vendredi 10 janvier 2014

1- Desperdicio de alimentos



El pasado 21 de Noviembre, fui invitado a asistir a un interesante simposio organizado por Bayer CropScience (la división agrícola de Bayer), en Bonn, en Alemania, sobre el problema de la conservación de los alimentos.

Entre las conferencias, he elegido comentar, como primera publicación de mi blog, la de Jorge M. Fonseca, de la FAO (Organización de Alimentación y Agricultura de Naciones Unidas).

Esta organización publicó, en 2011, “Pérdidas y desperdicio de alimentos en el Mundo. Alcance, causas y prevención”. Son los resultados de un trabajo del Instituto Sueco de Alimentación y Biotecnología, sobre las pérdidas de alimentos a todo lo largo de la cadena de producción-distribución, desde el campo hasta el hogar del consumidor.

El informe es disponible en la página web de la FAO:

Los resultados son bastante sorprendentes, y sobre todo dan la medida de la posible progresión para la puesta a disposición de alimentos a las personas que más lo necesitan.
Este informe habla de pérdidas anuales globales de 1/3 (33%) de la totalidad de los alimentos producidos a escala planetaria, o sea un total de 1.300 millones de toneladas de alimentos perdidos o desperdiciados.

En Octubre de cada año, la FAO publica la cifra actualizada del hambre en el mundo, en otro informe llamado “El estado de la inseguridad alimentaria en el Mundo” http://www.fao.org/publications/SOFI/es/ . En su edición de 2012, la FAO habla de 870 millones de personas en situación de malnutrición.

Si ponemos en relación la cifra del hambre con la cifra del desperdicio alimentario, llegamos al resultado siguiente: se pierden, cada año, 1500 kg de alimentos por cada persona pasando hambre. Dicho de otra manera, si fuésemos capaces de evitar estos desperdicios, se podrían repartir más de 4 kg de alimentos a cada persona pasando hambre, ¡todos los días del año!

Volviendo al informe, la proporción del desperdicio se dispara del 33% al 45% si limitamos el estudio solo a las frutas y hortalizas frescas, es decir sin integrar carne, pescado, cereales, tubérculos, la leche, etc.

Varias fases están distinguidas en el estudio, desde la finca de producción hasta la nevera doméstica (cuando existe).

Estas pérdidas anuales se pueden valorar entre 120 y 170 kg por habitante en el Sureste asiático y en África Subsahariana, y en 300 kg por habitante en Europa, Norteamérica y Oceanía.

Las pérdidas en finca son debidas principalmente a problemas fitosanitarios (plagas y enfermedades), a problemas climáticos (granizo, heladas, inundaciones, sequías, etc.) y a problemas de gestión de ganaderías y de cultivos.

Los países industrializados tienen más pérdidas en ese nivel porque, en general, se realiza una primera selección importante en las fincas.

Después de la recolección (conservación, envasado y transporte), los países industrializados toman ventaja debido a las numerosas y modernas estructuras de conservación (cámaras frigoríficas) de las que disponen, aunque sus exigencias en términos de normalización sean superiores y provoquen  importantes destríos por defectos de aspecto. Por otra parte, en países en desarrollo, la falta de preselección en finca, se traduce por unas mermas importantes en las fases siguientes.

También encontramos importantes diferencias a nivel del consumidor. El porcentaje de pérdida en los hogares es muy inferior a 10% en África Subsahariana (o sea aproximadamente 10 kg por persona y año), y de cerca del 40% en Norteamérica, o sea en torno a 120 kg por persona y año. Son pérdidas especialmente debidas a la manera de gestionar las compras, y al valor relativo de los alimentos con respecto al presupuesto doméstico total. Es  evidente que, en zonas pobres, la comida es un bien de primera necesidad, y se calcula de manera muy exacta la necesidad antes de comprar, y después, todo se aprovecha. No es posible desperdiciar alimentos. En zonas ricas, las compras se hacen de una manera más compulsiva, poco calculada, o en formato pre-envasado que no permite ajustar la compra a la cantidad exacta necesaria, y a menudo para un periodo relativamente largo de 1 o 2 semanas, lo que también provoca pérdidas por podredumbres.


Se puede también sacar la asombrosa conclusión que actualmente, los circuitos de producción y de distribución pierden mucho más alimentos que las cantidades necesarias para resolver el problema del hambre en el mundo. Hoy, el planeta esta teóricamente en situación de sobreproducción de alimentos.

Sin esperar poder consumir el 100% de lo que se produce (las causas de las pérdidas son numerosas, y no siempre controlables), se puede razonablemente pensar que este despilfarro alimentario debería poder ser reducido entre un 25 y un 50%.

Pero en el futuro, para poder alcanzar este objetivo, habrá que aprender a resolver varios problemas :

-Mejorar la formación de los distintos actores de los sectores afectados, especialmente en las zonas en las que el nivel educativo es el mas bajo.

-Conservar los alimentos producidos de manera adecuada (sin interrupción de la cadena de frío) desde el lugar de producción hasta él de su consumo. Eso requiere inversiones en locales de almacenamiento y en cámaras frigoríficas, así como en medios de transporte adecuados (camiones refrigerados, por ejemplo). También requiere el establecimiento de procedimientos que permitan evitar las roturas en la cadena de frío para los alimentos frescos.

-Modificar algunos criterios de puesta en el marcado, especialmente los sistemas de normalización, origen de mucho destrío.

-Formar e informar a los consumidores de los paises ricos, para que aprendan a reducir la importancia de la estética del producto en su decisión de compra.

-Crear los medios políticos, económicos y logísticos para transportar estos alimentos y ponerlos a disposición de los que los necesitan, cuando se encuentran fuera de los circuitos comerciales habituales y económicamente rentables.

-Tomar decisiones, probablemente políticas, para reducir el mercantilismo que rige totalmente los circuitos de puesta en venta de los alimentos.



Os dejo sobre estas reflexiones. Volveré a comentarlas, de otra forma.
Mientras tanto, os animo a echarle un vistazo al este interesante  informe.

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