¿ESPIONAJE O COLABORACIÓN?
Los suelos de serpentinas son formaciones minerales muy
duras y rocosas, extremadamente ricas en cobalto, níquel, cromo, potasio y
fósforo. Esas condiciones son casi opuestas a las necesidades de la mayoría de
las plantas, que buscan en general suelos poco compactos, con buen drenaje, y
bastante poco cargados de minerales, para poder tener ahí un desarrollo sano,
con un bien equilibrio nutricional.
Sin embargo las serpentinas albergan una vegetación
específica, constituida en general de plantas de bajo desarrollo, a menudo
coníferos, de tipo matorral.
Foto: http://www.californiachaparral.com/images/600_DSC_0113_II.jpg
Un equipo de investigadores del Centro John Innes en el
Reino Unido, se han preguntado cómo plantas adaptadas a condiciones de vida
“normales” pueden conseguir implantarse, vivir y multiplicarse en un medio tan
extremadamente hostil.
En inglés (artículo original) : https://www.jic.ac.uk/news/2016/06/serpentine-plants-survive-harsh-soils-thanks-borrowed-genes/
Para poder estudiar esta cuestión, han recogido semillas
de varias poblaciones de Arabidopsis arenosa, una prima hermana de la famosa
Arabidopsis thaliana, la planta preferida de los laboratorios. La meta era de
estudiar le genoma de poblaciones que viven en suelos fértiles, y compararlo
con el de plantas que viven en suelos de serpentina.
Para eso, han buscado distintas poblaciones de A. arenosa
establecidas en toda Europa, algunas de las cuales en suelos de serpentina.
A continuación sembraron las semillas cosechadas para
estudiar el genoma de las plantas nacidas de esas siembras.
Foto: http://blog.garnetcommunity.org.uk/wp-content/uploads/2015/07/Arabidopsis-arenosa02.jpg
Por su gran sorpresa, descubrieron que A. arenosa
serpentina presenta un genoma ligeramente diferente, con caracteres procedentes
de otra planta, en concreto de Arabidopsis lyrata, otra prima hermana,
habitualmente adaptada a la vida en las serpentinas. Esos genes no son
presentes en las poblaciones “normales” de A. arenosa.
La hipótesis
formulada por ahora es que A. arenosa ha conseguido “tomar prestado” el gen que
le permite sobrevivir en condiciones tan difíciles.
Los investigadores deberán ahora identificar exactamente
los mecanismos naturales que han llevado a esta unión de genes, entre plantas
vecinas, pero a priori incompatibles.
Otra cuestión será saber si una planta ha “tomado prestado”
esos caracteres, o si es su prima hermana quien se los “presto amablemente”.
Un apasionante debate sobre la “psicología vegetal” en
perspectiva.
Es muy sorprendente constatar que las plantas, de manera
totalmente espontánea y natural, son capaces de aprovechar genes de especies
vecinas, con el fin de adaptarse a un medio hostil.
Son OGM naturales, cuya finalidad es, como siempre, la
supervivencia de la especie.
Lo que
significa que, en el mundo vegetal también, la necesidad es ley.
Otra nueva capacidad hasta ahora desconocida del mundo
vegetal, que no deja de sorprendernos.
Foto: http://flora.nhm-wien.ac.at/Bilder-A-F/Cardaminopsis-arenosa-1.jpg
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