¿PUEDE MATAR EL JAMÓN?
Este artículo reciente es de José Miguel Mulet Salort,
conocido como JM Mulet, profesor titular de biotecnología en la Universidad
Politécnica de Valencia (España), autor de un polémico libro sobre alimentación
“Comer sin miedo” (que te recomiendo leer y estudiar), et gran defensor de la
coherencia científica contra los bulos de los movimientos anti-ciencia.
Ataca de manera sistemática los argumentos angustiosos a
menudo soltado al aire por los militantes medioambientalistas, sin referencia o
sin prueba científica fiable.
Te recomiendo su blog www.jmmulet.naukas.com, y su cuenta de
Twitter @jmmulet.
Aquí el artículo.
“¿Puede matar el jamón?
TODO ES TÓXICO.
La semana pasada conté cómo lo que se
presenta en los medios de comunicación como un experimento científico no
siempre es tal, generalmente porque faltan los controles.
Existe otro caso que evidencia la separación
entre ciencia y medios de comunicación. Muchas veces la investigación es
correcta, los controles son correctos, el científico lo comunica a los
medios... y la noticia que sale no tiene nada que ver con el descubrimiento.
Muchas veces la prensa da una versión alarmista o presenta como un bombazo algo
que no lo es.
Para empezar. Un descubrimiento científico se
publica en revistas científicas o se patenta. ¿Fácil no? Pues a veces el
mecanismo de control más sencillo falla. Cuando un científico hace una rueda de
prensa para comunicar un descubrimiento, sin publicación ni patente... está
vendiendo una moto o busca autobombo. Grandes pufos de la ciencia como el motor
de agua de la Universidad de Valencia, la fusión fría o que las ratas
alimentadas con maíz transgénico sufrían cáncer, se presentaron en ruedas de
prensa sin que nadie hubiera visto el artículo. Y muchas veces los artículos
nunca salieron, o salieron y fueron retirados.
Vamos al segundo problema, el alarmismo. Por
ejemplo, hagamos un experimento sencillo e imaginario. Cogemos a alguien y le
damos 100 g de jamón serrano y evaluamos su salud. Al día siguiente le damos
200g, al siguiente 400g y así cada día vamos doblando la cantidad. Al principio
todos los parámetros de salud salen normales, pero cuando las dosis se hacen
altas vemos que el riñón y otros órganos empiezan a fallar. Al final el señor
se muere. El científico publica cuál fue la última cantidad de jamón que el
señor se tomó (casi 4 kg de una sentada) y se lo cuenta a la prensa. El titular
es: "El jamón serrano es muy tóxico".
¿Imaginario? Para cualquier sustancia se
puede determinar su nivel de toxicidad haciendo experimentos similares al que
he descrito, pero en animales. El parámetro más típico es el LD50 (de lethal
dose) que es la concentración que provoca que la mitad de los animales del
experimento fallezcan. Y siembre hay un nivel a partir del cual una sustancia,
la que sea, es tóxica.
Por ejemplo, el LD50 del agua es de 6 litros.
Ahora que muchos ayuntamientos quieren prohibir el glifosato, cabría recordar
que el de la cafeína o la aspirina es mucho más bajo. Es decir, necesitas menos
dosis para morirte. Similar pasa con los compuestos cancerígenos. Existen
ensayos para evaluar la capacidad de un compuesto para producir cáncer, y el
resultado no es "sí" o "no", sino una probabilidad de
producir cáncer en un determinado espacio de tiempo. Por lo tanto, cuando se
desató el pánico hace unos meses porque el jamón y la mortadela eran
cancerígenas, cabría recordar que lo importante no es que lo sean, sino en qué
magnitud. Y su magnitud es bastante baja. De hecho, el sujeto imaginario del
experimento anterior no se muere de cáncer sino atiborrado de jamón.
Un
error parecido se puede dar a la inversa, cuando el problema no son las grandes
cantidades sino las pequeñas. Por ejemplo, titulares de prensa como "El
agua de tal ciudad contiene cocaína...", "El aire de tal ciudad
contiene heroína...". Vamos, que te vas de fiesta un fin de semana y no
hace falta que gastes en vicios, con beber y respirar te sale el colocón
gratis. ¿Realmente nos estamos drogando? Obviamente no. La cuestión es que los
sistemas de detección cada vez son más precisos, por lo que cantidades que
antes no aparecían en los análisis, ahora sí que lo hacen. Y estamos igual que
antes, lo importante no es el qué, sino el cuánto. Si uno calcula, para hacerse
una raya de cocaína necesitaría beberse el embalse de Contreras. Pero esto tiene
un problema, antes de notar el efecto de la cocaína se habría muerto. Recuerda, el agua es tóxica. Más de seis
litros te matan.”
Solo indicar, para los que no lo saben, que el embalse de
Contreras, en la provincia de Valencia, tiene una superficie de 2710 ha, con
una capacidad de 943 millones de m3 de agua.
Un pequeño artículo bien claro.
Cuidado, mucho cuidado con lo que se dice, con lo que se
publica.
Hace 2 años justo, publicaba en este blog un artículo
llamada “¡Todos somos dianas!” https://culturagriculture.blogspot.com.es/2014/04/12-todos-somos-dianas.html
Te explicaba como nuestros comportamientos y hábitos están
estudiados y analizados para poder presentarnos siempre lo que se supone que
estamos buscando. El artículo iba enfocado al consumo de bienes en general, al
fomento del consumo, a llevarnos a gastar dinero.
Podría repetir el mismo artículo, casi sin cambiar nada,
para explicarte cómo nuestros miedos, nuestros temores, están estudiados y
utilizados para guiarnos hacia la dirección que uno quiera.
Hace un año, en febrero de 2015, publicaba otro artículo
sobre “El caso Alar” https://culturagriculture.blogspot.com.es/2015/02/38-el-caso-alar.html,
en el que os contaba uno de los primeros bulos anti plaguicidas, de los años
80, que se cargó un producto totalmente inocuo, hecho para mejorar la
conservación de la fruta. Una bonita manipulación científica y una comunicación
televisiva bien organizada hicieron que nadie fue capaz de salvar a un producto
útil, sin motivo alguno, por pura ideología.
En septiembre de 2015, la página francesa ForumPhyto
publicaba un interesante artículo sobre la habitual confusión entre peligro y
riesgo. http://www.forumphyto.fr/2015/09/07/clairement-distinguer-danger-et-risque-risque-danger-x-exposition/
. Esas dos nociones son muy distintas, pero el público en general no hace la
diferencia, y los lobbies medioambientalistas juegan de están ignorancia.
En realidad riesgo
= peligro x exposición.
Se puede acceder a un interesante video (en inglés, pero fácil
de entender) https://www.youtube.com/watch?v=PZmNZi8bon8&feature=youtu.be,
en el que se explica (entre otras cosas)
como la harina de trigo no presenta riesgo habitual para la salud de las
personas. Sin embargo, el panadero, expuesto muchas horas al día al polvo de
harina, puede desarrollar enfermedades específicas, a veces graves, debidas a
su exposición.
¿Debemos
prohibir la harina de trigo porque está demostrado científicamente que puede
provocar enfermedades graves?
En octubre 2015, publicaba otro artículo llamado “La
conspiración del farol” https://culturagriculture.blogspot.com.es/2015/10/56-la-conspiracion-del-farol.html
en el que te explicaba como los lobbies medioambientalistas nos están manipulando,
actuando sobre nuestros miedos para llevarnos a apoyar sus tesis y su visión del
mundo.
También explicaba que sus finalidades no son humanistas,
todo lo contrario. Matar no les preocupa. De hecho, son directamente
responsables de miles de muertes todos los días. Son crímenes contra la
humanidad la más pobre, apoyados por la humanidad la más rica.
Así que, piénsatelo, antes de firmar una petición, antes
de pedir la prohibición de tal cosa, la retirada de tal otra.
¿Quién le saca provecho?,
¿Quién se va a cebar de este movimiento en el que tú, con
toda tu buena fe, estas dando apoyo?
¿Y cuáles serán las consecuencias reales de dicha
retirada o prohibición?
Estoy preparando otro artículo, esta vez sobre el
glifosato, el herbicida que todo el mundo, excepto los agricultores, quiere ver
desaparecer.
Las redes sociales se han convertido en una inmensa tribuna
manipuladora.
Estas
manipulado. Estamos manipulados.
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