protéger une culture qui n’est pas agressée.
Mais il faut pouvoir éviter que l’agression ne se produise.

Ce changement de paradigme ouvre la perspective vers d’autres techniques, plus naturelles que la confusion sexuelle, et qui cherchent à obtenir un résultat similaire par d’autres voies.
Nous en reparlerons.

Image : http://agrobonsens.com/wp-content/uploads/2018/11/confusionsexuelle-3.jpg

145- Alternatives to pesticides -4- Sexual confusion

ALTERNATIVES TO PESTICIDES -4- SEXUAL CONFUSION


This name may seem barbaric or laughable for the uninitiated. Yet it is a real revolution in the concept of crop protection.

This technique, developed in the 1980s and first developed on vines and fruit production, was later extended to a large number of crops.

The principle is particular:
In lepidoptera, and in several other arthropods, males and females find each other for mating by olfactory signals released into the air.
Specifically, in the case of Lepidoptera, mature females produce a pheromone, a volatile substance that they release into the air, and which is intended to allow males to locate them.


Males have very sensitive olfactory receptors that allow them to locate the pheromone, and to follow the path to find the origin.
When the males find the females, the mating takes place, the females lay fertilized eggs from which the caterpillars, their larvae, will be born, which will feed on the crop by doing damage, until they are able to metamorphose to become breeding adults in their turn.

The technique of sexual confusion consists in diffusing in the fields to be protected, a large amount of sexual pheromone of the harmful insect, by installing a large number of diffusers.
Males are unable to follow a clear olfactory path. They do not find the females, the fertilization does not take place, so there are no eggs or larvae that can do damage to crops.
The crop is protected by preventing the harmful species from developing there.

In fact, this technique is not perfect because chance meetings can take place.
The species is not threatened, but its damage is negligible.
These chance meetings do not represent any agricultural risk, except in certain cases of very excessive (or invasive) presence of the pest. In these rare situations, it may be necessary to supplement the confusion with one or more insecticide sprayings, until the regulation of the populations is sufficient. It's usually pretty fast.
One of the problems of monocultures is the abnormal increase in certain phytosanitary problems, due to the concentration of a single plant species, which never occurs in Nature.
For this reason, among other things, the concern for the respect of biodiversity has become so important in recent years, as well as the many efforts made on farms.
Sexual confusion prevents the abnormal multiplication of the same species.


However this technique is operational for protection against certain insects, especially Lepidoptera, but there are still many against which the technique has not yet been developed.
The determination of the exact composition of the "pheromonal bouquet" of each species is a very long research task. Once determined, it is necessary to find the way to manufacture it, to develop an operational diffusion system (type of diffuser and density per hectare), then to test it to check its effectiveness, and its absence of side effects.

Side effects are usually negligible because each pheromone is specific to a single species, so that males and females can find each other, without the risk of crossing with other species.

In the 80s, I had the opportunity to participate development trials in orchards, in the south of France, of the first technique of sexual confusion against the Oriental fruit moth (Cydia molesta), by a pioneering Australian society. I can certify that it works.
The usual manipulation of the diffusers was that I was impregnated with pheromones, and I was followed by a troop of males, inevitably disappointed when they realized that I was only a vulgar human!
"I'm not the one you believe!"


It should be pointed out that, while this technique is a real alternative to the use of pesticides, it does not, in any way, respond to the stated desire of one part of the civil society to go out of synthetic chemistry.
Indeed, all licensed and available diffusers on the market are filled with synthetic pheromone, copy of natural pheromones (otherwise it would not work). This is called biomimicry. They are produced in chemical plants quite similar to all the chemical plants in the world.
In fact, given the amount of pheromones needed for this technique to work, it's totally inconceivable to extract it from breeding females.

But this technique represents in my opinion a real revolution in the way of conceiving the phytosanitary protection of crops:
We don't try to kill the insect, we try to prevent its population to reach levels of presence that turn it into a nuisance.
It's totally different, and it opens the door to a real change of thought.
We don't need to protect a crop that is not threatened.
But we must be able to prevent aggression from occurring.

This paradigm shift opens the door to other techniques, more natural than sexual confusion, and seeking a similar result in other ways.
We will talk about it again.

Picture: http://agrobonsens.com/wp-content/uploads/2018/11/confusionsexuelle-3.jpg

lundi 11 mars 2019

144- El suelo -6- La unión hace la fuerza


EL SUELO -6- LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Hace poco, la página Facebook “Sols vivants –Québec” (“Suelos vivos – Quebec”, una página francófona, muy recomendable para los que se interesan en las influencias recíprocas de la vida del suelo y de la producción agrícola), publicaba un muy interesante artículo sobre la científica Christine Jones y sus estudios sobre la diversidad encima y dentro de los suelos.

Este artículo, del 18 de febrero de 2019 y publicado en el diario independiente La Junta Tribune-Democrat del estado de Colorado, resalta algunos puntos de los que se habla poco, pero que podrían revelarse esenciales para el futuro de una agricultura sostenible y productiva, y para la lucha contra el calentamiento climático.

Imagen personal

Christine Jones explica que el vapor de agua es el principal gas de efecto invernadero. No es la primera en hablar del tema, pero curiosamente el debate público se ha focalizado sobre el CO2, cuando el vapor de agua es en realidad mucho más importante.

Después habla de la diversidad como fuente de potencia vital para los suelos y de fertilidad para los cultivos.
Es un punto nunca evocado pero que puede dar una interesante pista de experimentación y de trabajo para todos los agricultores e investigadores que, de una forma u otra, intentan evitar o reducir los laboreos y aumentar la biodiversidad en sus fincas.
Se puede resumir su mensaje en la frase
“Hoy por hoy, nuestros suelos no son deficientes en minerales, son deficientes en microrganismos”


Como siempre, publico el artículo en su totalidad. Sin embargo, en este he suprimido una parte que anuncia una conferencia a la que Christine Jones debe participar pocos días después. A la fecha de publicación de este post de blog, dicha conferencia esta terminada. Elimino esta parte para no parasitar la lectura. Pero se puede acceder por el link hacia el artículo original.



Una ecóloga de los suelos cuestiona el pensamiento dominante sobre el calentamiento global

Por Candace Krebs / para Ag Journal


La gestión de las tierras cultivadas y de los pastos es el medio más efectivo para remediar al cambio climático, una visión que no recibe toda la atención que se merece, según una australiana, ecóloga de los suelo de renombre que habla de la salud de los suelo por el mundo.

“El agua situada en la superficie del suelo se evapora. El vapor de agua, causado por evaporación del agua porque no se ha podido infiltrar, es el gas de efecto invernadero que más ha aumentado desde la revolución industrial”, declaró Christine Jones en un discurso pronunciado durante la conferencia No Till on the Plains de Wichita en Enero.


“Está científicamente demostrado que el vapor de agua representa el 95% del efecto invernadero, cuando como mucho el 3% del dióxido de carbono es el resultado de la combustión de los combustibles fósiles, y que el dióxido de carbono solo representa el 0,04% de la atmósfera” persigue. “Entonces, ¿como puede un gas presente en niveles de trazas cambiar el clima mundial?”

Es un detalle crucial que los medias generalistas y gran parte del público no han visto, según dice.

“No tiene nada que ver con el hecho de quemar carbón o no” declaró con énfasis.

Doctora en bioquímica de los suelos, Jones ha trabajado en la investigación pública y en el desarrollo agrícola antes de convertirse en consultora en salud de los suelos en la escena internacional.

Recomienda guardar el suelo cubierto de manera permanente con diversas comunidades vegetales y reducir considerablemente la dependencia a los fungicidas, a los pesticidas y a los fertilizantes artificiales. La solución para un campo sano y productivo no es más insumos, ni siquiera más lluvias, explica, es una comprensión y una capitalización de las ventajas de diversas mezclas de plantas que trabajan juntas para extraer el carbono de la atmosfera e integrarlo en el suelo.

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El principio sobre el que Jones no puede insistir más en sus ponencias, es el poder de la diversidad.

Llama a más diversidad en la dieta humana – afirmando que los humanos necesitan comer a menos 30 alimentos vegetales a la semana para que el bioma intestinal funciona correctamente – más diversidad en las dietas del ganado, hablando de los estudios de Fred Provenza, profesor emérito a la Utah State University, quien realizo investigaciones profundizadas sobre los modelos alimenticios de los animales y finalmente diversos paisajes reflejando la complejidad de la pradera primitiva, que contenía antaño más de 700 especies distintas de hierbas y de no-gramíneas en cada parcelita de tierra.

Para explicar porque la diversidad de plantas es tan importante, emplea un término que podría ser nuevo para muchos agricultores: “la detección del quórum” (quorum sensing).

Los microorganismos del suelo pueden sentir cuando el número de plantas alcanza un punto crítico en la comunidad, declaró en conferencia en Wichita.

“Un quórum en una organización es este umbral que debe ser alcanzado para tomar decisiones y hacer negocios”, declaró. “Lo que ahora sabemos sobre las poblaciones microbianas, es que también debe respetar un umbral para conseguir un “comportamiento coordinado dependiendo de la densidad”. Cuando se produce, trabajan juntas como si fuera un súper-organismo, capaz de tolerar la sequía o suelos pobres en nutrientes, o cualquier otra situación de este tipo”.


Mencionó investigaciones hechas en Alemania que enseñaban que la combinación de varias plantas aumentaba más la producción de biomasa que de añadir 200 unidades de nitrógeno por hectárea a los cultivos en monocultivo. En otras experiencias, cultivos de plantas mezcladas han podido ser realizadas con un mínimo de agua, mientras bandas de monocultivos enseñaban un severo estrés de sequía.

“Lo que se produce aquí va más allá de la simple idea de complementariedad, en la que cada  planta ocupa un nicho diferente”, declaró.

Diversas mezclas aumentan la fotosíntesis, lo que conduce a un mayor almacenamiento de carbono en el suelo, explicó.

“Es para preguntarse porque nos preocupamos tanto por las malas hierbas”, bromeó.

Las ventajas de una biodiversidad incrementada son igual de válidas para las tierras agrícolas que para las praderas, añadió.

Aunque algunas plantas sacan mayores beneficios de la diversidad que otras, es el impacto global de redes interdependientes complejas de raíces y de microorganismos del suelo, que transforma la función del paisaje en su conjunto. Todo consiste en reforzar la capacidad de secuestración del carbono, declaró.

Sostiene desde mucho tiempo que el carbono del suelo es esencial para que las plantas saquen pleno partido de los nutrientes como el nitrógeno, lo que la agricultura moderna tiende a olvidar.

“En la actualidad, nuestros suelos no son deficientes en minerales, son deficientes en microorganismos”, afirmó.

Una cantidad suficiente de carbono es igualmente necesaria para la plena expresión del potencial genético de una planta.

“En el mundo vegetal, la selección genética puede orientarte en determinada dirección, pero si actúas para la salud de tu suelo, puedes progresar muchísimo en un tiempo mucho más corto”, declaró.

La prueba que el suelo es sano es un color oscuro y rico, un contenido alto en materia orgánica, una estructura rica en agregados y redes complejas de filamentos colonizando las raíces de las plantas, otorgando una absorción incrementada de agua y de los nutrientes.


“No deberíamos ver nunca raíces expuestas en una planta”, declaró Jones. “Si puedes ver las raíces de la planta, es que no comunican adecuadamente con el suelo”.

Todas esas cualidades indican un aumento activo de la secuestración del carbono.

Jones concluye que los cambios ocurridos en las prácticas agrícolas a lo largo del siglo pasado han tenido mayor impacto en el clima mundial de lo que se le reconoce en general. Pero eso significa igualmente que la mejora de las prácticas agrícolas revela un potencial considerable para mejorar el clima.

“La temperatura creciente, la aridez creciente, son el resultado de una gestión agrícola inapropiada”, declaró. “Hemos aportado enormes cambios al paisaje, simplificándolo, eliminando árboles y plantas y pasando de plantaciones diversificadas a campos que solo producen una sola cosa a la vez”.



Sería demasiado simple reducir las causas de los cambios climáticos estigmatizando la agricultura. Su papel sin embargo, es importante.

Pero es necesario, por una parte saber reconocer los errores del pasado, aunque se hayan hecho sin malas intenciones, y por otra parte subrayar y favorecer la capacidad de la agricultura a convertirse en el actor principal de la lucha contra el calentamiento global y de la reducción de los gases de efecto invernadero.