samedi 15 septembre 2018

138- Protección de las plantas -7- Bebederos


PROTECCIÓN DE LAS PLANTAS - BEBEDEROS

Grandes esfuerzos se realizan diariamente por cada vez más agricultores para mejorar la biodiversidad en sus fincas, que se traducen por un creciente respeto de las zonas arboladas, la implantación de árboles en las zonas incompatibles con los cultivos o la plantación de setos que permiten delimitar la finca a la vez que se protege contra las intrusiones mal intencionadas o evitando los efectos indeseados en lagos y ríos. En regiones de viento, como es el caso en Provenza, en el sur de Francia, la protección de los cultivos contra el viento se hace tradicionalmente con setos de cipreses.


Esas zonas de biodiversidad cumplen su papel a la perfección, y muchas clases de animales se instalan rápidamente. Es especialmente el caso de preciosos pequeños roedores arborícolas como las ardillas, muy conocidas, o de los lirones mucho menos conocidos y a menudos confundidos con las ratas.
En sí, esos animales no son dañinos. Se alimentan de semillas y de frutas, pero su consumo es habitualmente bajo y no presenta un riesgo importante para el agricultor. Sin embargo, en algunos casos pueden ocasionar serios daños, no tanto a los cultivos, sino a los sistemas de riego. Es especialmente verdad con la micro-aspersión y el goteo.
En esos sistemas, el agua está conducida por tuberías enterradas y/o superficiales hasta el pie del cultivo.



Nuestros preciosos pequeños roedores entienden muy rápidamente que esas tuberías están llenas de agua. En primavera, no suele haber problemas ya que encuentran fácilmente agua en los charcos de lluvia o gracias al rocío de la mañana.
Pero en pleno verano, cuando todo está seco, tiene sed, y encontrar agua puede ser complicado, o muy lejos. Si quieren beber fuera de las horas de riego, intentan liberar en agua contenida en las tuberías, royéndolas (en general son de plástico, de tipo polietileno), los daños pueden ser importantes y las pérdidas de agua también. A eso, hay que añadir las faltas de agua provocadas por las fugas y las pérdidas de presión, que pueden perjudicar el cultivo.
Además, es un tipo de problema que suele cansar el agricultor ya que repara con frecuencia y vuelve a encontrar el mismo problema al día siguiente, en el mismo sitio o casi, y así sucesivamente durante todo el verano.

Fotos personales

La lucha contra lo que se puede convertir en una auténtica plaga no pasa por la eliminación de los roedores, es difícil, casi inútil y contraproductivo en términos de biodiversidad y de contaminación.
Lo más sencillo, barato y efectivo es de instalar bebederos, que se llenan con el agua de riego, luego rebosan, regando el cultivo.

Los roedores pueden tardar un poco en acostumbrarse y se puede encontrar, en los primeros días, tuberías roídas justo al lado de un bebedero, o incluso en el propio bebedero.

Hay que insistir ya que al cabo de unos días, los roedores habrán entendido que el agua está disponible sin esfuerzo en los bebederos, y dejaran de roer las tuberías.

Foto personal

Los casos de este tipo son bastante numerosos en agricultura. Es casi siempre más sencillo y efectivo encontrar el método para vivir en armonía con los animales, antes que intentar luchar contra ellos.
Es una de las bases de la producción integrada y de la producción ecológica, así como de todos los métodos de producción que ponen en prioridad el equilibrio medioambiental de la finca.
Solo se emplean métodos de lucha cuando los otros medios, como la profilaxis, la instalación de nidos o de hoteles de insectos, de bebederos o de simples repelentes han fracasado, y que los daños se han convertido en algo peligroso y difícil de gestionar.

Foto personal

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