EL ESPÍRITU DE LAS PLANTAS – MIMETISMO
Las orquídeas son plantas consideradas
entre las más avanzadas. Algunos tipos, por ejemplo las del genero Ophrys, bastante
frecuentes en Europa, han sabido evolucionar para atraer a sus
insectos polinizadores, casi siempre específicos, para darse todas la
posibilidades de polinización. Han sido capaces de modificar sus flores para
que se parezcan a las hembras, de manera de atraer el macho que se encargara,
sin saberlo, del trabajo de polinización.
El estratagema es muy elaborado:
La flor libera unos aromas que copian
a la perfección las feromonas del insecto, las que le permiten al macho
localizar a la hembra des grandes distancias.
Cuando el macho se encuentra cerca,
debe poder reconocer visualmente la hembra. Por consecuencia, la flor se ha
disfrazado de hembra, es decir que viste los colores y los dibujos que el macho
reconocerá del primer vistazo.
Ahora, el macho debe ponerse encima de
la flor. Y con el fin de que lo haga, y de que nada lo pueda hacer dudar, la
flor se ha dotado de una pilosidad muy característica de la hembra.
La trampa esta lista, y funciona de
maravilla. El macho se deja engañar hasta el último segundo. Se va entonces
rendir homenaje a la Señora, pensando que está cumpliendo con su deber de
supervivencia de su propia especia. En realidad está realizando una obra
esencial para la supervivencia de la orquídea.
Es un magnífico ejemplo de adaptación
de una especie a su entorno. De hecho, las orquídeas se sitúan entre las plantas
que han desarrollado las estratagemas los más sofisticados. Es fantástico y
maravilloso. Numerosos científicos y botánicos se interesan a las orquídeas,
precisamente por la gran sofisticación de sus procesos de reproducción y de
polinización. Incluso Darwin redacto un libro entero dedicado a estas plantas “La
fecundación de las orquídeas”.
A continuación algunos ejemplos, entre los muchos que existen.
Ophrys apifera
Ophrys insectifera
Ophrys lutea
Ophrys sphegodes
Ophrys scolopax
Ophrys fusca
Pero intentemos mirarlo de más cerca,
desde un punto de vista de observador no científico. Intentemos reflexionar
sobre la génesis de este proceso.
¿Imaginas la complejidad de los
mecanismos que la planta ha tenido que poner en marcha para conseguir esta
hazaña?
Pues no es cosa fácil. Ponte en el
lugar de una planta inmóvil, sin visión, sin capacidad de análisis, e intenta
adaptarte a una situación tan compleja.
Analicemos los pasos que ha tenido que
seguir.
Primero ha tenido que determinar, “tomar
conciencia” de su problema de polinización, y de su complejidad.
Luego ha tenido que elaborar, “imaginar”
un plan, una solución de supervivencia, ya que sin polinización, no hay
descendencia posible, y es el riesgo de extinción de la especie.
Ha tenido que detectar, y luego observar
su único insecto polinizador, su vida, sus costumbres.
Ha tenido que determinar las feromonas
que la hembra produce para que el macho la pueda localizar.
Ha tenido que observar la hembra lo
suficiente para ser capaz de saber, con todo detalle a que se parece físicamente.
Y para terminar, y para que el plan
funcione, ha tenido que realizar un proceso de auto-transformación de manera de
imitar perfectamente el insecto.
Es voluntariamente que le presto a la
planta una voluntad, un pensamiento, una reflexión de la que, con toda
probabilidad no dispone, o por lo menos no en forma en que nosotros, humanos,
somos actualmente capaces de entenderlo.
Es que hay que reconocer que es un
proceso de una gran complejidad, que pone en acción sentidos como el olfato, la
vista el tacto, además de una capacidad de observación, de reflexión y de
imitación increíbles, que normalmente solo se atribuyen a los animales.
¿Quién ha dicho que las plantas no
piensan?
¿Existe una forma de inteligencia
vegetal?
Es evidente que las plantas no tienen cerebro,
con lo que no tienen capacidades cognitivas y sensoriales del mismo tipo que los animales.
Sin embargo, es cierto que mecanismos complejos, que obedecen a la necesidad
imperiosa de resolver un problema grave están puestos en marcha por las
plantas. Numerosos científicos y sus equipos trabajan para entender los
mecanismos de comunicación y de adaptación de las plantas frente a las
situaciones en las que su entorno las pone.
No pretendo responder a cuestiones
cercanas a cuestiones metafísicas, pero voy a comunicar algunos descubrimientos,
algunos trabajos científicos extremadamente sorprendentes, y totalmente
apasionantes.
No se puede excluir que pueda eso
modificar profundamente tu visión del mundo vegetal. Incluso es posible que ya
no puedas mirar a las plantas de la misma manera.
Que nadie diga que no lo advertí…
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