samedi 30 juin 2018

134- La percepción del riesgo

LA PERCEPCIÓN DEL RIESGO

Un interesante artículo publicado en mayo en el blog español “El ecologista transgénico” nos informa sobre la percepción del riesgo por el público, y nos advierte sobre la enorme presión mediática que soportamos diariamente, con la percepción a veces errónea que podemos coger de determinados temas.


Este artículo me interesa mucho ya que la agricultura, y especialmente los plaguicidas, forman parte de los temas más afectados por este problema, muy a menudo de manera injustificada.


“La percepción del riesgo: un asunto peligroso
12 mayo, 2018

Los errores en la percepción del riesgo son la base de muchos problemas en la comunicación de la ciencia, por lo tanto voy a dedicar la entrada a este tema, intentando aclarar conceptos mediante unos cuantos ejemplos. Porque, cada día, en nuestra vida diaria, tenemos que tomar un sinfín de decisiones que son ejercicios de balance entre beneficios y riesgos, unas inconscientes otras más razonadas. Por desgracia los humanos no somos muy buenos a la hora de evaluar estos riesgos. Esto complica nuestra capacidad para tomar decisiones coherentes, desde decisiones médicas, más o menos importantes, hasta qué alimentos nos llevamos a la boca.


De hecho, la evidencia es clara, no podemos evitar cometer esos errores. Nuestra aparente irracionalidad en este tema es fruto de procesos innatos que operan fuera de nuestro control consciente. Se han identificado una serie de “factores de miedo” emocionales que hacen que algunas amenazas potenciales produzcan más temor que otras, sin importar lo que la evidencia pueda decir:
-       Los riesgos creados por el hombre nos asustan más que los naturales, por lo que es más probable que tememos los transgénicos, la radiación de plantas nucleares y químicos industriales que los riesgos “naturales” como leche no pasteurizada, medicinas naturales o radiación cancerígena del sol.
-       Nos preocupamos más por los riesgos que no podemos controlar y tendemos a pasar por alto los riesgos que podemos controlar, por ejemplo, sobreestimamos es riego del glifosato (u otros fitosanitarios) pero subestimamos el riesgo de no comer suficiente fruta o verdura o del sedentarismo.
-       Los riesgos impuestos nos atemorizan más que aquellos que tomamos voluntariamente. Por ello, la percepción del riesgo es mayor en el caso de la radiación de las centrales nucleares que con la radiación del sol, a la que nos exponemos voluntariamente.
-       Somos malos evaluando los riesgos y beneficios a largo plazo; tenemos una tendencia innata a centrarnos en el corto plazo. Por ejemplo, cuando desaparecen enfermedades como el sarampión o las paperas, los beneficios de las vacunas que los vencieron ya no son obvios y pueden llegar a ponerse en entredicho.
-       A menudo olvidamos considerar el riesgo de no hacer nada o de la alternativa.

Estos atajos mentales y nuestro deseo de respuestas simples sobre la causalidad, el riesgo y el beneficio conducen a algunos errores comunes en la forma en actuamos en nuestras propias vidas.


Peligro y riesgo

Peligro y riesgo son dos conceptos diferentes pero relacionados.

Un peligro es un agente que tiene el potencial de causar daño.
El riesgo mide la probabilidad de daño por un peligro.


Los peligros solo se convierten en riesgos cuando hay exposición. Ejemplo: la radiación solar es un peligro. Pero si nunca me expongo (o me protejo) a la radiación, no me enfrentaré al riesgo de quemaduras o melanomas, aunque el peligro ahí está. A pesar de esta diferencia, tendemos a considerar todos los peligros como riesgos, independientemente de nuestro nivel de exposición.

Esto es muy visible en la clasificación de carcinógenos de la International Agency on Cancer Research (IARC http://monographs.iarc.fr/ENG/Classification/). La identificación de peligros es el primer paso de la evaluación de riesgos, pero no es en sí una evaluación de riesgos. Sin embargo, constantemente vemos informes de identificación de peligros presentados como evidencia de riesgo real. Estas clasificaciones se basan en la fuerza de la evidencia y no en el grado de riesgo. Dos factores de riesgo podrían incluirse en la misma categoría aunque uno triplicara el riesgo de cáncer y el otro lo aumentara en una pequeña fracción. Un ejemplo claro es el tabaco y la carne procesada, incluidos ambos en la categoría 1 de dicha clasificación. Según Cancer Research UK (http://scienceblog.cancerresearchuk.org/2015/10/26/processed-meat-and-cancer-what-you-need-to-know/), fumar causa el 19% de todos los cánceres; por el contrario, se cree que “solo” el 3% de todos los cánceres son causados ​​por la carne procesada y las carnes rojas combinadas. Por lo tanto, la evidencia de que la carne procesada causa cáncer es tan fuerte como la del tabaco, pero el riego del tabaco es mucho mayor.

Todos los peligros no son iguales

Como hemos visto, todos los peligros no son iguales, estos pueden afectar a distinto número de personas y/o ser más o menos dañinos.  Observando el gráfico, podemos dividir los peligros en cuatro categorías según la cantidad de personas afectadas y la gravedad del daño. La naturaleza del producto (natural vs sintético) no afecta a la peligrosidad.


Sin embargo, a veces tendemos a considerar que todos los peligros a los que prestamos atención son igual de dañinos. El aumento del movimiento anti-vacunas muestra esta tendencia a ver todos los riesgos como iguales (considerando los peligros de las vacunas y los peligros de las enfermedades como equivalentes tanto en gravedad como en riesgo de daño). Las enfermedades prevenibles por vacunación pertenecen al cuadrante superior derecho del gráfico. Las vacunas trasladan el peligro de estas enfermedades al cuadrante superior izquierdo reduciendo drásticamente el número de personas afectadas por estas enfermedades. Por otro lado, las vacunas en sí mismas tienen una peligrosidad generalmente baja en una pequeña proporción de la población, colocándolas en el cuadrante inferior izquierdo. Sin embargo, en la mente de muchas personas, los riesgos extremadamente raros (reales o imaginarios) asociados con las vacunas se han vuelto iguales o mayores que los riesgos (muy reales) de contraer la enfermedad. Lo mismo es cierto para los aditivos alimentarios.

Conclusión

Estamos continuamente expuestos a una gran cantidad de peligros, algunos de las cuales pueden tener riesgo para nuestra salud si nos exponemos a ellos, si se encuentran en una concentración demasiado alta o de una forma demasiado frecuente. Los errores en la percepción del riesgo son la base de muchos problemas en la comunicación social de la ciencia. En parte, estos errores, son debidos a nuestra escasa capacidad para evaluar correctamente estos riesgos (otras veces son interesados). Para evitarlos debemos evaluar cada peligro por separado, analizando su potencial para causar daño y su nivel de exposición así como su posible alternativa o las consecuencias de prescindir de él para informarnos si algo realmente representa un riesgo.


Más información sobre el tema en: https://thoughtscapism.com/


La confusión creada en torno a la diferencia entre peligro y riesgo es cuidadosamente cultivada, con una meta, generalmente oculta, destinada a favorecer ventas o a provocar una modificación de la opinión o del comportamiento.
Es sin lugar a dudas lo que está pasando desde  varios años en contra de la agricultura convencional, para favorecer el consumo de productos ecológicos. Los que más comunican en este sentido son empresas capitalistas que distribuyen alimentos ecológicos, u ONGs ecologistas intentando conseguir nuevos seguidores o aumentar su poder.
Este mercado es muy lucrativo, y los medios implementados para desarrollarlo no dudan en denigrar cualquier cosa que se interponga en su camino.
Atraer el consumidor jugando con sus miedos, es lo único que les importa.
Y los daños colaterales producidos, que a veces son graves, no les importan.

Imagen: https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/ea/29/24/ea29240b4ccba8913893c942ec758eb9.jpg

134- Risk perception

RISK PERCEPTION

An interesting article published in May on the Spanish blog "El ecologista transgénico" (The transgenic ecologist) informs us about the perception of risk by the public, and warns us against the enormous media pressure that we suffer daily, with the sometimes mistaken perception of certain topics.


I'm very interested in this article because agriculture, and in particular pesticides, are among the targets most frequently affected by this problem, very often in an unjustified way.



"Perception of risk: a dangerous topic
May 12, 2018

Mistakes in the perception of risk are the basis of many problems in the communication of science, so I will dedicate this article to this topic, trying to clarify concepts through several examples. Because every day, in our daily life, we must take an infinity of decisions which are an exercise of balance between benefits and risks, some unconscious, others more reasoned. Unfortunately humans are not very good at assessing these risks. It greatly complicates our ability to make consistent decisions, from medical decisions, more or less important, to the choice of food we bring to our mouths.


In fact the evidence is clear, we can't avoid these mistakes. Our apparent irrationality on these points is the result of innate processes that operate outside of our conscious control. There have been identified a number of emotional "fear factors" that make some potential threats more fearful than others, unrelated to the obvious:
-       Risks created by man scare us more than natural risks. It is therefore likely that we are more frightened by transgenic crops, radiation from nuclear power plants or chemical plants, than by "natural" risks such as unpasteurized milk, natural medicines or carcinogenic radiation from the sun.
-       We are more concerned about risks we can't control and we tend to underestimate risks we can control. For example we overestimate the risk of glyphosate (or other phytosanitary products) but we underestimate the risk of not eating enough fruits or vegetables, or sedentary lifestyle.
-       Imposed risks make us more afraid than those we voluntarily take. For this reason, the perception of risk is greater in the case of radiation from nuclear power plants than in the case of sun radiation, to which we voluntarily expose ourselves.
-       We are bad at assessing long-term risks and benefits. We have an innate tendency to focus on the short term. For example, when diseases such as measles or mumps disappear, the benefits of vaccination that helped overcome them are no longer evident and can be questioned.
-       We often forget to consider the risk of doing nothing, or the alternative.

These mental shortcuts and our desire for simple answers about causality, risk, and benefit, lead to some common mistakes in the way we act in our own lives.
  
Danger and risk

Danger and risk are two different but related concepts.

A danger is an agent that has the potential to cause harm.
Risk measures the probability of harm by a danger.


Dangers become risks only if there is an exposition to it. Example: solar radiation is a danger. But if I never expose myself (or protect myself) to radiation, I will not face the risk of burns or melanomas, although the danger exists. Despite this difference, we tend to consider all dangers as risks, regardless of our level of exposure.

This phenomenon is very evident in the classification of IARC carcinogens (IARC http://monographs.iarc.fr/ENG/Classification/).  Danger identification is the first step of the risk assessment, but it is not, in itself, a risk assessment, yet we constantly see hazard identification studies presented as evidence of real risks. These classifications are based on the strength of evidence and not on the degree of risk. Two risk factors could be included in the same category, although one increases the risk of cancer threefold and the other only increases it by a small fraction. A good example could be tobacco and processed meat, both included in category 1. According to Cancer Research UK (http://scienceblog.cancerresearchuk.org/2015/10/26/processed-meat-and-cancer-what-you -need-to-know /), smoking causes 19% of all cancers. On the contrary, it is estimated that "only" 3% of all cancers are caused by processed meat and red meats combined. As a result, evidence that processed meat causes cancer is as strong as that of tobacco, but the risk of tobacco is much higher.

All dangers are not equal

As we have seen, not all dangers are equal, they can affect a distinct number of people and be more or less damaging. By observing the graph, we divide hazards into four categories based on the number of people affected and the severity of the damage. The nature of the product (natural or synthetic) has nothing to do with its dangerousness.


However, we sometimes tend to consider that all dangers we pay attention to are as damaging as each other. The development of the anti-vaccination movement shows this tendency to see all risks as equal (considering the dangers of vaccination and the dangers of diseases as equivalents in both gravity and risk of problem). The diseases that are prevented by vaccination belong to the upper right-hand panel of the graph. Vaccinations move the danger of these diseases to the left upper cadre by significantly reducing the number of people affected by these diseases. On the other hand, the vaccines themselves possess a generally low danger on a limited segment of the population, which places them in the lower left-hand frame. Yet, in many people's minds, the extremely rare risks (real or imagined) associated with vaccines have become equal to or greater than the (real) risks of catching the disease. The problem is the same for food additives.

Conclusion

We are permanently exposed to a large number of dangers, some of which may pose a risk to our health if we expose ourselves to them, if they are in excessive concentration or if they are too frequent. Errors in the perception of risk are the basis of many problems in the social communication of science. These errors are partly due to our poor ability to correctly assess these risks (they can also be intentional). To avoid them, we must evaluate each hazard separately, analyzing its damage potential and level of exposure, as well as possible alternatives or the consequences of avoiding it, to find out if something really represents a risk.


More information on this topic:


The confusion created around the difference between danger and risk is carefully maintained, with a desired objective, usually hidden, intended to favor sales or to provoke a change of opinion or behavior.
This is undoubtedly what has been happening for several years against conventional agriculture, to promote the consumption of organic products. Those who communicate in this way are capitalist companies that distribute organic food, or environmental NGOs that try to attract new members, or to increase their power.
This market is very lucrative, and the means used to develop it don't hesitate to denigrate everything that stands in its way.
Attracting the consumer by playing on his fears is the only thing that matters.
And the collateral damage caused, which is sometimes serious, does not matter.

Picture: https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/ea/29/24/ea29240b4ccba8913893c942ec758eb9.jpg

134- La perception du risque

LA PERCEPTION DU RISQUE

Un intéressant article publié en mai sur le blog espagnol « El ecologista transgénico » (L’écologiste transgénique) nous informe sur la perception du risque par le public, et nous met en garde contre l’énorme pression médiatique que nous subissons quotidiennement, avec la perception parfois erronée que nous avons de certains sujets.


Cet article m’intéresse beaucoup car l’agriculture, et en particulier les pesticides, font partie des cibles les plus fréquemment affectées par ce problème, très souvent de manière injustifiée.


« La perception du risque : un sujet dangereux
12 mai 2018

Les erreurs dans la perception du risque sont la base de beaucoup de problèmes dans la communication de la science, par conséquent je vais consacrer cet article à ce sujet, en tentant d’éclaircir les concepts à travers plusieurs exemples. C’est que tous les jours, dans notre vie quotidienne, nous devons prendre une infinité de décisions qui sont un exercice d’équilibre entre bénéfices et risques, certaines inconscientes, d’autres plus raisonnées. Malheureusement les humains ne sont pas très bons pour évaluer ces risques. Ça complique beaucoup notre capacité à prendre des décisions cohérentes, depuis les décisions médicales, plus ou moins importantes, jusqu’au choix des aliments que nous portons à notre bouche.


De fait l’évidence est claire, nous ne pouvons pas éviter ces erreurs. Notre irrationalité apparente sur ces points est le fruit de processus innés qui opèrent hors de notre contrôle conscient. Il a été identifié un certain nombre de « facteurs de peur » émotionnels qui font que certaines menaces potentielles produisent plus de peur que d’autres, sans relation avec ce que peut dire l’évidence :
-       Les risques créés pas l’homme nous effraient plus que les risques naturels. Il est donc probable que nous soyons plus effrayés par les cultures transgéniques, la radiation des centrales nucléaires ou les usines chimiques, que par les risques « naturels » comme le lait non pasteurisé, les médecines naturelles ou le rayonnement cancérigène du soleil.
-       Nous nous inquiétons davantage pour les risques que nous ne pouvons pas contrôler et nous avons tendance à sous-estimer les risques que nous pouvons contrôler. Par exemple nous surestimons le risque du glyphosate (ou d’autres produits phytosanitaires) mais nous sous-estimons le risque de ne pas manger suffisamment de fruits ou de légumes, ou le sédentarisme.
-       Les risques imposés nous font plus peur que ceux que nous prenons volontairement. Pour cette raison, la perception du risque est plus grande dans le cas de la radiation des centrales nucléaires que dans le cas de la radiation du soleil, à laquelle nous nous exposons volontairement.
-       Nous sommes mauvais pour évaluer les risques et les bénéfices à long terme. Nous avons une tendance innée à nous centrer sur le court terme. Par exemple, quand des maladies comme la rougeole ou les oreillons disparaissent, les bénéfices de la vaccination qui ont permis de les vaincre ne sont plus évidents et peuvent être remis en question.
-       Nous oublions souvent de considérer le risque de ne rien faire, ou de l’alternative.

Ces raccourcis mentaux et notre désir de réponses simples à propos de la causalité, du risque et du bénéfice, conduisent à certaines erreurs communes dans la façon dont nous agissons dans notre propre vie.


Danger et risque

Danger et risque sont deux concepts différents mais reliés.

Un danger est un agent qui dispose du potentiel de causer un dommage.
Le risque mesure la probabilité de dommage par un danger.


Les dangers se transforment en risques seulement en cas d’exposition. Exemple : la radiation solaire est un danger. Mais si je ne m’expose jamais (ou que je me protège) à la radiation, je ne trouverai pas confronté au risque de brulures ou de mélanomes, bien que le danger existe bien. Malgré cette différence, nous tendons à considérer tous les dangers comme des risques, indépendamment de notre niveau d’exposition.

Ce phénomène est très évident dans la classification des cancérogènes du CIRC (Centre International de Recherche sur le Cancer (IARC http://monographs.iarc.fr/ENG/Classification/). L’identification des dangers est le premier pas de l’évaluation des risques, mais ce n’est pas, en soi, une évaluation des risques. Pourtant nous voyons en permanence des études d’identification de dangers présentés comme des évidences de risques réels. Ces classifications se basent sur la force de l’évidence et non sur le degré de risque. Deux facteurs de risque pourraient être inclus dans la même catégorie bien que l’un triple le risque de cancer et l’autre ne l’augmente que d’une petite fraction. Un exemple clair est celui du tabac et de la viande transformée, inclus tous deux dans la catégorie 1 de la classification. Selon Cancer Research UK (http://scienceblog.cancerresearchuk.org/2015/10/26/processed-meat-and-cancer-what-you-need-to-know/), fumer cause 19% de tous les cancers. Au contraire, on estime que « seulement » 3% de tous les cancers son causés par la viandes transformée et les viandes rouges combinées. En conséquence, l’évidence de que la viande transformée provoque le cancer est aussi forte que celle du tabac, mais le risque du tabac est très supérieur.

Tous les dangers ne sont pas égaux

Comme nous l’avons vu, tous les dangers ne sont pas égaux, ceux-ci peuvent affecter un nombre distinct de personnes et être plus ou moins dommageables. L’observation du graphique nous permet de diviser les dangers en quatre catégories en fonction du nombre de personnes affectées et de la gravité du dommage. La nature du produit (naturel ou synthétique) n’a pas de rapport avec sa dangerosité.


Cependant, nous avons parfois tendance à considérer que tous les dangers auxquels nous prêtons attention sont aussi dommageables les uns que les autres. Le développement du mouvement anti-vaccination montre cette tendance à voir tous les risques comme étant égaux (en considérant les dangers de la vaccination et les dangers des maladies comme équivalents tant en gravité qu’en risque de problème). Les maladies que l’on prévient par la vaccination appartiennent au cadre supérieur droit du graphique. Les vaccinations déplacent le danger de ces maladies vers le cadre supérieur gauche en réduisant considérablement le nombre de personnes affectées par ces maladies. D’autre part, les vaccins en eux-mêmes possèdent une dangerosité généralement basse sur une frange limitée de la population, ce qui les place dans le cadre inférieur gauche. Pourtant, dans l’esprit de beaucoup de gens, les risques extrêmement rares (réels ou imaginaires) associés aux vaccins sont devenus égaux ou supérieurs que les risques (bien réels) d’attraper la maladie. Le problème est le même pour les additifs alimentaires.

Conclusion

Nous sommes exposés en permanence à une grande quantité de dangers, certains d’entre eux pouvant présenter un risque pour notre santé si nous nous y exposons, s’ils se trouvent en concentration excessive ou s’ils sont trop fréquents. Les erreurs dans la perception du risque sont la base de beaucoup de problèmes dans la communication sociale de la science. Ces erreurs sont partiellement dues à notre faible capacité à évaluer correctement ces risques (elles peuvent aussi être intentionnelles). Pour les éviter, nous devons évaluer chaque danger séparément, en analysant son potentiel de dégâts et son niveau d’exposition, ainsi que les alternatives possibles ou les conséquences de s’en dispenser, afin de savoir si quelque chose représente réellement un risque.


Plus d’information sur ce sujet :


La confusion créée autour de la différence entre danger et risque est soigneusement entretenue, avec un objectif voulu, généralement occulte, destiné à favoriser des ventes ou à provoquer une modification de l’opinion ou du comportement.
C’est sans aucun doute ce qui est en train de se produire depuis plusieurs années à l’encontre de l’agriculture conventionnelle, pour favoriser la consommation des produits bio. Ceux qui communiquent dans ce sens sont des entreprises capitalistes qui distribuent des aliments bio, ou d’ONG écologistes qui tentent d’attirer de nouveaux membres, ou d’augmenter leur pouvoir.
Ce marché est très lucratif, et les moyens mis en œuvre pour le développer n’hésitent pas à dénigrer tout ce qui s’interpose sur sa route.
Attirer le consommateur en jouant sur ses peurs est la seule chose qui compte.
Et les dégâts collatéraux occasionnés, qui sont parfois graves, n’ont aucune importance.

Image : https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/ea/29/24/ea29240b4ccba8913893c942ec758eb9.jpg

samedi 16 juin 2018

133- Agroecología -9- Cubierta vegetal


AGROECOLOGÍA - CUBIERTA VEGETAL

El motivo inicial de mi contratación aquí era la conversión del sistema de riego. Desde sus orígenes, la empresa solo empleaba el riego tradicional por gravedad.
El paso al riego por goteo exigía un esfuerzo técnico que el responsable de producción no podía asumir solo.
Anteriormente, era asesor técnico para un grupo de productores, entre los que la cubierta vegetal era una práctica bastante habitual.

Foto personal

Llegando aquí, me encontré con una plantaciones con un suelo cuidadosamente mantenido limpio, es decir sin ninguna hierba, mediante un trabajo mecánico entre cada riego por gravedad.
El cambio de sistema de riego requería una adaptación. Era evidente que el laboreo ya no se justificaba.
De manera muy natural, pasamos a aplicar herbicidas en toda la superficie, para mantener el suelo limpio, sin trabajo mecánico. Los herbicidas disponibles permitían un efecto bueno, duradero y económico.
Este suelo muy limpio se justificaba por la competencia de la hierba con el cultivo, especialmente en agua, en una región, Andalucía, donde el agua es un bien preciado, que conviene no desperdiciar. Por otra parte, la presencia de hierba en primavera puede aumentar la sensibilidad a las heladas. Por fin, la presencia de hierba aumenta, en épocas de recolección, la humedad ambiente, incrementando el riesgo de enfermedades de conservación, y en consecuencia las pérdidas después de recolección y los litigios en destino.

Foto personal

Pero con el tiempo, el final del mantenimiento mecánico del suelo se tradujo también por una compactación, un endurecimiento del suelo provocando un debilitamiento de las plantaciones por rodales, ocasionando importantes irregularidades en la capacidad productiva y cualitativa.
Hemos llegado a invertir en aperos de descompactación costosos en la compra y en el uso. Sin embargo, la eficacia de esos medios mecánicos se reveló generalmente limitada a unos meses, o incluso a tan solo algunas semanas.

Es cuando me vino la idea de buscar un método duradero y natural para conseguir este resultado. Muchas lecturas, algunos viajes y numerosos contactos me han convencido de probar, en mis condiciones locales, la cubierta vegetal.
Primero he tenido que buscar referencias para encontrar especies vegetales, adaptadas a estos suelos y sobre todo a las condiciones climáticas locales. Hay que decir que aquí, el invierno se caracteriza por su falta de frío, el verano es largo (4 a 5 meses), muy caluroso (es habitual pasar de los 40ºC), y sobre todo muy seco (al menos 4 meses sin la menor gota de lluvia). Siendo las referencias limitadas, las semillas caras para un resultado no seguro, decidí trabajar de otra manera, en base a especies autóctonas, obviamente más adaptadas a las condiciones locales.
Algunas plantas pueden aquí ser muy problemáticas, especialmente la malva (Malva silvestris), que coge proporciones gigantescas, la correhuela (Convolvulus arvensis), muy invasora y trepadora, la verdolaga (Portulaca oleracea), gran consumidora de agua, y el pinito, que tiende a conquistar todo. Todas esas plantas son dicotiledóneas, y su control se puede hacer a base de herbicidas selectivos. La única gramínea problemática es la juncia (Cyperus esculentus), muy competidora en nutrientes, y muy invasora en suelo desnudo.

Mi decisión pues fue la aplicación, después de las nacencias provocadas por las primeras lluvias de otoño, de un herbicida selectivo destinado a impedir a esas dicotiledóneas problemáticas de dominar. Evidentemente las gramíneas, no afectadas por esos herbicidas, arrancaban muy bien, pero muy difuminadas al principio y la juncia, que nace más tarde, seguía dominando en grandes proporciones. Fueron necesarios 2 o 3 años para que la cubierta vegetal, casi exclusivamente constituida de gramíneas autóctonas, se implante suficientemente, cubra la totalidad de la calle, y reduzca drásticamente las invasiones de plantas problemáticas.
La cubierta es ahora bien implantada, y es normal no necesitar herbicida. Sin embargo, por zonas, las primeras germinaciones de otoño todavía pueden ser dominadas por esas plantas invasoras. En este caso, una aplicación precoz y a baja dosis de un herbicida selectivo evita que se conviertan en un problema.
En el resto de las plantaciones, donde no se aplica ningún herbicida, la cubierta vegetal, inicialmente solo constituida de gramíneas, se diversifica progresivamente, con la presencia cada vez más frecuente de dicotiledóneas variadas, incluyendo individuos esporádicos de las especies problemáticas.

Foto personal

La cubierta vegetal, en este caso, funciona de manera diferente a lo que conocía en Francia, donde es permanente, presente todo el año. Aquí, aparece con las primeras lluvias, es más o menos densa y vigorosa, en función de las condiciones climáticas del otoño, el invierno y la primavera, y se seca totalmente durante el verano.

Tengo que indicar que desde siempre, las únicas exportaciones o extracciones realizadas en nuestros frutales las constituyen las frutas, y la leña gorda en el momento del arranque de los árboles viejos. A eso, hay que añadir alguna leña de poda de saneamiento que hacemos de vez en cuando para resolver un problema fitosanitario difícil (Phomopsis amygdali por ejemplo). Toda la leña procedente de la poda normal, las hojas y otros restos vegetales siempre se quedan en el sitio para ser triturados.

Varios años de experiencia de este sistema me han permitido realizar algunas observaciones muy interesantes, sobre los efectos inducidos por esta cubierta vegetal temporal.

En el aspecto estrictamente productivo, se constata que las irregularidades de las parcelas debidas a la compactación casi han desaparecido. Con este cambio, el potencial productivo ha aumentado por simple efecto de homogeneización.
Este efecto sobre el suelo también se puede confirmar con otras observaciones sencillas:
-       En los episodios de lluvia, a menudo torrenciales en este clima, la penetración en el suelo ha mejorado mucho, evitando escorrentías, reduciendo la saturación de los desagües, la erosión y mejorando la capacidad de almacenamiento del agua por el suelo.
-       La adherencia de los equipos es muy mejorada por la presencia de hierba, incluso después de las lluvias. Solo los pasos repetidos durante la recolección pueden ser un problema (aunque menos que antes), en las calles de circulación.

Foto personal

-       El personal, muy numeroso en el melocotonero, ya que todo está hecho manualmente, podas, aclareo y recolección, trabaja siempre en un suelo estable. Solo necesita botas de goma para no mojarse los pies por la mañana con el rocío.
-       Es frecuente con el riego por goteo, tener que reparar fugas subterráneas. Se observa una fuerte presencia de lombrices, que antes era mucho más raro ver. Sabiendo el papel fundamental de esos animales en la vida, la fertilidad y la estructuración de los suelos, es obviamente un enorme beneficio.
-       Una plaga muy común y muy perjudicial aquí es el topillo, Microtus duodecimcostatus. Es difícil de controlar, tiene una multiplicación exponencial, y puede ocasionar graves daños a los cultivos leñosos, ya que se alimenta de raíces.
La cubierta vegetal no los ha hecho desaparecer. Sin embargo, en vez de migrar en verano hacia las zonas húmedas del goteo, ahora se mantiene en la cubierta, donde encuentra condiciones a la vez favorables a sus galerías y abundantes raíces de las hierbas que son la base de su alimentación. Es ahora una convivencia pacífica.
-       Los conejos y las liebres, muy presentes en nuestra zona, ya no atacan la corteza de los arboles ya que encuentran hierba durante todo el año, verde durante 8 meses, seca durante 4 meses.
-       Constatamos, aunque la relación con la cubierta vegetal no sea cierta, una reducción de la presión de determinadas plagas como los ácaros y los tripses. Es probable de que una parte de las poblaciones se mantenga en la hierba, y que, por otra parte, sus depredadores encuentren ahí condiciones favorables a un desarrollo precoz, asegurando de paso una limitación natural de las poblaciones en los frutales.
-       De modo general, las poblaciones de serpientes, zorros, comadrejas, rapaces, murciélagos y otros predadores han claramente aumentado, asegurando un mejor control de pájaros, roedores y otros insectos problemáticos.
-       Durante todo este periodo, no hemos parado de reducir los aportes de fertilizantes, especialmente el nitrógeno, pero también el calcio y el fósforo, llegando a niveles que sinceramente no imaginaba poder alcanzar, mientras se aumentaba el potencial productivo y cualitativo. Sin embargo es una realidad. De hecho me ha llevado a iniciar este año un estudio sobre la fertilidad de nuestros suelos y sobre su actividad biológica.
-       Puedo añadir otra ventaja, importante cuando se trabaja una fruta fresca, de difícil lavado, como es el caso del melocotón: los cogedores no se manchan de barro, ni las manos, ni ellos mismos, ni las cajas, incluso en caso de lluvia, gracias a esta alfombra vegetal, dando una fruta más limpia en su conjunto, lo que indudablemente constituye una mejora de la calidad del producto presentado al consumo.


¿Existen defectos?
Siendo realista veo muy pocos.

Foto personal

El riesgo de heladas de primavera.
La presencia de hierba aumenta la radiación, y por consecuencia el riesgo de heladas blancas.
Se puede imaginar la aplicación de un herbicida defoliante a baja dosis en periodo de riesgo, solo para quemar la hoja y bloquear su actividad temporalmente.
Personalmente prefiero la siega, que tiene el mismo efecto de bloqueo durante varios días, y evita el uso de un herbicida.

Los problemas de conservación.
Una siega situada justo antes de la recolección permite evitarlos en gran medida, y por otra parte, los fungicidas modernos (los sintéticos por supuesto, pero también los ecológicos) tienen eficacias muy superiores a los del siglo pasado. La siega sin embargo es imprescindible para evitar mantener debajo de los arboles una atmosfera húmeda y confinada, favorable al desarrollo de las enfermedades de conservación.

El riesgo de fuego.
La hierba seca se queda en superficie. Hasta ahora, una siega a principios del verano, que coincide con la trituración de la leña de la poda de verano, siempre ha sido suficiente para evitar el problema.


Mi experiencia no tiene ningún valor científico. Reside en mis observaciones, mis decisiones y mis condiciones de suelo, de clima y de cultivo.
Pero estoy convencido que este tipo de prácticas, muy fáciles de implementar, tienen un impacto muy positivo sobre la actividad microbiana del suelo, la biodiversidad en general, el equilibrio sanitario de la finca, y a fin de cuenta sobre la sostenibilidad del cultivo y de la actividad agrícola en su conjunto.

También podemos hablar de costes. En realidad la gestión de la cubierta vegetal es un poco más costosa que un herbicida en toda la superficie. Hay que contar al menos un pase de tractor más por hectárea para segar hierba.
Pero si mis observaciones son justas, la reducción del coste de la protección fitosanitaria y de la nutrición compensa ampliamente el sobrecoste ocasionado.
Sin contar que esta acción se inscribe tanto en la óptica de una reducción de insumos agrícolas, como en la óptica de reducción del impacto de la actividad agrícola sobre la biodiversidad y el medioambiente.

Foto personal


Es evidente que la cubierta vegetal es una técnica utilizable principalmente en cultivos leñosos, frutales, viñedos, cítricos, almendro, olivar, cultivos de biomasa, etc.
Otras ramas de la agricultura buscan los mismos efectos con técnicas diferentes, como es el caso de la agricultura de conservación, más orientada hacia los cultivos anuales, que busca reducir al máximo los laboreos, bien por siembras realizadas directamente en los restos de los cultivos anteriores (a veces con empleo de herbicida en preparación de siembra), o bien por siembra bajo cubierta vegetal viva (para intentar evitar el uso de herbicida).

Esas técnicas, que demuestran cada día un poco más su efectividad, y su compatibilidad con un resultado técnico y económico de primer orden, se desarrollan cada vez más, y tiendan progresivamente a generalizarse.
Es la demostración que la agricultura convencional puede ser muy respetuosa con el medioambiente, y ser muy productiva.

Es esto también, la agricultura sostenible.