AGROECOLOGÍA – EL COMPOSTAJE
Hacer su propio compost es uno de los mejores medios para
reducir los volúmenes de basura orgánica, preparando un excelente abono para
los cultivos o para el jardín.
En cultivos leñosos es normal, pero no generalizado,
triturar la leña procedente de la poda para dejarla en el sitio, restituyendo
así al suelo la mayor parte de los elementos minerales extraídos por las
plantas. Esta práctica de la trituración, con o sin incorporación, se práctica
también en muchos cultivos anuales.
Pero algunas situaciones pueden exigir que esta trituración
no se haga. Es el caso de algunas enfermedades, o de las exigencias d algunos
tipos de mecanización (como par ejemplo la recolección de las almendras).
También hay agricultores que simplemente no quieren hacerlo o que no disponen
de los equipos necesarios.
En esas condiciones, la práctica más usual es de sacar la
leña de la parcela con un rastrillo grande enganchado a un tractor, y de
quemarla.
En una técnica barata y rápida, pero la quema es un contrasentido agronómico, energético, nutricional,
medioambiental, e incluso económico, al menos en las zonas de climas
templados. Es que los beneficios de los aportes de materia orgánica son
numerosos (ver http://culturagriculture.blogspot.com.es/2015/10/54-la-materia-organica-del-suelo.html).
Quemar de manera sistemática esta fuente de restitución acelera el
empobrecimiento del suelo agrícola y obliga el agricultor a comprar cantidades
de fertilizantes muy superiores a lo que necesitaría con la restitución de esta
materia orgánica.
En las situaciones en las que la trituración de los
restos vegetales en el sitio no se hace, la mejor solución es el compostaje.
Los restos se agrupan en un área libre, triturados de manera basta, organizados
en montones, mojados y movidos periódicamente.
El procedimiento es sencillo, económico, pero requiere
cierta organización y rigor. El compostaje en montones pasa por una fase
termófila, durante la cual la temperatura en el corazón del montón puede
alcanzar 70ºC durante unos días, produciendo un efecto esterilizador por
eliminación de la casi totalidad de hongos, bacterias e insectos. Incluso
procedente de plantas enfermas, los restos vegetales compostados se transforman
en una fuente sana y económica de materia orgánica, o sea de fertilizante
orgánico para los cultivos.
En algunas regiones, existen grupos o empresas especializados
en la recuperación de los restos estrictamente vegetales (especialmente de
origen urbano) para llevarlos hasta las fincas donde los agricultores se
convierten en sus dueños y hacen su compostaje para uso propio.
Los centros de tratamiento de residuos urbanos ven
reducir los volúmenes a tratar, los agricultores consiguen un volumen de restos
vegetales que no son capaces de producir en sus fincas, y fabrican su propio
fertilizante orgánico.
De hecho, tengo un amigo y antiguo compañero asesor que
se ha especializado en esta actividad, creando la sociedad Terre et Compost
(Tierra y Compost). ¡Hola Eric!
Si el compostaje es de calidad y los restos vegetales de
calidad suficiente, el compost conseguido puede incluso obtener la acreditación
para agricultura ecológica (pero esto depende principalmente de la legislación
nacional).
El compostaje es una técnica muy antigua, sencilla,
económica y ecológica para disponer de una materia orgánica de alta calidad en
la finca.
Encontré un interesante artículo sobre este tema en una
página de Facebook francófona (de Quebec, es decir de la parte francófona de
Canadá), altamente recomendable a todos los que se interesan en los suelos,
Sols Vivants Québec (Suelos Vivos Quebec) (https://www.facebook.com/groups/1643973612487835/?ref=group_header).
Ahí podrás encontrar muchas informaciones, con una dosis de ciencia, una dosis
de experiencias vividas y una buena dosis de ideología y de militantismo. No
estoy siempre de acuerdo con las ideas, pero no retira nada al interés de la
mayoría de las publicaciones.
El texto siguiente ha sido publicado sobre
agronouvelles.com, el blog del Colegio de Agrónomos de Quebec http://www.agronouvelles.com/2017/06/le-compostage-domestique-passion-volonte-et-connaissances-techniques-requises/
“El compostaje doméstico: pasión, voluntad y conocimientos técnicos
requeridos.
El
compostaje es un dominio fascinante que se practica a gran, a media y a pequeña
escala y que se dirige tanto a los
industriales, a los productores agrícolas que a los jardineros aficionados.
Total, a todos los que se interesan por el medioambiente, a la agricultura o a
la horticultura.
Si la
agricultura urbana suscita un interés creciente, el compostaje domestico sigue
formando parte de las herramientas al alcance del horticultor urbano, desde
mucho tiempo como un modo de producción de una materia viva (el compost), y más
recientemente, en una perspectiva medioambiental, como un modo de gestión
ecológica para algunos residuos que genera en casa.
De
este modo, el transporte de esas materias orgánicas y todos los inconvenientes
y los impactos que conlleva quedan minimizados. Empleando el compost en casa,
devolvemos al suelo la materia orgánica y los elementos nutritivos esenciales
para el crecimiento de las plantas. A pesar de esos nobles objetivos, hace
falta pasión hortícola, convicciones medioambientales, una pizca de voluntad, y
un mínimo de tiempo y de conocimientos técnicos para hacer del compostaje
domestico una aventura duradera.
El compostaje, ¿qué es?
A
menudo se alega que el compostaje es un proceso natural. A pesar de las
similitudes que se aprecian entre el compostaje en pila y los procesos de
descomposición observados en la naturaleza, no se puede evitar constatar que el
apilamiento sobre varios pies de espesor de materias orgánicas de fuentes diversas
sobre una superficie reducida o en un recinto cerrado no se produce en la
naturaleza.
El
compostaje debería pues ser visto como un proceso que se controla y que se
distingue de un montón en el campo o de un apilamiento de residuos orgánicos
que dejamos descomponerse y que termina, con los meses y los años,
transformándose en una materia que se parece a una tierra negra.
En
los libros especializados como las normas y las guías, el compostaje es
sinónimo de “proceso dirigido de bio-oxidación de un sustrato orgánico sólido
incluyendo una fase termófila”. Esta definición sugiere el mantenimiento de
condiciones aerobias en el seno de la masa y el alcance de temperaturas
termófilas (que corresponde a Tº > 45ºC) en el conjunto de la masa. Esta
noción de alcance de temperaturas elevadas es importante, especialmente para el
compostaje a gran escala, ya que permite conseguir un efecto de higienización.
Gracias a las temperaturas elevadas, el proceso de compostaje permite reducir
el nivel de microorganismos patógenos y la destrucción de semillas de malas
hierbas, reduciendo por lo tanto los riesgos de contaminación y de
diseminación. El término compost debería indicar, con toda lógica, el producto
procedente del compostaje, es decir una materia estabilizada, higienizada y
desodorizada que es benéfica al crecimiento de los vegetales.
¿Debemos
deducir que el compost procedente de un compostaje domestico sin elevación de
temperatura no es de calidad? ¡En absoluto! Siguiendo las reglas del arte,
llegamos a producir un compost de buena calidad; aún hace falta, al igual que
para la fabricación casera de vinos y cervezas, tomar la pena de aprender, ya
que existe un límite a poder conciliar facilidad y calidad cuando los procesos
involucrados son complejos.
El compostaje a pequeña escala
El
compostaje a distintas escalas y el empleo de compost han sido objeto de
numerosos libros y publicaciones. Aquí [en Quebec], el reciente libro intitulado “Le compost:
Pourquoi? Comment?” (El compost: ¿Por qué? ¿Cómo?) del agrónomo Lili Michaud
aborda el tema de manera clara y detallada y es una mina de informaciones
útiles, incluso esenciales, para quien se interesa especialmente en el
compostaje doméstico. Es inútil pues retomar aquí informaciones ampliamente
tratadas.
Sea
cual sea la escala a la que se hace el compostaje, los procesos que implican
los microorganismos son los mismos y el objetivo de la compostadora es la
satisfacción de las exigencias de los microorganismos para que el trabajo quede
adecuadamente realizado. Si a los microorganismos no les importa el tamaño de
las operaciones, necesitan un buen entorno (humedad, oxígeno) y alimentos
(carbono, nitrógeno) para hacer su trabajo y sobrevivir en la jungla
microbiana.
La
elección de residuos de calidad es crucial y es una verdad aún más importante
en ausencia de temperaturas elevadas. Este modo de transformación “frío” exige
un mínimo d vigilancia. Por ejemplo, las materias que pueden llevar agentes
patógenos (excrementos animales, plantas enfermas) y las plantas consideradas como
malas hierbas (de rizoma o de semilla) se deben evitar.
Además,
y siempre por motivos de calidad, las materias que pueden tener un contenido de
metales o compuestos no biológicamente degradables (por ejemplo residuos de
pesticidas, cenizas de madera tratada, materias plásticas), o materias que
generan olores desagradables (para ti o para los vecinos) como el pescado, las
carnes o los crustáceos también se deben evitar en operaciones a pequeña
escala. Y finalmente, algunas materias pueden ser integradas al compostaje,
pero en pequeñas cantidades (cáscara de huevo, césped fresco húmedo, cenizas).
El
compost es sobre todo una enmienda orgánica para los suelos y se emplea primero
como una fuente de materia orgánica que, por su descomposición en el suelo, aporta
los elementos nutritivos esenciales para el crecimiento de las plantas. La
calidad del compost es un problema complejo, tanto por la multitud de los
parámetros a tomar en consideración como por la complejidad de los procesos
implicados, de la fabricación del compost hasta su empleo.
Un
canoso profesor decía a un joven agrónomo: “Que sepas que hace falta más que un
simple termómetro para hacer compostaje”. Me toca ahora decir: “Hace falta más
que un simple pH-metro para evaluar la calidad del compost”.
Concentración
de materia orgánica, humus, capacidad de retención de agua, relación C/N,
nitrógenos, fosforo, potasio, micro-elementos, pH, madurez, elementos trazas
metálicos y agentes patógenos solo son algunos ejemplos de la terminología
asociada a la noción de calidad de un compost.
Esos
parámetros son importantes para los cuyo trabajo es asegurar un buen
crecimiento de los vegetales preservando la calidad de los suelos y del
medioambiente.
¡Bienvenidos en el terreno de los agrónomos!
Agrónomo
desde 1982, Denis Potvin [el autor del artículo] es especializado en el dominio de la gestión de las biomasas y de las
materias residuales fertilizantes de orígenes diversos, especialmente el
compostaje. Se ha unido al Instituto de
investigación y desarrollo en agroambiente (IRDA) en 2012 como responsable de
proyectos en valorización de las biomasas. Denis Potvin trabaja ahora como
agente de transferencia de tecnologías mientras sigue implicándose en la
realización de proyectos que aprovechan su experiencia.”
Si tienes pensado hacer tu propio compost, infórmate bien
sobre el proceso. Es sencillo, pero hay algunas reglas a respetar.
Encontraras numerosos vínculos útiles, por ejemplo
tecleando en tu motor de búsqueda “fabricar su propio compost”.
¡A
trabajar!
Gran articulo, desde Almeria-España, pienso que es una parte de futuro de la agricultura, no entiendo la agricultura moderna sin compostaje, la agricultura moderna debe de girar en torno a la seguridad alimentaria, respeto al medio ambiente y una economía circular.
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