dimanche 29 mars 2015

41- La Agricultura, enferma de su silencio

LA AGRICULTURA ENFERMA DE SU SILENCIO.

Como lo decía al final de mi último artículo, una curiosa coincidencia quiso que, justo después de la publicación, el 9 de febrero, de mi artículo nº 38 “El caso Alar”, el canal de televisión pública francesa France 2 difundió, el 5 de marzo, un reportaje en su programa de amplia audiencia “Envoyé Spécial”, (Enviado Especial), con el título llamativo de ¿Todavía se pueden comer manzanas?

La reacción de los profesionales fue muy fuerte. Hay que decir que la orientación era clara: atacar directamente la producción de manzanas, las técnicas de conservación en la primera parte, las técnicas de protección fitosanitaria en el campo después.
Solo se presenta un punto de vista, y algunas verdades se afirman bajo una apariencia pseudo-científica o sensacional, y a veces totalmente mentirosa (es el caso por ejemplo del cartel de peligro de muerte instalado en la entrada de la cámara frigorífica de conservación de las manzanas, supuestamente puesto para el peligroso producto de conservación, a pesar de tener una clasificación sin riesgo, cuando esta puesto por el nivel muy bajo de oxígeno en el interior de la cámara con el peligro de asfixia que conlleva). El debate no tiene lugar, solo intervienen los detractores de esas técnicas. Los testigos favorables, a pesar de haber sido interrogados en la grabación, se incluyeron en el montaje final. Hay una clara voluntad de manipulación de la opinión de los telespectadores.

Para comprender las reacciones de ira de la profesión, os propongo proceder de la siguiente manera. Tengo que indicar que todos los videos y artículos relacionados están en francés.
1-    Ver el reportaje en el link: https://www.youtube.com/watch?v=PStbaVSOksA
2-    Para tener un análisis científico no orientada, pero fácil de entender, leer el siguiente artículo: http://www.pseudo-sciences-13.org/smartfresh-pommes.html
3-    Para leer una interpretación por profesionales de la protección fitosanitaria, puede leer un texto breve y claro, en el que también encontrara un link hacia un artículo muy bien hecho de la revista Vegetable, de Julie Martin, periodista contactada para ser entrevistada en el reportaje: http://www.forumphyto.fr/2015/03/20/pommes-envoye-special-quand-on-prend-les-telespectateurs-pour-des-poires/
4-    Y para terminar, el punto de vista muy pertinente de un productor de manzanas, también responsable profesional, en el blog de Daniel Sauvaitre, presidente de la ANPP (asociación francesa manzana y pera) y presidente de WAPA (World Apple and Pear Association), muy enfadado en este caso, y que escribió una serie de 6 artículos que desmontan el reportaje punto por punto (el link es del primer artículo, encontrareis los links siguientes en la página del blog) http://www.daniel-sauvaitre.com/2015/03/c-est-dur-d-etre-filme-par-des-cons-nes-ou-quand-la-pomme-voit-rouge-1.html

No creo poder añadir una opinión interesante sobre el reportaje en sí. Solo diré que es muy sorprendente constatar que, 26 años después del caso Alar, el mismo tema está nuevamente atacado, sin motivo justificado. El tema en realidad es la posibilidad de conservar alimentos durante meses, sin alterar apenas sus cualidades nutricionales, de presentación y de sabor. ¿Por qué este hecho tiene que ser sospechoso?
En paralelo, los detractores de estas técnicas son también los que más deploran (con razón en este caso), el brutal desperdicio alimenticio que se produce a escala planetaria. Pero todo el mundo, al menos en los círculos que se preocupan del problema, sabe que uno de los principales medios de reducción de este terrible despilfarro, es precisamente la mejora de las técnicas de conservación.
En cualquier parte del mundo, se busca mejorar las condiciones de acceso a los alimentos, se intenta reducir el desperdicio de alimentos, se financian esfuerzos de desarrollo de los países o regiones más pobres.
Sin embargo, en el mismo tiempo, en los países occidentales, se rechazan los progresos realizados en los 70 últimos años, que han logrado que nuestras regiones dispongan de una alimentación abundante, cada vez más respetuosa con el medio ambiente, y que nunca ha sido tan sana. Aquí se quiere mantener la agricultura bajo una chapa de obscurantismo.
¿Qué se está buscando? Vender, conseguir audiencia, darse a conocer, con el riesgo de hundir una rama entera de la economía, jugando a espantar a los consumidores.

Quiero expresarme sobre el motivo por el que, en mi opinión, este tipo de manipulación de la opinión, de propaganda destructora puede hoy, ser posible.

La Agricultura parece avergonzarse de sus propias prácticas, cuando debería ser lo contrario. Se calla, y cuando se presenta la ocasión, se niega a hablar. La Agricultura parece ser muda por voluntad propia.
No es sorprendente que personas mal intencionadas reciban una buena acogida cuando presentan, de bonita manera y con el aspecto de una investigación honrada y reveladora de secretos bien guardados, temas sensibles, desviados en el sentido de la tesis que quieren sostener.

Y la Agricultura pasa, una vez más, por una envenenadora, a pesar de las reacciones de los profesionales que no tendrán probablemente mucho impacto. Recordar lo que escribía en febrero, en mi blog, a propósito del caso Alar: Frente a unos argumentos simplistas y manejando el miedo, la ciencia siempre se encuentra en una postura impotente. Los argumentos consiguen un efecto inmediato, por la introducción de la duda y del miedo en la mente del público enfocado. En cuanto a la ciencia, necesita semanas, meses o años para demostrar la mentira.”

Este es el auténtico problema.
La Agricultura comunica casi siempre en la defensiva, después de ataques mediáticos, en general sin fundamento, como es el caso de este reportaje de Envoyé Spécial. Mentiras organizadas con el único objetivo de conseguir audiencia.

Claro que existen algunas personas, de las que formo parte, que intentan, por mediación de las redes sociales, de cambiar esta tendencia. Pero el resultado es muy limitado, ya que la mayor parte de sus seguidores están en relación, más o menos estrechamente con el mundo agrícola.

¿Cómo hacer para alcanzar la única verdadera meta de una comunicación bien enfocada, el gran público?
Presentando las cosas para que sean de alcance fácil, lúdicas, pero con una base científica demostrable.
Puede ser, por ejemplo, un parque temático sobre agricultura, un salón bien organizado para el gran público, programas televisivos en horas de audiencia familiar.

La Agricultura no debe dejar más que otros hablen en su lugar, generalmente de manera errónea y negativa. Debe organizarse para comunicar, y tomar la iniciativa, comunicar de forma positiva, sin tabú, ser totalmente transparente sobre sus métodos, sus técnicas y sus prácticas. Todo debe ser presentado, explicado y justificado, desde la agricultura ecológica con todas sus variantes, hasta la agricultura de precisión y la agricultura industrial.
Es imprescindible y urgente que la Agricultura aprenda a hacerse conocer por lo que es, no por lo que otros creen que es, y aún menos por lo que otros quieren hacer creer que es.



No olvidemos que las generaciones sucesivas, hasta los años 70 habían todas, o casi vivido en el campo, o tenían al menos un familiar relacionado con la agricultura, lo que les daba cierta familiaridad, incluso cierto conocimiento o práctica, por limitado que fuera, de estos asuntos.
Por el contrario, las generaciones a partir de los años 80 proceden esencialmente de las ciudades, y han perdido casi totalmente el vínculo con el campo y la agricultura. Por consecuencia, son dianas ideales para quienes quieran hacerles tragar trolas.
Otro problema, que no es el menor de ellos, los habitantes de las ciudades que deciden cambiar de aire, o instalándose en los pueblos en las afueras de las ciudades, o comprándose una casa de campo para ir en fines de semana y vacaciones. No entienden, o no aceptan que un agricultor tenga que trabajar de noche, el domingo, le moleste las mañanas que haya decidido quedarse en la cama, o que tenga un montón de estiércol detrás de la vaquería (de toda la vida), pero justo delante la zona donde quiere instalar su futura veranda. El mismo problema existe con la progresión del urbanismo que ocupa cada vez más terrenos agrícolas tradicionales, provocando dificultades de vecindario.
Total, existen dos mundos complementarios e inseparables, peor que no se comprenden, hasta el punto de volverse incompatibles.
Además, la comunicación ha cambiado. Internet permite el acceso a una cantidad extraordinaria de informaciones, a menudo sin autentificar. Cuando se sabe la cantidad de errores, de aproximaciones y de mentiras difundidas en los periódicos o por la televisión, ¡imaginad lo que hay en Internet!
Los consumidores cambian, se preocupan, piden informaciones simples y fáciles de entender.

En materia de comunicación, la Agricultura es su propio peor enemigo. Se ha impuesto, de manera progresiva y casi natural, una ley del silencio que está a punto de destruirla.
La naturaleza aborrece el vacío, también en materia de comunicación. Las preguntas de los consumidores no se quedan sin respuestas, pero no es la Agricultura que les contesta.
Debe aprender a enseñar y a explicar  las innovaciones tecnológicas de las que se está equipando o a las que tendrá acceso en el futuro.

Imaginad que todos los sectores agrícolas, a nivel europeo por ejemplo, uniesen sus esfuerzos y sus presupuestos para crear mensajes, programas de televisión, acontecimientos en común, enseñando el saber-hacer, la modernidad y la diversidad de la agricultura, en Europa y en todo el mundo. Imaginad un programa de televisión semanal, en hora de audiencia familiar importante, que presente la agricultura bajo todas sus formas, sin tabú ni mentira, de una manera amena y atractiva.
¿Quién cree que si la Agricultura fuera diariamente presente en la vida de los telespectadores, los comerciantes de miedo tuvieran tanta facilidad para contar sus mentiras?
El uso del miedo es posible, sobre todo por el desconocimiento del público. Pues formémoslo, informémoslo, pero con una auténtica información de calidad, no con mensajes manipulados o pervertidos.

Es normal que los consumidores se preocupen por la calidad de su alimentación. Les afecta a diario, y se les cuenta de todo, y lo contrario. Están perdidos, y al mismo tiempo, son ignorantes y desean saber más. ¿Quién ocupa el terreno de la información? Los lobbies ecologistas, los adeptos de las pseudo-ciencias, y los antisistema de todos tipos. En frente, la Agricultura se deja llevar, o tropieza con explicaciones torpes o complicadas, siempre en la defensiva.

Es urgente desdiabolizar la Agricultura y la protección fitosanitaria, pero no se va hacer con silencios, al revés. Hay que hablar, y como lo dice el artículo de slate.fr presentado en mi publicación anterior (nº 40 “Orgulloso de ser agricultor”), “con una puesta en escena adecuada y actividades instructivas y lúdicas entorno a esos temas, podría convertirse en un gran atractivo del Salón agrícola el más familiar y el más abierto al público”.

Seamos orgullosos de ser agricultores. Seamos orgullosos del difícil trabajo que realizamos a diario para que la población pueda disponer de una alimentación abundante, diversificada, y sana.

Y tú, querido lector no agricultor, simple consumidor de productos agrícolas, alejado de nuestras preocupaciones, y preocupado por tu salud y por la calidad de tus alimentos, recuerdes que la calidad y la seguridad de los alimentos, nunca ha sido tan elevada como ahora.
Si dudas de esta calidad, si piensas que era mejor antaño, puedes leer en inglés http://www.utne.com/environment/fast-food-culinary-ethos.aspx?PageId=1 
o en francés

No te dejes engañar por los comerciantes del miedo.
Eres su víctima, y nosotros también.
Apoya a la Agricultura, es tu mejor garantía de un futuro sano.

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